La policía ha registrado 57 delitos de odio en lo que va de año. Los ataques contra el Islam representan el 40%. 6.09.2015
PATRICIA ORTEGA DOLZ / VIRGINIA MARTÍNEZ CRESPO. EL PAÍS.- Hasta 57 casos de delitos de odio han sido registrados por la policía en lo que va de año. El Ministerio del Interior reconoce “un repunte” en esta modalidad delictiva, perseguida en todas sus formas con el nuevo Código Penal. Los informes policiales reflejan que el 40% de estos ataques son por islamofobia. Comenzaron a sucederse tras el atentado contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo. Hasta entonces, a falta de datos comparables y con un estudio previo de Interior, los incidentes de este tipo eran mayoritariamente por racismo y homofobia.
“Islam es paz para tu puta madre”, rezaba la pintada en la fachada de la mezquita Ismael en Burgos. Apareció escrita el pasado 8 de enero, al día siguiente del atentado contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo. Un día más tarde, el 9 de enero, en las escaleras de la entrada principal de la mezquita de Abu Baker en Madrid se leía: “Islam No, perros hijos de puta”. Y el 10 de enero, en la fachada principal de la mezquita de Jaén: “Islam fuera de Europa”. Y el 13 en Jerez de la Frontera (Mezquita En-Noor): “Fuck Islamic” [“Que os jodan, islamistas”] y tachados los nombres de ISIS y Al Qaeda, junto a un “Je suis Charlie” [“Yo soy Charlie”], el grito de solidaridad que recorrió Europa tras la muerte a tiros de los 11 periodistas de la publicación parisina.
Son reacciones de rechazo viscerales, letras iracundas que discriminan a todo un colectivo por sus sentimientos religiosos y culturales, son delitos de odio tipificados como tales en el nuevo código penal, tras la reforma de la Ley Orgánica 10/1995.
En lo que va de año son 57 las acciones delictivas registradas por la policía como delitos de odio. La mayor parte de ellas, un 40%, son calificadas como islamofobia. Han crecido por el impacto de las acciones de las huestes del autodenominado Estado Islámico en Siria e Iraq dentro y fuera de sus territorios y por los atentados perpetrados por los llamados “lobos solitarios”, que han convertido la lucha contra el terrorismo yihadista en objetivo primordial de las fuerzas y cuerpos de seguridad de los estados y de las Naciones Unidas.
El Ministerio del Interior reconoce “un repunte” —no dimensionable aún por ausencia de registros de datos anteriores— en esta modalidad delictiva. Incluye también los delitos por ideología, como el que se produjo en el local de Podemos en Alcalá de Henares el pasado 9 de enero, cuando varios encapuchados con estética nazi accedieron al interior e increparon y agredieron físicamente a una de las asistentes que se encaró con ellos. Este tipo de agresiones supone el 24% de las registradas este año, según datos policiales. También entran dentro de ese “repunte” los delitos de racismo (un 31% de los contabilizados en 2015), como el denunciado el pasado 5 de febrero en Albacete por dos ciudadanos marroquíes que aseguraban estar hartos de que su vecino se dirigiese a ellos como “moros de mierda”. Y los ataques homófobos (un 3% de los contabilizados en 2015), como el sufrido el pasado 8 de agosto por una transexual en Madrid. Era el tercero en el mismo mes y es el último recogido en el informe de la Comisaría General de Información. “¡No la dejéis pasar, es un hombre, un travesti, un maricón!”, le espetaron antes de pegarle un puñetazo y un tirón del pelo. Además de estos, los ataques por antisemitismo suponen un 2%, dentro de esta modalidad delictiva.
Según los registros policiales, Madrid —con 14 en 2015— se lleva la palma en este tipo de ataques en sus diversas modalidades. Seguida de Málaga (6), Valladolid (5), Barcelona (4) y Albacete (4).
En el Informe sobre incidentes relacionados con los delitos de odio en España, del Ministerio del Interior, se recoge que aumentaron en 2014 en términos absolutos, concretamente hubo 113 casos más que el año anterior, un total de 1.285.
Según el psicólogo clínico y experto social Sergio García Soriano, los agresores cometen este tipo de delitos porque rechazan a aquellas personas de un determinado colectivo que “enturbian su mundo perfecto”. Uno de los principales problemas para identificar los delitos de odio es demostrar que la motivación del ataque es la intolerancia. Los insultos son una de las principales pruebas, según Miguel Ángel Aguilar, fiscal especial de delitos de odio de Barcelona. Palabras como “maricón” reflejan que las vejaciones son discriminatorias.
Respecto al perfil del agresor, el estudio de Interior refleja que la mayoría son hombres (92,97%), de nacionalidad española (79,1%) y más de un tercio están en una horquilla de edad de los 26 a los 40 años.
Resulta llamativo que, según ese estudio de Interior de 2014, las agresiones homófobas eran hasta entonces los delitos de odio que más se repetían (suponiendo un 36.96% de los incidentes), seguidos de los xenófobos (de 381 en 2013, a 475 en 2014). Con el nuevo Código Penal vigente, que tipifica los delitos de odio, los primeros datos de la Comisaría General de Información de la Policía correspondientes a 2015 indican que son de largo los ataques de islamofobia los más habituales dentro de este capítulo.