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Muere un hombre acuchillado y apaleado en Costa Polvoranca. Alcorcón. Madrid.

    
La agresión tuvo lugar en la calle tras una riña en un bar de copas.

El tercer asesinato en Polvoranca muestra que esta zona "sigue siendo un polvorín intolerable", según Esteban Ibarra.

Primer homicidio del año en la región. En Alcorcón (165.000 habitantes) y en una populosa zona de copas, Costa Polvoranca. Un hombre de nacionalidad marroquí, Tarek Bourriafa, de 26 años, murió al recibir una cuchillada en el corazón y una brutal paliza poco antes de las siete de la mañana. La agresión se produjo en la calle poco después de que el fallecido riñera con un grupo de clientes en el interior de la discoteca El Rincón Latino. La policía busca a cuatro dominicanos como presuntos autores del crimen.

Éste es el tercer homicidio que se produce en Costa Polvoranca desde su apertura hace 15 años. Esta zona de copas, situada en el polígono industrial Urtinsa, atrae todos los fines de semana y vísperas de festivos a miles de personas, en especial jóvenes, que acuden a Alcorcón de toda la región e incluso provincias limítrofes.

La víctima acudió sobre las tres de la madrugada junto a dos amigos (una mujer y un hombre) al local de copas. Los porteros que le dejaron entrar señalaron después a la policía que no era un cliente habitual y que no le habían visto con anterioridad por la zona.

Ya desde el primer momento, se produjeron algunos altercados en el interior. Según explicaron a la policía algunos testigos, la víctima entró con "actitud desafiante y provocando al resto de clientes". Los tres amigos estuvieron bailando y tomando copas, pese a estos incidentes.

Fue al final de la noche, cuando Bourriafa salió de El Rincón Latino, cuando se topó con los agresores, que le estaban esperando en las inmediaciones. Tras un rápido cruce de insultos, los ahora buscados por la policía se ensañaron con el fallecido, al que propinaron decenas de puñetazos, patadas y tres cuchilladas.

Recibió una cuchillada en plena cara y otra en el brazo. Pero la que le mató fue una tercera, que se clavó limpiamente en el corazón. Bourriafa cayó fulminado al suelo, donde siguió recibiendo patadas por parte de los agresores pese a que estaba ya moribundo.

Los porteros de la discoteca no hicieron nada para evitar la pelea, según fuentes de la investigación. Aseguraron a la policía que el ataque se produjo lejos de la entrada del local y que no se enteraron de nada de lo ocurrido hasta la llegada de las ambulancias y los coches de policía.

La llamada de aviso la recibió el teléfono de emergencias 112 a las 6.52. Un comunicante anónimo avisó desde su móvil que había una persona que estaba siendo agredida en Costa Polvoranca. Cuando llegaron los efectivos de una UVI móvil del Summa, los facultativos sólo pudieron certificar su muerte, según Emergencias 112.

Los agentes de la Sección de Homicidios, pertenecientes a la Brigada de Policía Judicial, se han hecho cargo de las investigaciones. Los primeros datos descartan que la muerte se deba a un ajuste de cuentas y se inclinan por relacionarla con las trifulcas que ocurrieron dentro del local de copas.

Bourriafa residía en Móstoles. Había nacido en 1981 y carecía de permiso de residencia para estar en España, según fuentes del caso. Había sido detenido en un par de ocasiones acusado de delitos contra la salud pública (tráfico de drogas). El cuerpo fue trasladado al tanatorio de Alcorcón, donde está pendiente de que le realicen la autopsia.

La policía centra ahora sus pesquisas en localizar dos coches negros en los que huyeron los cuatro atacantes. Las descripciones facilitadas por algunos testigos no han permitido conocer hasta ahora las matrículas de los vehículos. De ahí que los investigadores estén intentando recuperar las grabaciones de videovigilancia de la zona.

Al tratarse de un polígono industrial, fuentes policiales descartan que estas gestiones den un resultado positivo. "Si hay cámaras, seguro que están orientadas hacia el interior de las naves, por lo que no habrán grabado nada de la calle", destacaron fuentes policiales.

Las descripciones facilitadas por los testigos apuntan a que los homicidas son dominicanos, que son los que más frecuentan este bar de copas. Pese a ello, la policía no se limita a este colectivo, ya que acuden inmigrantes de otras nacionalidades al local. Éste se encontraba cerrado ayer a las diez de la noche y en la calle no quedaba ningún rastro del crimen ocurrido unas 15 horas antes.


** El tercer asesinato en Polvoranca muestra que esta zona "sigue siendo un polvorín intolerable", según Esteban Ibarra.(EUROPA PRESS)

El asesinato ayer de un joven marroquí en el polígono de Alcorcón Costa Polvoranca, el tercero que se produce en esta zona de copas en los últimos años, muestra que "sigue siendo un polvorín" y que la ausencia de medidas de seguridad es "intolerable", según afirmó hoy en declaraciones a Europa Press el presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra.

"Costa Polvoranca sigue siendo un polvorín, y no sólo por los tres asesinatos que se han producido en los últimos años, sino porque se producen cientos de peleas y lesiones cada día en esta zona que puede acoger a unos 20.000 jóvenes", subrayó Ibarra.

A su juicio, el Ayuntamiento de Alcorcón y de la Delegación del Gobierno tienen responsabilidad, puesto que lo que ocurre en Polvoranca "ya es un clamor ciudadano en cuanto a la reiteración de los sucesos". "Se debieran tomar medidas en estas zonas, que son zonas sin ley. Poner cámaras, tomar medidas de seguridad,... Con todo lo que ha sucedido en Costa Polvoranca que no haya medidas de seguridad es intolerable", agregó.

En este sentido, el presidente de Movimiento contra la Intolerancia recordó que la primera muerte violenta en este polígono que concentra locales de ocio fue la de Ricardo Rodríguez, de 20 años, en mayo de 1996, en aquella ocasión por "intolerancia ideológica" pues murió de un navajazo asestado por un presunto neonazi.

El segundo crimen fue en julio de 2002, cuando el joven angoleño Ndombele Augusto Domingos, de 16 años, fue apuñalado por "intolerancia racial".

Sin embargo, en el caso del joven magrebí de 28 fallecido ayer "nos encontramos con una expresión nueva, de origen étnico". A este respecto, Ibarra llamó la atención sobre el nacimiento de esta nueva forma de violencia, ya observada en Francia y otros países europeos, donde se producen "agrupamientos identitarios, y si no hay buena educación, y un buen trabajo, se producen este tipo de conflictos que tienen elementos de delito común, de pelea barriobajera, pero que puede estar estimulado por razones étnicas".

"Esto es una dimensión nueva, que es necesario considerar", concluyó Esteban Ibarra.