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La policía antidisturbios desplegó numerosos efectivos en un intento por evitar los enfrentamientos entre la manifestación de Aarhus por la Diversidad y los auto-proclamados “defensores de la Europa cristiana”, que no eran sólo originarios de Dinamarca, sino también del Reino Unido, Alemania, Suecia y Polonia. Algunos de los participantes en esta manifestación ultra llevaban banderas alemanas e israelíes y afirmaron no ser fascistas, sino “opositores al extremismo islámico”.
Sin embargo, los participantes en la manifestación por la diversidad no se dejaron engañar. Una de ellos fue Mari Linolkken, que viajó desde Noruega para participar en la marcha de Aarhus por la Diversidad. “La Liga de Defensa Inglesa, la Liga de Defensa Danesa, Stop Islamisation of Europe… (Nosotros en Noruega) hemos experimentado lo que su ideología significa en la práctica”, dijo Linolkken. Ella dijo que se sintió obligada a plantar cara al neo-fascismo después de lo que su país sufrió en julio pasado.
El terrorista ultraderechista Anders Breivik asesinó entonces 77 personas que, según él, habían traicionado a su país mediante la promoción de la armonía entre las diferentes comunidades. Breivik, que comparecerá en un juicio dentro de tres semanas, citó a la Liga de la Defensa Inglesa y otros grupos islamófobos en un “manifiesto” que publicó antes de la matanza.
El secretario de Unidos contra el Fascismo, Weyman Bennett, advirtió que el desarrollo de esta red permitiría a “fascistas y populistas de derecha compartir ideas, recursos financieros y experiencia.” “El crecimiento de este movimiento ultra en un momento de crisis económica amenaza con resucitar a los ejércitos callejeros fascistas, similares a los que destruyeron las democracias europeas en la década de 1930”, señaló.
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