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Los violentos sólo han necesitado una jornada de Liga para reproducir las escenas que avergüenzan al calcio en los últimos tiempos. El Ministerio del Interior italiano prohibió ayer a los aficionados del Nápoles volver a viajar esta temporada fuera de su estadio tras los incidentes ocurridos el domingo en la estación Termini de Roma, donde 2.000 ultras festejaron su visita al Estadio Olímpico (1-1) asaltando un tren, dañando 20 autobuses y agrediendo y sembrando el pánico entre los viajeros.
Los incidentes convirtieron la estación romana en un caos y dejaron daños por valor de 500.000 euros. Ayer, en reunión urgente, el Observatorio para el Deporte, además de prohibir durante todo el campeonato los desplazamientos organizados de la afición napolitana, bloqueó la venta de entradas para el Nápoles-Fiorentina y vetó el viaje de los forofos del Milan a Génova en la próxima jornada. Pero quizá lo más inquietante es que el comisario jefe de Nápoles, Antonino Puglisi, lanzó la sospecha de que la Camorra, célebre asociación criminal napolitana, está tras los incidentes. "No fue ningún incidente, sino un mero episodio de intemperancia cometido por un grupo compacto, pero muy compacto, de forajidos napolitanos", dijo el director de la Policía, Antonio Manganelli.
Mientras Interior enviaba a dos jefes policiales desde Roma a Nápoles para tratar de confirmar la conexión Camorra-Calcio -evidente al menos desde los tiempos de Maradona-, fuentes judiciales matizaron que el hecho de que viajara algún miembro de clanes mafiosos con los ultras no sería raro, pero no supone que detrás de los actos vandálicos hubiera "un plan criminal".
Manganelli sostiene en cambio que hubo una "gestión organizada" de los incidentes, cuyo objetivo sería tratar de acabar con el "curso virtuoso" de la violencia en los estadios italianos, que a su juicio "ha disminuido de una forma neta".
En la agria polémica, rica en retórica y personajes, ha intervenido incluso el ministro de Defensa, Ignazio La Russa, para descartar la implicación camorrista y criticar a la Policía. "Se habla siempre de Camorra, pero los incidentes en el fútbol ocurren en todas partes. De Palermo al norte. Me parece una coartada", dijo. La Russa animó a sus colegas de Interior a tener "tolerancia cero hacia los ultras", y dejó una propuesta innovadora: castigar a los violentos sin ver los partidos, "tampoco por televisión".
El Gobierno decidió elevar al máximo nivel la alerta ante el Italia-Georgia -clasificatorio para el Mundial de 2010- del próximo miércoles en Udine. Aunque se considera tranquila la situación deportiva, el partido requiere atención por la crisis del Cáucaso, dijeron los expertos policiales.
El País.4.09.08
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