La lucha contra el fascismo es más vigente hoy que nunca

La noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 pasó a la historia por ser considerada el inicio de uno de los episodios más oscuros y terribles de la humanidad: el Holocausto. Esa noche, hasta 30.000 judíos fueron detenidos y deportados a los campos de concentración. Murieron un centenar de ellos. Ardieron las sinagogas de las ciudades más importantes de Alemania y Austria. Las temibles SA (Sturmabteilung) y las SS (Schutzstaffel), ambas organizaciones militares y de seguridad de la Alamania nazi, ayudadas por las Juventudes Hitlerianas y la Gestapo, sembraron el pánico entre miles de inocentes. Esa noche pasó a llamarse la Noche de los Cristales Rotos. Para conmemorar este trágico y vergonzoso suceso y para recordar a los millones de víctimas que se produjeron después de esa noche, hoy es el Día Internacional contra el Fascismo y el Antisemitismo.

Desde Unión Romaní creemos indispensable hacer un llamamiento para que la ciudadanía se sensibilice y sea consciente del peligro del aumento del fascismo. La amenaza que implica hoy en día la extrema derecha es inaudita y, desde aquella época en la que Hitler y Mussolini dominaban Europa, los declaradamente fascistas no habían vuelto a gozar del apoyo del que ahora mismo gozan. En las últimas elecciones al Parlamento Europeo, celebradas en junio de 2009, el respaldo a los partidos de extrema derecha fue el mayor en la historia de la cámara: hasta 21 eurodiputados, procedentes de los partidos más fascistas, racistas, homófobos, antigitanos, antisemitas y antieuropeos. Si hoy se celebrasen elecciones, ese número podría verse incrementado.

En un contexto histórico como el que estamos viviendo, marcado por una aguda crisis económica que ha derivado en una crisis social sin precedentes, es cuando el fascismo y el racismo tienen mayor acogida. Lo acabamos de ver hace apenas unos meses en las elecciones griegas, con el ascenso inusitado de un partido tan abiertamente fascista como es Amanecer Dorado que está aterrorizando a los inmigrantes, a los homosexuales y a todo aquel que por una razón u otra es diferente. Lo peor de todo es que las encuestas aseguran que si se volviesen a repetir ahora las elecciones, esta fuerza obtendría todavía mayor respaldo. 

Si hablamos de la situación gitana en particular, debemos mencionar el caso de Hungría. En ese país, y ya lo hemos denunciado en múltiples ocasiones, la población gitana vive continuamente atemorizada por un grupo de fanáticos de extrema derecha que por las mañanas visten traje y corbata para ir al Parlamento Húngaro como diputados de Jobbik, y que por la noche se transforman en la Guardia Húngara, un grupo paramilitar que visita los barrios gitanos amenazando a su población y provocando actos violentos. Decenas de gitanos han muerto en estos últimos años a manos de radicales. Algunos de los asesinos fueron detenidos y juzgados, pero la pasividad de la clase política y de la policía por acabar con el antigitanismo está en tela de juicio.

Es por ello que no debemos ver el fascismo como un hecho alejado y que sólo vive en las páginas más trágicas de la historia europea. El fascismo sigue vivo y está tomando fuerza. Por ello luchar en su contra es más vigente hoy que nunca.

Silvia Rodríguez Gómez
Periodista
Responsable de comunicación de Unión Romani