MARCA.-22 junio. Marcus Slaughter, campeón de Liga con el Madrid el pasado miércoles, había decidido viajar a Ibiza para empezar sus vacaciones concluido el trabajo en la capital. Su compatriota Dontaye Draper, compañero en el vestuario blanco, se había apuntado al plan. Así están de integrados en la vida española dos de los jugadores estadounidenses del equipo de Pablo Laso. Quizá Marcus se arrepienta.
Al pasar el control de seguridad, al pívot, de 2,04 y 108 kilos, le hicieron sacar una crema de manos y la colonia del equipaje de mano, y le invitaron a que introdujera el líquido en recipientes de plástico. Se lo pidieron, según el jugador, con bastante desprecio y medio insultándole.
Marcus fue a comentar al responsable de seguridad que no hablaba español, que prefería comunicarse en inglés. Entonces, según su versión, un guardia civil al que se puede identificar con dos tatuajes de telas de araña en los codos le llamó: “Puto negro”.
Slaughter, al que la Guardia Civil acusa de haber zarandeado a uno de sus miembros, acabó en los calabozos de Barajas. Horas después y tras declarar ante el juez, el pívot del Madrid quedó en libertad sin cargos. Eran alrededor de las cinco de la pasada madrugada.
El asunto no quedó así. Por boca de responsables de comunicación del club blanco, Slaughter negó que haya zarandeado a nadie y apeló a las cámaras de seguridad del aeropuerto. Pide que se revisen las imágenes para dar validez a su versión y lamenta los insultos racistas. Desde luego, nunca olvidará el inicio de sus vacaciones ibicencas.