El Círculo de Padres-Foro de Familias expresa su consternación y horror ante los sucesos ocurridos en torno a la flotilla de ayuda humanitaria a Gaza, las manifestaciones de violencia que nuevamente han dejado su secuela de muertos, heridos, dolor y duelo. Nueve ciudadanos civiles perdieron sus vidas, nuevas víctimas del conflicto. Cuando se redactan esta líneas aún no han sido identificados, no sabemos siquiera sus nombres. Nadie más que nosotros es capaz de valorizar el sentido de la muerte de esta gente. Cada uno tenía un nombre, una vida por delante que fue brutalmente interrumpida, familiares cercanos, sueños truncados. Sabemos el significado del dolor por la muerte violenta de un ser cercano para la familia y los amigos. En la vorágine de los sucesos no debemos olvidar por encima de todo la santidad de la vida sacrificada.
Estos sucesos recalcan nuestra visión que el conflicto entre nuestros dos pueblos podrá ser resuelto adecuadamente sólo mediante el diálogo, la negociación y el abandono de la violencia y de la política de la fuerza.
Quien desee una vida en paz y dignidad en nuestra región, no podrá obtenerla a menos que reconozca el derecho a la vida en paz y dignidad de todos los habitantes de la región. Los sucesos de los últimos días señalan de manera inequívoca que el uso de la fuerza como medio para llegar a una solución no tiene más vigencia. Se necesita con urgencia un enfoque nuevo, basado en la certeza que es esencial el respeto del otro y sus derechos humanos básicos. Es necesario un enfoque que vea en la existencia del otro una oportunidad para unir esfuerzos, pensamiento e iniciativa para resolver los arduos problemas de la región. Más aún, es necesaria la comprensión que sin este esfuerzo combinado con el otro no podrán resolverse los problemas claves de la región.
Ojala podamos transformar el suceso que ha horrorizado a la región y al mundo entero en una oportunidad para generar un pensamiento nuevo, en una apertura de un camino que lleve a una vida de paz, de reconciliación y cooperación entre ambos pueblos.
Efal – Beth Jala, 2 de junio de 2010