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Víctimas españolas que sobrevivieron al holocausto nazi han dado el primer paso para sentar en el banquillo a cuatro miembros de las SS que han localizado vivos, refugiados en los Estados Unidos. Si la Audiencia Nacional admite a trámite la querella presentada el pasado jueves, será el primer proceso abierto contra el III Reich tras los juicios celebrados en Núremberg en 1946. Les acusan del asesinado sistemático de, al menos, 4.460 ciudadanos españoles en los campos de concentración de Mauthausen (Austria) y Sachsenhausen y Flossenbürg (Alemania) entre 1940 y 1945.
Un superviviente español del centro de exterminio de Mauthausen, David Moyano, y tres familiares directos de otros republicanos torturados por los nazis en los dos campos de concentración presentaron el pasado jueves en la Audiencia Nacional la querella por delitos de lesa humanidad contra cuatro esos destacados miembros del Batallón de la Calavera (Totemkopf-Sturmbann) de las temidas SS, que trabajaron en esas fábricas de la muerte. El Gobierno de Washington les ha retirado la nacionalidad tras conocerse su pasado nazi, por lo que podrían ser extraditados a España si prospera la demanda, que este lunes será repartida al juez de instrucción que por turno le corresponda.
Detrás del intento de poner en marcha el primer juicio contra el nazismo en la historia de España está el Equipo Nizkor, el colectivo de juristas y especialistas de defensa de derechos humanos curtido en este tipo de batallas. Entre sus obras, casi consiguieron que el Reino Unido extraditara a Augusto Pinochet a España, sentaron en el banquillo al represor argentino Adolfo Scilingo y que lograron que México entregara, también a España, al torturador Ricardo Miguel Cavallo.
El Equipo Nizkor ha logrado, tras varios años de trabajo, reconstruir buena parte de los archivos sobre los españoles que pasaron por los campos nazis de concentración. Presentan todos un perfil similar: combatientes republicanos huidos a Francia en 1939 y capturados por los alemanes un año después cuando, bajo bandera gala, se enfrentaban a la Wehrmacht de Hitler y a su guerra relámpago en el frente del oeste.
Muchos fueron hechos prisioneros en la inútil línea Maginot y otros tantos quedaron atrapados en la bolsa de Dunkerke, porque los españoles eran siempre los últimos en ser evacuados.
Colaboración franquista
Los combatientes republicanos corrieron peor suerte que sus compañeros de armas británicos o franceses. Con la aquiescencia y a veces colaboración activa del régimen de Franco, fueron enviados de inmediato a los campos de concentración, donde recibieron un trato aún más terrible por su condición de exiliados españoles, sólo comparable a las interminables vejaciones a las que sometían las SS a los soldados rusos capturados.
El as en la manga de Nizkor en este proceso es que ha logrado tener acceso a un documento inédito: el 'Libro de la muerte' o 'Totembuch' de Mauthausen. Los especialistas han localizado al menos 400 nombres y filiaciones de españoles asesinados. Es la primera vez que se documenta a este nivel el exterminio masivo de republicanos españoles en un campo de concentración.
La querella revela que a Mauthausen, donde fueron exterminadas 200.000 personas, llegaron al menos 7.000 españoles, de los que sólo sobrevivieron 2.700. En Sachsenhausen, el primer campo en recibir prisioneros del Ejército Francés, murieron entre 85 y 100 republicanos. Francisco Largo Caballero, presidente del Gobierno de la República entre 1936 y 1937, sobrevivió a su paso por estas instalaciones, aunque murió un año después de su liberación por las secuelas de las torturas. En Flossenbürg, las tropas norteamericanas que liberaron el campo certificaron que de los 155 internos españoles fueron asesinados 60.
Los archivos han revelado las atrocidades a las que fueron sometidos estos españoles, a los que su país nunca ha reconocido la condición legal de víctimas. Aunque los registros nazis siempre hablaban de fallos cardiacos, enfermedades o muertes naturales, los investigadores han constatado cientos de casos de ahorcamientos, electrocuciones, gaseamientos, inyecciones letales, tiros en la nuca o muertes a dentelladas de perros.
Y todo ello bajo la supervisión directa del Batallón de la Calavera al que pertenecían los cuatro nazis que se refugian en Estados Unidos: Johann Leprich, Anton Tittjung, Josias Kumpf e Iwan Demjanjuk. La sentencia de Núremberg, que se aporta a la causa y que Nizkor considera clave para conseguir la entrega, no deja lugar a dudas sobre el trabajo de los 'calaveras' de las SS en los tres campos: "las Totemkopf-Sturmbann fueron una organización criminal involucrada en la persecución y el exterminio de judíos, brutalidades y asesinatos en campos de concentración, excesos en los territorios ocupados, administración del programa de mano de obra esclava y malos tratos y asesinatos de prisioneros de guerra", entre ellos los republicanos españoles enrolados en el Ejército francés.
COLPISA. EL Heraldo.es 26.6.08
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