ECODIARIO.- Un grupo de siete jóvenes de raza negra ha presentado una denuncia contra la discoteca Tifanny’s de Madrid, por un posible delito de discriminación, al negarles el acceso sin darles ninguna explicación.
Según informó hoy SOS Racismo Madrid, los jóvenes acudieron a la discoteca para celebrar el cumpleaños de uno de ellos, el senegalés Djilby. El grupo había hecho una reserva en el local y se presentaron a la hora concertada, entre la 1 y las 2 de la madrugada del 9 de abril.
“En la fila había muchas personas”, ha contado Djiby a SOS Racismo. Tanto delante como detrás de ellos había grupos integrados por personas blancas, y “todos pudieron entrar, pero nosotros éramos siete personas negras y no nos dejaron a ninguno”.
Comenta este joven senegalés, estudiante de integración social, que cuando los porteros les vieron “empezaron a hablar entre ellos y a reírse”. Llegado su turno, uno de ellos les indicó que no podían entrar, y cundo Djiby preguntó el motivo, le contestaron que “simplemente no podíamos pasar. No nos dieron explicaciones porque no la había”.
De nada les sirvió explicar que habían hecho la reserva a una persona que trabajaba de relaciones públicas del local, un joven al que conocían, que se encontraba allí en ese momento y que “antes de que nos negaran el acceso me confirmó que la reserva era correcta y que debía colocarme en la entrada”, relata Djiby. El chico todavía conserva los mensajes a través de los que hicieron la reserva y que presentarán como prueba en el posible juicio.
COMPORTAMIENTO EJEMPLAR
En una conversación telefónica con SOS Racismo Madrid, la dirección del local ha explicado que se les negó el acceso debido a que “ese día había menos porteros de lo normal, por lo que no se podían hacer cargo de los jóvenes fornidos”. Una decisión que habrían tomado, aclaran desde la discoteca, si los chicos hubiesen sido “marroquíes, españoles o italianos”.
Es una explicación que carece de coherencia para Djiby: “Dónde está escrito que una persona fuerte es de por sí problemática. Nosotros pensamos que el único motivo fue por ser negros”.
La discoteca admite que los chicos no contravenían ninguna de las exigencias para la entrada. “Ninguno incumplíamos las normas del derecho de admisión, no íbamos mal vestidos, ni tampoco bajo los efectos del alcohol y nuestro comportamiento fue ejemplar en todo momento”. Tampoco había problemas de aforo porque detrás de ellos había personas en la fila que accedieron sin problema.
“Podrían haber dicho que no les gustaban mis zapatillas o mi peinado, hubiera preferido que mintieran o que dijeran que era por ser negros, pero no se atrevieron”, se lamenta Djilby.
Al cabo de un rato de denegarles la entrada llegaron agentes de la policía, que les propusieron a los jóvenes poner una denuncia. Así lo han hecho, apelando a un posible delito de discriminación, tipificado en el artículo 512 del Código Penal.
“Denuncio porque ya estoy harto de estas cosas”, comenta el portavoz de los jóvenes, mientras recuerda que en esa misma mañana en la que había decido denunciar se puso en contacto con el relaciones públicas que les hizo la reserva y “me dijo que lo sentía mucho y que a a él le habían regañado por habernos traído”.
Djilby espera que estos hechos no se repitan. “Esto tiene que acabar”, dice, “hay sitios determinados a los que no vamos, porque sabemos que no nos dejarán entrar y así nos evitamos un disgusto como este. Estas cosas te afectan y no dejas de pensar en ello”.
Djilby lamenta el silencio de las personas que estaban allí aquella noche y no les mostraron su apoyo. “No necesito que nadie hable por mí, pero me sorprendió que nadie se pusiera de nuestro lado, ni siquiera preguntaron por qué una persona blanca podía entrar y nosotros no”.
11 mayo, 2017