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Propuesta al consejo de seguridad de la ONU para que haga una resolución humanitaria sobre Irak
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El punto de partida de Kaldor es que el régimen de Sadam Hussein es una dictadura brutal comparable a los peores tiempos del estalinismo donde se violan sistemáticamente los derechos humanos, lo que siempre es causa de conflicto y fuente de preocupación para los defensores de los derechos humanos. Por eso, el movimiento pacifista debe presionar a favor de medidas internacionales dirigidas a forzar al régimen de Sadam para abrir vías en el sistema totalitario y ofrecer a los grupos de oposición algunas oportunidades de democratizar el país.. Precisamente estos grupos tienen la esperanza de que una vez que empiezan a surgir fisuras en las estructuras del poder, el edificio entero puede desintegrarse rápidamente, como así ha ocurrido con otras dictaduras y según informan militantes del partido comunista de Irak.
En este sentido, Mary Kaldor propone que el Consejo de Seguridad de la ONU recupere el espíritu de resoluciones anteriores sobre Irak en las que se aludía a la necesidad de apertura del régimen y al cumplimiento de los Derechos Humanos. Para ello esta resolución debería incluir:
1)Un sistema de control permanente de armas de destrucción masiva.
2)El establecimiento de un tribunal internacional ad hoc para juzgar a alrededor de 300 criminales de guerra. Sadam Hussein y su séquito inmediato deberían ser imputados. Se congelarán las cuentas bancarias en el extranjero de toda esta gente y no podrán viajar.
3)Irak debería aceptar un sistema de control relativo a las violaciones de los derechos humanos, como ya hiciera la resolución 689. Además debería exigirse el retorno de los refugiados, el derecho de los partidos de la oposición a abrir oficinas en Irak, y desarrollar sus actividades y la organización de elecciones democráticas bajo supervisión internacional.
4)El programa Petróleo por alimentos debería ser administrado por la ONU y no por el gobierno del país, como en el norte de Irak.
El rechazo a la guerra se sustenta en que los peores riesgos de ésta los correría el pueblo iraquí. Si la guerra comienza con una campaña de bombardeos, Sadam Hussein puede matar a tanta gente como le sea posible por temor a un levantamiento y usar sus armas de destrucción masiva si las tiene. Por otra parte, la confusión de la guerra podría hacer que jefes militares locales se apoderaran de sus feudos en nombre de la religión, la tribu o la étnia, lo que sin duda desembocaría en una violencia extendida que las tropas estadounidense han demostrado en situaciones similares que serían incapaces de erradicar.
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