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El asesinato de Catalin Stefan Crasiun (alias Cata, rumano de 31 años y uno de los capos del ‘clan de los búlgaros'), tiroteado en la madrugada del lunes ante la discoteca Heaven por Carlos Monge (alias El Cuchillos, de 26 años), ha dejado al descubierto una guerra que se empezó a fraguar hace unos meses por el control de la seguridad nocturna en las salas de ocio y discotecas madrileñas.
Quien controla la puerta, controla el local, y por tanto, todo lo que pase en él, incluido el tráfico de drogas.
Fuentes policiales han asegurado a 20 minutos que pequeños grupos neonazis están intentando hacerse con el control de los porteros de las discotecas, un negocio que desde hace años está en manos del clan de los búlgaros, que como publicó este diario el 19 de noviembre, está dirigido por Rafi Behyhan Renzi, alias Ivo el búlgaro.
"Tiene más de 100 matones distribuidos en las principales salas y discos de la comunidad. Son gente preparada: búlgaros, rumanos, albano kosovares, muchos de ellos con pasado y preparación militar", señalan las mismas fuentes. Cata era uno de sus lugartenientes. Por su parte, su asesino, Carlos Monge, era un conocido hammerskin, una de las ramas neonazis más peligrosas.
La firma de ‘Los Miami'
Carlos, El Cuchillos, fue a la sala Heaven, donde trabajaba Cata, "a intentar colocar a su gente en la seguridad del local. Quieren hacer competencia a los búlgaros". Para tener más éxitos, los grupos neonazis están intentando "regenerar la marca de Los Miami", un grupo que ya no existe pero que tuvo un largo historial de palizas, extorsiones, tráfico de drogas y crímenes.
Lo que no sabía Carlos es que allí se iba a encontrar con Cata, con el que ya tuvo problemas hace tres años. "El negocio va mucho más allá que la seguridad del local. Quien controla la puerta, controla el local, y por tanto, todo lo que pase en él, incluido el tráfico de drogas".
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20 MINUTOS.ES 14.01.09
Matones, traficantes y skinheads NAZIS luchan por controlar la seguridad de los pub.
El asesinato de Catalin Stefan Crasiun, alias Cata, y uno de los capos del 'clan de los búlgaros', tiroteado en la madrugada del lunes ante la discoteca Heaven por Carlos Monge, ha destapado las luchas entre mafias por controlar la seguridad en los bares.
Grupos violentos que no dudan en acabar a tiros por controlar la noche madrileña. Pequeños grupos neonazis están intentando hacerse con el control de los porteros de las discotecas, un negocio que desde hace años está en manos del clan de los búlgaros según recoge 20 Minutos.
Según explica este diario, Ivo el búlgaro, jefe de la banda de los búlgaros dispone de más de 100 matones distribuidos en las principales salas y discotecas de la comunidad. "Son gente preparada: búlgaros, rumanos, albano kosovares, muchos de ellos con pasado y preparación militar".
Ivo, el líder del 'clan de los búlgaros' mide 1,60 y pesa 70 kilos. Llegó a España hace seis años y creó Apolo Checking que llegó a tener hasta 55 porteros y hoy día unos 15. No son pocas las acusaciones que profiere contra la Policía y el negocio que según él tienen montado en los pub madrileños. "Hay policías que trabajan de porteros. En El Balcón de Rosales, por ejemplo, lo denuncié a Asuntos Internos", señala en una entrevista concedida a El Mundo. "Hay muchos policías que quieren trabajar en las puertas para ganarse un dinero extra".
Los neonazis buscan el control
Cata murió a manos de Carlos Monge, un miembro de los hammerskin, una de las ramas neonazis más peligrosas. Hacerse con el control del local y de los porteros va más allá y el supervisar todo lo que entra en las discotecas, incluidas las sustancias nocivas, es una de las claves de estos grupos.
Según las declaraciones de Ivo, Cata sólo cumplió con su trabajo que erea no permitir la entrada de Carlos Monge en la discoteca. "Cata le paró y le invitó a salir y Carlos llevaba una pistola en el bolsillo y empezó a disparar", explica en la entrevista. El portero no duda en negar que la muerte de su 'colega' Cata no se debe a un ajuste de cuentas. "¿Usted cree que alguien va a ajustar cuentas delante de 700 personas en una discoteca?".
Parece que la lucha entre los grupos no ha terminado con una muerte. Carlos Monge ya ha amenazado desde el hospital a los porteros de origen búlgaro que le persiguieron tras matar al portero rumano de Heaven. "Cuando salga iré a por mis amigos de los Miami para ir a por vosotros", dijo el presunto homicida.
El joven tiene antecedentes penales por tenencia de armas, municiones o explosivos, amenazas, coacciones, lesiones y robo con fuerza. Fue puesto en libertad tras haber sido detenido en Gandía en octubre de 2007 por su relación con el secuestro por encargo de un narcotraficante.
Relación de los hechos
El origen de los disparos fue una discusión entre Monge y Catalin Stefan -alias Cata-, el portero asesinado, en el descansillo de la discoteca. El empleado, considerado por la Policía uno de los jefes de las mafias búlgaras y rumanas de porteros de discotecas de Madrid, le pidió que abandonase el local por su fama de persona "conflictiva" y "muy violenta".
El detenido disparó varias veces contra el portero causándole la muerte y emprendió la huida. Varios compañeros del fallecido y clientes de la discoteca salieron tras él. Uno de ellos, Alejandro Muñoz Rojas Marcos, que trabajaba de relaciones públicas en el local, recibió varios tiros que acabarían con su vida mientras estaba siendo intervenido en el hospital.
Minutos después del tiroteo, varios agentes de la Policía encontraron a Monge en su coche, en la calle Maestro Vitoria, cuando se disponía a escapar del lugar.
El agresor sea miembro de la banda de los Miami, ya que este grupo delictivo que surgió en los 90 está ya extinguido desde hace años. Es común, no obstante -explicaron-, que los delincuentes utilicen esta especie de marca para dar notoriedad de sus actos delictivos.
La 'Operación Bloque' y el 'caso Guateque'
Si la situación de enfrentamiento no fuese suficiente entre dos bandas rivales. Dos de los casos judiciales más sonados de los últimos años se han visto salpicados por la muerte de Cata.
En el caso de la 'Operación Bloque', el juez sustituto de Coslada, Carlos Nogales fue a la boda de Ivo el búlgaro a quien según recoge El País. Al magistrado se le imputó un presunto delito de coacciones contra una testigo, pero el caso se archivó y su actuación sólo se consideró como una falta muy grave.
Por su parte, el ex jefe de Evaluación Ambiental del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Joaquín Fernandez de Castro, es uno de los principales imputados en el caso Guateque que investiga la corrupción municipal relacionada con la concesión ilegal de licencias a locales.
EcoDiario.es 14/01/2009
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