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Muere un indigente abrasado en los bajos de Telegrafía Sin Hilos en Cadiz,
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La Policía Nacional descarta que la muerte haya sido fruto de una agresión previa y abandona esta hipótesis porque el propio fallecido pudo hablar con los agentes que le atendieron antes de morir. Según fuentes de la Subdelegación del Gobierno, logró apuntar como causa del fuego a un cigarrillo que encendió.
Fue un vigilante de una obra el que alertó a la Policía Local sobre las seis de la mañana al ver a un individuo que estaba ardiendo en un bajo que da a la calle Conil. Los primeros agentes en acudir intentaron sofocar el fuego con mantas y arena.
A los pocos minutos llegaba una dotación del Consorcio Provincial de Bomberos –ocho efectivos y dos vehículos– que apenas intervinieron. El fuego sólo se había cebado con el hombre y ni tan siquiera había marcas en la zona donde se había iniciado el siniestro. Tan sólo había rastros del incendio encima de un palé de madera donde el hombre se encontraba tumbado antes de iniciarse el fuego. Lo que sí fue percibido por los servicios de emergencias fue un leve olor a disolvente.
La víctima fue trasladada con vida al hospital Puerta del Mar, pero allí falleció sobre las siete de la mañana. Las ropas que vestía estaban completamente calcinadas y presentaba gravísimas quemaduras en casi toda la superficie corporal.
Tapones y cuchara
En el escenario del incendio, junto al palé donde estaba descansando la víctima, aparecieron dos tapones y una cuchara. También había dos botellas de plástico que contenían líquido para quitar la pintura. En la etiqueta de los disolventes sólo se indicaba que es un producto nocivo.
Estos indicios, junto con la declaración in extremis del fallecido, han llevado a una reconstrucción de los hechos por parte de la Policía Nacional que descarta una agresión. Al parecer, el finado se encendió un cigarrillo y al entrar en contacto con el vapor que emana el disolvente se produjo una combustión rápida que atrapó a la víctima en un velo de llamas. Pese a todo, el cuerpo fue llevado al Instituto de Medicina Legal para la práctica de la autopsia.
Piden una investigación
Frente a esta tesis, la organización Movimiento contra la Intolerancia pidió ayer un «esfuerzo» en la investigación del caso y lo comparó con la muerte de otro indigente ocurrida en Sevilla el 24 de junio. Esta víctima también falleció quemada en una céntrica plaza hispalense. El portavoz de la asociación, Esteban Ibarra, instó en declaraciones a Europa Press que se contemplara «minuciosamente» una posible agresión. «Es difícil pensar que accidentalmente una persona se pueda llegar a quemar viva con un grado de un 80% de quemaduras».
En el bajo, junto a una escalera, fueron encontrados enseres que podían pertenecer a otro indigente y es que esta zona es usada habitualmente por personas sin techo para cobijarse durante las noches, pese a que el lugar está lleno de basuras y de desperdicios.
De hecho, según confirmó el conserje del instituto Bahía de Cádiz, Miguel Vila, en el solar suelen dormir habitualmente tres personas, dos de ellas, una pareja y un individuo solo. Para el conserje, «ya es hora de que el Ayuntamiento se decida a hacer algo allí, porque eso está lleno de basura y todo el mundo sabe que esta gente duerme allí».
Lo cierto es que la zona acumula gran cantidad de basura y deshechos desde hace mucho tiempo. Ayer mismo, el olor a quemado se mezclaba con el de los desperdicios y el agua estancada.
Por su parte, el Ayuntamiento aseguró que las obras que se llevan allí a cabo para adecuar el espacio a locales destinados a ONG cuentan con vigilancia. «Cuando las obras comenzaron se colocó en todo el perímetro unas vallas y después cada empresa puso vigilancia en cada uno de los tres locales», señalaron fuentes municipales.
La muerte del indigente se produjo en uno de los pasillos que se han formado con la adecuación de los locales. Sin embargo, estas mismas fuentes aseguran que desde el punto de vista de la seguridad no era necesario cerrarlo, «ya que no hay peligro de zanjas abiertas, vigas que se puedan caer, etcétera». Se trata, agregaron, de un espacio libre que hay que adecuar «como se hace siempre al final de las obras, bien con acera, bien con zona verde».
La Voz Digital 5.07.07
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