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El hecho de que una de las preguntas presentadas a los encuestados estuviera redactada de forma confusa e inductora de una respuesta anti israelí ha hecho que la Comisión haya intentado desmarcarse de los resultados, pero eso no debe encubrir el hecho de que esté creciendo, otra vez, el antisemitismo, el odio a los judíos y los ataques a sinagogas y cementerios judíos.
La aparición de “estudios” relativizando las matanzas de los nazis o afirmaciones tan miserables como las de Saramago al comparar los campos de exterminio de Hitler con los campos de refugiados palestinos han hecho mella en unas sociedades donde el antisemitismo ha sido inculcado durante siglos, donde el plan de exterminio de Hitler encontró mas colaboración de lo que se suele admitir y donde lo judío sigue siendo presentado con tintes oscuros, tenebrosos, conspirativo o, cuando menos, dudoso. La situación actual en Oriente Próximo ha sido una espoleta y una excusa para que estos sentimientos hayan vuelto a florar cada vez mas claramente.
El hecho de que sectores importantes de la intelectualidad y del poder democrático se expresen respecto a Israel con mucha ignorancia y mayor inmoralidad, encontrando justificaciones para el terrorismo palestino, ocultando el hecho de que los campos de refugiados son, en parte, escuelas y arsenales de los grupos criminales, comparando al primer ministro Sharón, elegido democráticamente, con Arafat, nunca elegido en libertad y defensor del terrorismo desde que comenzó su carrera de dirigente palestino, o que no se ponga de relieve el carácter plural de la sociedad de Israel donde además de judíos vive una importante minoría árabe con todos los derechos, diputados elegidos y un bienestar incomparable con cualquier otro árabe de la zona, alimentan los tópicos y alientan la fobia antijudía sembrada con paciencia durante dos mil años.
Considerar que Israel, el Estado que ha sido víctima de mas atentados terroristas en su historia, puede ser una amenaza a la paz mundial; olvidar que ese pequeño Estado democrático está rodeado de Estados que han prometido “echar a los judíos al mar” hasta hace bien poco tiempo; no ver que esa sociedad democrática y la libertad que implica ha desarrollado un bienestar desconocido en aquellas latitudes supone un conjunto de afirmaciones y omisiones que debería preocupar a la Unión Europea porque revelan un sentimiento criminal y reaccionario y está creando coartadas para futuros atentados terroristas.
La Comisión Europea ha anunciado la creación de un comité para evaluar la ola de antisemitismo y tomar medidas al respeto. No hay que olvidar que la acumulación de odio anti judío durante mas de dos mil años, alentada durante mucho tiempo por el cristianismo y el fanatismo religioso de todo tipo, ha provocado sistemáticas matanzas de judíos en todo Europa, aunque se ha matado con ventaja en Inglaterra, Rusia, Polonia, Alemania y España. El holocausto nazi, la shoah como la denominan los judíos (seis millones de asesinados), fue la guinda sangrienta de una explosión criminal que se fue alimentando durante siglos.
La vuelta del antisemitismo, de los prejuicios, de los chistes sucios sobre judíos, del desprecio, de la envidia y de la mentira como instrumento contra el Estado de Israel son indicios que deberían alertar a todos.
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