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Hay bandas que van a cazar indigentes.
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José tiene 35 años de edad. Los últimos meses no han sido sencillos para él. Se quedó sin trabajo, sin casa y tenía problemas con las drogas. En definitiva, cayó en el pozo de la indigencia, del que va poco a poco saliendo gracias a la ayuda de sus familiares. José es uno de los indigentes que fue agredido por un grupo de individuos de nacionalidad polaca el pasado mes de febrero junto al edificio del Parlament. La agresión fue grabada por las cámaras de seguridad del edificio, imagen que se ha utilizado como prueba para detener y acusar a los cuatro individuos. Tres de ellos están en estos momentos en prisión.
"Yo no los había visto nunca, pero después supe que muchas noches salían a la caza de indigentes. Son individuos muy violentos, muy peligrosos". José recuerda esa noche como si fuera hoy. "Me senté junto a dos personas a las que conozco del albergue para tomar unas copas". Los tres se sentaron bajo los soportales del Parlament. Era de madrugada y apenas pasaba gente por la calle. Pero de pronto aparecieron los agresores. José recuerda que eran cinco, si bien sólo identificó a cuatro de ellos. Eran individuos altos, de complexión fuerte y, según él, muy violentos. El joven recuerda que "se acercaron hacia nosotros. Dos hablaban entre ellos en inglés. Yo no los entendí. De pronto uno se acercó hacia mí y comenzó a darme patadas y puñetazos. No me dio tiempo a reaccionar, no me dejó defenderme". La agresión duró exactamente dos minutos y 20 segundos, según se ha comprobado en la grabación recogida por las cámaras del Parlament. El indigente sufrió una fractura de los huesos de la nariz y fisura en las costillas. "Tras recibir varios golpes quedé inconsciente. Me desperté en una cama del hospital de Son Dureta". Pero esa noche no sólo le golpearon a él, sino también a sus compañeros. Pero ninguno de ellos se atrevía a denunciar. "No era la primera vez que este grupo salía de noche para agredir a los indigentes. Ya lo había hecho con otras personas, sobre todo las que se concentran por la noche para hacer botellón. Estábamos atemorizados porque creíamos que vendrían otra vez a por nosotros". Ni José ni sus amigos sabían que existía una prueba, como era la grabación que llegó a manos de la Policía, que semanas después de ocurrir los hechos detuvo a cuatro de los presuntos agresores. En un primer momento las tres víctimas fueron atendidas por la Policía Local. Ninguno de ellos se atrevió a contar exactamente lo ocurrido. "No me iban a creer", afirma. De hecho, nada hacía pensar que se trataba de una agresión contra tres personas que habían sido atacadas por la simple circunstancia de que eran indigentes. "Insisto en que yo no les había visto nunca, pero después supe que no era la primera vez que realizaban este tipo de caza nocturna".
Una investigación complicada
Para el Grupo de Homicidios de la Policía no fue fácil localizar a estas tres víctimas. Ninguna de ellas volvió más a pasar la noche bajo la cubierta del edificio del Parlament. No era un sitio seguro. Los agresores podrían volver a por ellos. Las imágenes mostraban la agresión, pero la calidad eran insuficiente para identificar a los agresores. Sin embargo, la Policía logró localizar a las tres víctimas indagando entre el colectivo de indigentes de Palma. "Fue una sorpresa para mí que la Policía viniera a ayudarme. No me había atrevido a denunciar lo que me había ocurrido por temor a represalias, pero no sabía que la Policía disponía de una grabación".
Para José esta desagradable experiencia le ha servido para replantearse muchas cosas y no quiere saber nada de la calle. "He vuelto a casa con mi familia y estoy pendiente de entrar en un centro del Proyecte Home. Aún llevó el susto en el cuerpo de la paliza que sufrí. Yo aún he tenido suerte y he podido volver a mi casa, pero hay muchos compañeros que no tienen más remedio que dormir en la calle".
Diari de Mallorca 16.4.08
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