“Pido a todo el mundo, a los inmigrantes marroquíes, a todos los gobiernos, que me ayuden, me han hecho daño, me han pegado… ¿Por qué me han pegado? Yo no les he hecho nada a ellos. Yo no tengo ningún problema, les doy mi pasaporte y lo que quieran… Que investiguen. Cinco años en España y nunca he tenido problemas, que cojan mis huellas y, si encuentran que tengo antecedentes, que me juzguen… Este policía me ha maltratado. ¿Por qué? No sé qué hacer. ¿Me suicido?”
Hicham Baz caminaba el 29 de noviembre por la carretera de Algezares, en Murcia, camino de su trabajo, cuando dos agentes de la Policía Nacional le pidieron la documentación. Según denuncia, le golpearon la cabeza contra el coche patrulla, lo tiraron al suelo, le pisaron la cabeza… hasta que se dieron cuenta de que el “moro de mierda” estaba realmente mal y pidieron una ambulancia. Su testimonio de este pasado viernes suena sincero y refleja su extrañeza, su rabia y su impotencia ante una agresión que no acaba de entender.