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Luchadores antifranquistas vuelven a juntarse

    

Con el recuerdo de las experiencias del pasado, pero con la vista puesta en el presente y en el futuro, represaliados del franquismo tardío presentaron ayer en Madrid la asociación La Comuna . Cuando eran niños contemplaron cómo empezaban a salir de la cárcel los condenados durante la Guerra Civil o los primeros años de la dictadura. Al mismo tiempo, vieron entrar en las prisiones a los líderes de las primeras luchas obreras y vecinales. En su juventud, fueron muchos de ellos los que se vieron tras las rejas.

Aún así, no se reconocen como víctimas, sino como represaliados de los coletazos de un régimen al que intentaron combatir a fuerza de jugarse la vida. "Nosotros no fuimos víctimas porque sí. Hicimos todo lo que pudimos. Nos reunimos, nos manifestamos, convocamos huelgas o editamos publicaciones cuando todo eso estaba prohibido", relató desde la tribuna Manuel Blanco Chivite, exmilitante del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) y condenado a 30 años.

En el pasado lucharon bajo siglas diferentes, pero ahora insisten en la voluntad de mantenerse unidos tomando como referencia lo que les une, la resistencia antifranquista. Son antiguos militantes de la Liga Comunista Revolucionaria, el FRAP, el PCE o la prehistórica ETA VI Asamblea y reclaman la nulidad de sus juicios y sentencias como un hecho que va más allá de un simple reconocimiento moral a su lucha por la democracia.


"Ajustar cuentas"


"Tenemos una gran oportunidad de empezar a ajustar cuentas con esta dictadura", aseguró José María Galante, expreso franquista en diferentes cárceles, para después anunciar que la recién creada asociación se personará en la causa abierta en Argentina contra el franquismo con casos de torturas, detenciones ilegales y asesinatos.

"Vamos a reunir centenares de casos y vamos a plantarnos delante de ese tribunal a pedir que nos hagan la justicia que en este país se nos niega", declaró. "Para pensar en una sociedad más libre tenemos que recuperar nuestra historia, si no, nunca lo podremos hacer", continuó Galante.

El abogado argentino Carlos Slepoy, impulsor de esa querella, también estuvo en el acto. Slepoy aseguró que hay un movimiento en España que hace presumir que la impunidad de los crímenes cometidos por Franco "tiene los días contados". Y alentó a los presentes poniendo de ejemplo a su país. "La lucha de la sociedad argentina fue capaz de quebrar esa impunidad, hubo más de 260 condenados y más de 800 procesados. Hace diez años eso era algo impensable", declaró. Y todos los presentes en el salón de actos del IES Lope de Vega, en el centro de Madrid, rompieron en un gran aplauso.

En el acto también hubo menciones a Manuel Fraga, que ocupaba la cartera de Información y Turismo cuando muchos de ellos fueron detenidos y torturados. Galante reivindicó el derecho a la "historia colectiva" y acusó a Fraga de "haber regado de cadáveres las calles de este país" al grito de "¡La calle es mía!".

Víctor Díaz-Cardiel, histórico militante del PCE, también se refirió al presidente de honor del PP. Sobre él dijo que no era un demócrata "de verdad" porque, a su juicio, "para ser demócrata hay que ser antifranquista".

En este sentido, hubo lugar para el recuerdo de personajes tristemente vinculados a la biografía de Fraga como Enrique Ruano, Julián Grimau o los obreros de Vitoria, de cuyas muertes responsabilizaron al que más tarde fuera presidente de la Xunta de Galicia.

También acudieron al acto algunos miembros de ETA VI Asamblea como Josu Ibargutxi, que recordó cómo la cárcel le hizo recapacitar sobre los métodos de lucha. "Vivimos momentos muy duros en aquella época, algunos lo hicimos orgullosamente en una incipiente ETA. La cárcel reforzó mucho nuestras convicciones, salimos de allí convencidos de que la pelea tenía que continuar por otros métodos", aseguró.

Público. 22.11.2012