El Tribunal de la Haya ha considerado probada su participación en las “brutales purgas” contra musulmanes y ciudadanos no serbios que tuvieron lugar durante los años de la guerra de Bosnia. El juez Richard May ha declarado que sus delitos son de la máxima gravedad por lo que queda descartada cualquier tipo de indulgencia, ya que el horror y el daño cometido a las víctimas de estos crímenes es irreparable.

Por su parte, Plasvic ha declarado que la sentencia no “es nada” en comparación con todo el sufrimiento declara haber visto en su vida y que esto es el final de un camino emprendido hace ya muchos años. Precisamente el arrepentimiento mostrado, la colaboración prestada con el tribunal de la haya y el trabajo en favor de la reconciliación tras la guerra han sido consideradas circunstancias atenuantes que han reducido la sentencia de 25 años, como solicitaba el fiscal a los 11 finalmente fallados.
Plavsic es la única mujer de entre los más de 100 hombres procesados y la más alta responsable institucional de la republica serbobosnia, de la que se dice que mantenía una estrecha cercanía con Radovan Karadzic, el fugitivo más buscado por los tribunales internacionales de justicia.

Los crímenes por los que ha sido condenada son deportaciones forzosas, detención ilegal, tortura, asesinatos, y destrucción de símbolos religiosos y culturales. Sin embargo no ha sido condenada por genocidio a pesar del testimonio prestado por Madelaine Albraight, ex secretaria de Estado norteamericana, que afirmó sentir repugnancia por la ideología supremacista serbia de Plasvic.