Quienes Somos
Nuestras Actividades
Campañas
Publicaciones
Voluntarios
Hazte Socio
Contacta
Intolerancia
Derechos Humanos
Paz y Tolerancia
Ética y Justicia
Solidaridad y Desarrollo
Comunicación y Libertad
Inmigración y Refugiados
Pueblo Gitano
Racismo y Xenofobia
Antisemitismo
Homofobia
Terrorismo
Ultras y Neonazis
Integrismo
Pena de Muerte
Sexismo y violencia
Violencia Urbana
Maltrato Infantil
Seguridad Ciudadana
Memoria Víctimas
Editoriales
Noticias
Entrevistas
A por más
Informe RAXEN
Cuadernos de Análisis
Onda Verde
Teléfono de la Víctima
Aula Intercultural
Agenda
Foro
Chat
Hazte solidario
Tienda Solidaria

La guerra de Gaza provoca tensiones entre musulmanes y judios de Melilla

    

Una docena de chavales musulmanes rodearon, el viernes, a un alumno judío, de 12 años, le insultaron y le propinaron bofetadas y collejas en un aula del Instituto Enrique Nieto de Melilla. De no haber sido por la llegada de un profesor, que puso fin a la agresión, acaso el colegial habría sufrido algo más que hematomas y vejaciones. Sus padres han puesto una denuncia en comisaría y sus atacantes, todos ellos menores, han sido ya interrogados.


Por pequeño que parezca el ataque ha conmocionado a la ciudad de 83.000 habitantes, la mitad de ellos musulmanes. Desde que unos gamberros tiraron hace años piedras sobre el cementerio judío la convivencia inter confesional entre musulmanes, la mitad de la población, y judíos, algo menos de 2.000 habitantes, no se había quebrado. Por primera vez el conflicto palestino-israelí provoca tensiones en Melilla.


Todo empezó a principios de semana cuando tres chicas judías melillenses, una de ellas residente en Israel, se mostraron partidarias, en su muro de Facebook, de que el Ejército israelí “tire una bomba en Gaza y termine” con los palestinos. “¡Que revienten todos ya!”, escribió una joven.


A través de la misma red social algunos musulmanes empezaron a proferir insultos contra las chicas, la comunidad judía y propugnaron el boicoteo de los comercios pertenecientes a melillenses israelitas. Super Sport, una céntrica tienda propiedad de un judío emparentado con una de las jóvenes, apareció rociada de pintura roja que simboliza la sangre.


José Manuel Calzado, director provincial de Educación, reconocía que, a causa del conflicto, el ambiente estaba “cargado entre los colegiales”. Insistía, sin embargo, en que la agresión en el instituto contra el alumno fue puntual y no es significativa de las relaciones entre comunidades. En Melilla están escolarizados unos 8.000 alumnos musulmanes y 200 judíos, la mayoría en el Liceo Sefardí que estos días goza, junto con la sinagoga, de protección policial.


La Delegación del Gobierno en la ciudad intentó apaciguar los ánimos. “Los penosos conflictos que se suceden en Oriente Medio” no deben afectar a “Melilla que debe seguir siendo un referente de convivencia ejemplar entre comunidades de distintos orígenes culturales y confesiones religiosas”, recalcó en un comunicado horas antes de que en la plaza de España se celebrase, el viernes por la noche, una concentración para denunciar el bombardeo de Gaza que podía incrementar más la tensión.


Convocada por Coalición por Melilla, la formación musulmana de oposición al PP, la concentración ayudó a distender el ambiente. “No estropeemos nuestra valentía de estar aquí con la cobardía de ser agresivos con los que están aquí” [los judíos de la ciudad], declaró Mustafa Aberchan, el líder del partido musulmán. “Seamos pacíficos, expresemos nuestra creencia, nuestros respeto y apuesta por la convivencia, porque esos son nuestros valores”, añadió. “Para ello vamos a hacer una plegaria al cielo para que apueste por estos valores y nos ayude a lograr la paz, la convivencia y la liberación del pueblo palestino”, concluyó.


Por parte de los judíos también se ha hecho gestos conciliadores. La comunidad “no secunda, admite, ni apoya comentarios tan deleznables como los que estas tres enajenadas” hicieron en Facebook, escribe el columnista y presentador de televisión judío melillense Alberto Benzaquén en una tribuna publicada el viernes en El Telegrama de Melilla.

El País. es   24.12.2012