18 julio, 2019. El juzgado tomará declaración al acusado, que llegó a gritarles «vete a tu país, extranjera de mierda» y que tiene antecedentes por violencia machista.
La Fiscalía contra los delitos de odio y discriminación ha asumido la investigación del ataque xenófobo sufrido por dos mujeres bolivianas el pasado 15 de mayo, cuando esperaban un autobús de noche en la plaza del Ayuntamiento de València y fueron increpadas por un hombre al que finalmente detuvo la Policía Local de València.
La fiscal delegada de odio, Susana Gisbert, será la encargada de llevar el peso de la acusación pública, una vez examinado el atestado policial y las actas declaratorias tanto de las dos víctimas como de un chico que fue testigo del ataque verbal y de las amenazas de agresión, y cuya intervención propició que los policías locales pudiesen detener al ahora acusado, Julio G. F., como sospechoso de un delito de discriminación.
La causa continuará en el mismo juzgado de Instrucción en el que recayó el primer día, pero, en lugar de ser su fiscal asociado quien acuse, será la fiscal delegada de odio quien lo haga.
Para ello, está previsto tomar declaración a todos los actores de este procedimiento judicial, tanto las dos víctimas, de 32 y 45 años, como el testigo y, por supuesto, también el investigado.
LEVANTE – EMV.- Eran las doce y cuarto de la madrugada del 15 de mayo. Las dos mujeres, ambas bolivianas pero que ni siquiera se conocían, esperaban sendos autobuses para regresar a sus casas, en dos pueblos del área metropolitana de València después de haber estado todo el día trabajando.
En ese momento, un hombre que estaba sentado en un banco, español, de 60 años y con antecedentes, empezó a insultar y amenazar a la más joven, hasta amedrentarla y provocar su llanto. «Se empezó a meter conmigo por extranjera. Me dijo: ‘Extranjera de mierda. Mala puta, que tienes cara de puta’». Mientras gritaba, se le fue acercando amenazadoramente hasta echársele encima.
Cuando lo tenía tan cerca que temió por su seguridad, la mujer optó por cambiarse de sitio, «muerta de miedo», según declararía poco después a la Policía Local. Verla correr asustado lo envalentonó. El ahora detenido prosiguió: «Soy nazi, vete a tu puto país. Te voy a dar».
La otra mujer, pese al evidente riesgo -«pasé mucho miedo, pero no iba a dejar que pegasen o insultasen a la otra chica», declararía después-, no se lo pensó dos veces y salió en defensa de su compatriota y llamó a la policía. Cogió su teléfono y pidió ayuda a la policía.
Entonces, el acosador la emprendió con ella, repitiendo las mismas frases xenófobas que había dicho antes, como por ejemplo «vete a tu país, extranjera de mierda». Y añadió: «He estado más de 12 veces en la cárcel por violencia de género, así que me da igual».
Cuando llegaron los policías locales, el ahora detenido no solo no depuso su actitud, sino que la mantuvo con ellos. Cuando le pidieron que se identificara, arrojó al suelo su cartera al grito de «no os voy a dar nada, que sois unos hijos de puta. ¡Ojalá os maten a todos! ¡Gora ETA!», tras lo cual derribó a un agente de un cabezazo.