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Hoy ha comenzado en la Audiencia Provincial de Girona el juicio a siete jóvenes acusados por la fiscalía de pertenecer a una banda de ideología neonazi y de haber agredido brutalmente a varias personas en un bar de esta localidad en octubre del 2005. En la primera jornada de la vista, que durará tres días, los acusados han negado su participación en los hechos y han rechazado que formen parte de un grupo skin.
El ministerio público, que considera que los acusados llevaron a cabo las agresiones "por motivos racistas, xenófobos y de enfrentamiento a los grupos sociales y políticos contrarios a ellos", pide una pena de 12 años de cárcel para dos de los procesados por sendos delitos de tentativa de homicidio y desórdenes públicos, mientras que para el resto de acusados solicita tres años de prisión por desórdenes públicos.
"Golpes de manera indiscriminada"
El fiscal afirma que el 21 de octubre del 2005, luciendo una estética skin --con el pelo rapado, esvásticas nazis, cazadoras tipo bomber y botas militares--, los acusados decidieron acudir al bar San Félix de Girona "con ánimo de dar un escarmiento" a los grupos de personas con ideología antirracista y de carácter alternativo que suelen reunirse en este establecimiento.
Según esta versión, los procesados se presentaron en el bar sobre las 23.15 horas y "empezaron a dar patadas y golpes de manera indiscriminada y violenta a los clientes que se encontraban en la terraza. El ministerio público afirma que durante el ataque, uno de los procesados, Iván Noel Lorente, golpeó con un objeto contundente en la cabeza a Bernardo Gallegos, que cayó al suelo.
Acto seguido, Lorente y otro de los agresores --Ramon Bru, siempre según la acusación pública-- "empezaron a dar patadas con las botas tipo militar" a Gallegos, que se hallaba indefenso en el suelo, con el objetivo de "causarle la muerte".
Uno de los acusados admite su rechazo a los inmigrantes
Como resultado de la agresión, la víctima ingresó en la UCI del Hospital Josep Trueta en estado de crisis epiléptica y con diversas fracturas en la cara, de las que tardó 118 días en recuperarse, mientras que otro de los agredidos, Albert Agustí Vila --que también fue pateado en el suelo-- tardó tres días en curarse de sus heridas.
Durante la sesión de hoy todos los acusados han negado su participación en los hechos y han descartado que profesen la ideología neonazi. No obstante, uno de ellos, Álex Vila Barrios, ha reconocido que lleva tatuadas las siglas "SS" y que siente rechazo hacia algunos inmigrantes de la localidad en la que vive (Salt) porque son conflictivos "y causan muchos problemas".
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