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Tres meses después de la ruptura oficial de la tregua,dos personas murieron en el atentado de la T4 en diciembre-, ETA ha colocado un coche bomba junto a la casa cuartel de Durango.
Los terroristas han huido en otro coche, que también han detonado para borrar huellas.
La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha expresado la "condena sin paliativos" del Gobierno al atentado de ETA de esta mañana en Durango, en el que dos guardias civiles han resultado heridos al estallar un coche bomba junto a la casa cuartel del Instituto Armado en la localidad vizcaína. Tras señalar que el Gobierno actuará con firmeza frente a los terroristas, ha asegurado que "no conseguirán torcer la voluntad de la mayoría por la fuerza". Por su parte, tras el atentado, Batasuna ha instado al Gobierno a explicar por qué rechazó una oferta de ETA de "desarme definitivo" a cambio del derecho a decidir para el País vasco.
La vicepresidenta ha señalado que el Gobierno "nunca estuvo en tregua" durante el alto el fuego, pero "éramos conscientes de que ETA quería y podía intentar atentar en cualquier momento". En cualquier caso, ha expresado la "voluntad y determinación" del Gobierno de que "todos los terroristas terminen en la cárcel, que es donde deben estar los que quieren imponerse por la fuerza de las armas". "Los terroristas jamás conseguirán torcer la voluntad de la mayoría, no tienen futuro alguno", ha dicho.
Finalmente, ha anunciado que el Gobierno entiende que es fundamental reforzar "tres ejes" para tener éxito en la lucha antiterrorista: "acción policial, acción judicial y unidad de todos los demócratas".
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