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Al menos 20 personas murieron y más de 300 resultaron heridas ayer en un doble atentado, casi simultáneo, con coches bomba contra dos sinagogas de Estambul en pleno sabath, la fiesta semanal judía. Las autoridades de Turquía no dudaron en calificar la acción de "terrorismo" con "vínculos internacionales", en una alusión a extremistas relacionados con Al Qaeda.
El reloj marcaba las 9.30 horas (una hora menos en España) cuando dos vehículos cargados con explosivos saltaron por los aires junto a la sinagoga de Neve Shalom, --que en lengua hebrea quiere decir oasis de paz-- la de mayores dimensiones de la capital económica de Turquía, y junto al templo de Beth Israel, en el barrio de Sisly, a unos cinco kilómetros de la primera.
TEMPLOS ABARROTADOS
Aunque la fachada de la sinagoga de Neve Shalom se derrumbó por completo, ambas explosiones no afectaron al interior de los templos. El portavoz del Gran Rabinato de Estambul, Silvio Ovadia, precisó: "Más de 300 personas se encontraban en el interior de los edificios en el momento de las explosiones". Sin embargo, casi la mitad de las víctimas mortales eran judías, según informó el embajador israelí en Turquía, Pinhas Avivi. El ministro del Interior, Abdulkadir Aksu, aseguró que los atacantes pudieron ser kamikazes o terroristas que accionaron los explosivos por control remoto.
Un grupo islamista denominado Frente de los Jinetes Islámicos del Gran Oriente se atribuyó, en una llamada telefónica a la agencia Anatolia, la responsabilidad del doble atentado. "El motivo es acabar con la opresión de los musulmanes", dijo el comunicante, antes de apostillar: "Seguiremos con nuestras acciones". Pese a la llamada de teléfono, los observadores dudan de que este grupo, que tiene a la mayor parte de sus líderes en prisión, tenga la capacidad para perpetrar atentados de esa envergadura.
Ambas acciones terroristas, según los expertos, enviaron una doble señal. Por un lado, golpean la convivencia religiosa en Turquía, el único Estado estrictamente secular de mayoría musulmana, que goza de buenas relaciones con el Estado de Israel y EEUU. La comunidad judía de Estambul cuenta con unos 30.000 miembros. También constituye un ataque indirecto contra el Gobierno de Ariel Sharon.
A tenor de las declaraciones de las autoridades, Ankara no descarta que los autores sean islamistas kurdos próximos a Ansar al Islam, un grupo que actúa en el norte de Irak y que, según Roland Jacquard, director del Observatorio Internacional sobre el Terrorismo, "quiere exportar su estrategia de terror".
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