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"Miles de personas tienen relaciones estables con gente del mismo sexo. Se trata de parejas normales, comprometidas en cada aspecto de su vida en común y, sin embargo, sus relaciones son invisibles a los ojos de la ley", señaló Jacqui Smith, subsecretaria de Estado para Mujeres e Igualdad, en la presentación del proyecto. Ante este panorama de desamparo legal, el Ejecutivo ha decidido introducir cambios para otorgar estatus civil a dichas parejas, con el fin de que, por ejemplo, puedan cobrar las pensiones de viudedad y estar exentos de los impuestos sobre la herencia.
Las parejas de gays y lesbianas que deseen formalizar su relación amorosa para que sea reconocida legalmente deberán inscribirse en el "Registro de Parejas Civiles", que conlleva una serie de derechos y responsabilidades. El acto de inscripción se hará en los Ayuntamientos, ante un responsable político y dos testigos y, para deshacer la relación, la pareja deberá acudir al juzgado.
El plan gubernamental, que afecta a Inglaterra y Gales -Escocia tiene su propia ley civil-, ha causado polémica no sólo en sectores de la Iglesia cristiana, sino también entre las organizaciones que defienden el reconocimiento de las parejas de hecho heterosexuales. Los eclesiásticos critican que se iguale el estatus de una unión homosexual al matrimonio, mientras que activistas para los derechos humanos opinan que la ley debería extenderse a todo tipo de parejas no casadas.
El controvertido proyecto concede a los homosexuales el derecho "a hacerse responsables" de los hijos del otro miembro de la pareja; a recibir la pensión de viudedad u otros beneficios estatales, y a ser tratado como "familiar cercano" en hospitales y en el cobro de la herencia. Entre las obligaciones que adquirirán las personas del mismo sexo está la manutención financiera de la pareja, en caso de necesidad, y la obligación de registrar su muerte.
El Gobierno se defiende de las críticas conservadoras, insistiendo en que no se trata de "matrimonios homosexuales", sino de una medida para garantizar derechos básicos, según Smith. En cuanto a los que creen que el plan debería haberse extendido a las uniones heterosexuales e incluso a las relaciones entre amigos o enfermos y cuidadores (sean o no de la familia), el Ejecutivo no ha cerrado la puerta a que esto suceda en el futuro.
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