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Día Internacional de la Paz: los Derechos humanos y el mantenimiento de la paz.
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La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Día Internacional de la Paz en 1981 para “conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y cada pueblo y entre ellos”. Veinte años más tarde, la Asamblea General decidió que el 21 de septiembre fuese el día en que anualmente se observase la fecha como “día de cesación del fuego y de no violencia a nivel mundial … realizando, entre otras cosas, actividades educativas y de sensibilización de la opinión pública, y a colaborar con las Naciones Unidas en el establecimiento de una cesación del fuego a nivel mundial”.
Este año, en el que conmemoramos el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el sexagésimo aniversario de las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz, el Día Internacional de la Paz brinda la oportunidad de destacar la relación crucial que existe entre la paz y los derechos humanos, que se reconocen cada vez más como inseparables.
En el período que siguió a la Segunda Guerra Mundial, los dirigentes mundiales reconocieron que “el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad” que habían impedido “el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad”. Hoy día seguimos luchando por hacer realidad esas ideas.
Hay muchísimos conflictos, desde las guerras en el Iraq y Afganistán hasta conflictos en el Territorio palestino ocupado y Darfur, Somalia y la República Democrática del Congo, que causan pérdidas innecesarias de vidas y tienen un impacto devastador en las estructuras que mantienen a las sociedades, tales como los sistemas de enseñanza, salud y justicia y el mantenimiento del orden público.
Los conflictos están profundamente arraigados en los agravios causados por las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, que se manifiestan mucho antes de que estalle la violencia, como son la discriminación, la marginación y la impunidad. Los propios conflictos representan ejemplos graves y estremecedores de las violaciones de los derechos humanos.
Millones de personas han cruzado fronteras como refugiados o se han visto obligados a vivir como desplazados internos en sus propios países. Miles han sido víctimas de violencia por razones de sexo, como consecuencia de la anarquía que impera en tiempo de guerra y de ser esta una táctica utilizada, cada vez más, por las partes beligerantes.
Centenares de miles de niños que viven en zonas de guerra sufren la denegación su derecho a la educación, al tiempo que pierden servicios sociales básicos como vivienda, saneamiento, acceso al agua potable, atención de la salud y empleo. El estado de derecho se derrumba llevándose consigo otros derechos, como el derecho a un juicio justo y dando lugar a abusos, como la tortura. La libertad de circulación se ve restringida a medida que los Estados y las partes no estatales en el conflicto, establecen puestos de control y barreras en las carreteras. Lo peor de todo es que las personas mueren en violación de su derecho fundamental a la vida.
Además de aliviar el sufrimiento, la promoción y protección de los derechos humanos por parte de agentes estatales y no estatales ha resultado indispensable para lograr una paz duradera y evitar el resurgimiento de la guerra. El regreso y reintegración de las poblaciones desplazadas y los refugiados, la cuestión de la responsabilidad —quiénes deben asumirla y cómo— respecto de las atrocidades que se han cometido, la reconstrucción del poder judicial y de los demás fundamentos de una sociedad democrática, son parte indispensable de los esfuerzos en aras de la paz y de la reconstrucción después de un conflicto.
Las Naciones Unidas están decididas a ayudar al incontable número de víctimas de los conflictos a paliar su sufrimiento y a restablecer los derechos elementales a una vida normal. Las Naciones Unidas también siguen consolidando los importantes progresos realizados en el establecimiento de marcos internacionales de derechos humanos para proteger a las víctimas de los conflictos y evitar que vuelva a producirse.
En la actualidad, las 17 operaciones de mantenimiento de la paz tienen desplegados más de 100.000 efectivos, policías y civiles, en todo el mundo, en focos de tensión como el Sudán, la República Democrática del Congo y el Oriente Medio. Además, las Naciones de tensión mundial. Los observadores militares y el personal civil de las Naciones Unidas trabajan para crear la estabilidad, prevenir la violencia sexual, reconstruir escuelas y centros de salud y asegurar que los refugiados y los desplazados internos puedan regresar a sus hogares. La protección y promoción de los derechos humanos son parte indispensable de las misiones de paz de las Naciones Unidas. Los especialistas en derechos humanos de las Naciones Unidas se centran en la vigilancia y la presentación de informes sobre la situación de los derechos humanos en las zonas asignadas a su responsabilidad. Contribuyen a asegurar que los procesos de paz promuevan la justicia y la equidad. Impiden que se cometan violaciones de los derechos humanos y procuran remediarlas, fomentan capacidad en materia de derechos humanos, crean instituciones e incorporan la labor relacionada con los derechos humanos en todos los programas y actividades de las Naciones Unidas. (Visitando los siguientes enlaces encontrará más información sobre la labor de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y sobre la labor de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.)
En conmemoración del Día Internacional de la Paz, el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon hará sonar la Campana de la Paz en la Sede Organización en Nueva York el viernes 19 de septiembre, acompañado de los Mensajeros de la Paz de las Naciones Unidas. Las oficinas y misiones de mantenimiento de la paz en todo el mundo celebrarán también actividades en conmemoración de esta fecha. El 21 de septiembre se guardará en todo el mundo un minuto de silencio al mediodía, hora local.
Para fomentar un mayor conocimiento de este importante Día, las Naciones Unidas animan a las personas de todo el mundo a que envíen mensajes de paz hasta el 21 de septiembre inclusive. Las oficinas de las Naciones Unidas en diversos países están organizando campañas. Los mensajes que reciban las Naciones Unidas se presentarán a los dirigentes mundiales que se reúnan en Nueva York a partir del 22 de septiembre durante el sexagésimo tercer período de sesiones de la Asamblea General.
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