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Congreso Internacional de Víctimas de Terrorismo celebrado en Madrid

    Texto íntegro del Manifiesto de Madrid acordado en el I Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo.

El terrorismo es actualmente un fenómeno global que afecta a prácticamente todas las sociedades. El terrorismo nunca está justificado. Las organizaciones terroristas pueden buscar diferentes coartadas para cometer sus crímenes. Pueden utilizar diferentes métodos de actuación. Pueden actuar contra diferentes tipos de objetivos. Pero, cualquiera que sea su forma de manifestación, el terrorismo es siempre un crimen injusto e injustificado, cruel, abominable y rechazable por atentar contra los derechos más elementales de las personas y de las comunidades.
Igualmente, cualquiera que sea la manifestación del terrorismo, sus víctimas son iguales. No importa el país, la situación política o social, la motivación o el criterio para elegir objetivos. Las víctimas son iguales. Son seres inocentes a los que un destino fatal convierte en víctimas de asesinatos, secuestros, torturas, extorsiones, chantajes o amenazas. Son seres inocentes que se ven privados de sus derechos por la crueldad aleatoria de unos criminales. Son seres inocentes cuyas vidas se ven quebradas por la maldad de aquellos que no saben exponer sus ideas de otra forma que no sea usando la violencia.
Son víctimas quienes lo padecen de manera directa, quienes pierden la vida, la integridad física o su entorno por culpa de los terroristas. Son víctimas los familiares, los amigos, los compañeros de quienes padecen un atentado terrorista y comparten el dolor y sufren la pérdida de seres queridos. Son víctimas los pueblos, las ciudades, las comunidades que ven alterada su convivencia por la acción de los terroristas. Y son víctimas también el conjunto de la sociedad que se ve amenazada por el riesgo de acciones terroristas o alterada por la realidad de las mismas.
Por ello, quienes hemos padecido de manera directa o cercana el terrorismo nos consideramos legitimados para hacer oír nuestra voz. Para reivindicar los valores de paz, de libertad, de tolerancia y de pluralismo que representan todas y cada una de las víctimas del terrorismo del mundo. Para exigir a las organizaciones terroristas el cese de unos crímenes que nunca les harán alcanzar objetivo alguno. Para reclamar la solidaridad, la asistencia, la ayuda y también el recuerdo de Gobiernos y de sociedades a fin de evitar que la larga lista de nombres que han sido víctimas de la locura terrorista siga aumentando.
Por todo ello, unidas hoy víctimas del terrorismo de muy diferente origen y procedencia, queremos hacernos oír, con más fuerza que el sonido de las balas y de las bombas, con la fuerza invencible de la palabra y de la razón. Y por ello:
Primero: Pedimos a todos los Gobiernos un compromiso activo y constante en la lucha contra el terrorismo, por encima de cualquier ideología, y un compromiso igualmente activo y constante a favor de las víctimas, promoviendo aquellas leyes que sean necesarias para otorgar a las víctimas un régimen de ayuda, protección y asistencia digno y suficiente, así como el reconocimiento social de su condición de víctimas del terrorismo.
Segundo: Pedimos a la comunidad internacional que se comprometa a fomentar medidas como la armonización de las legislaciones internas en materia de indemnización a víctimas del terrorismo; la elaboración de un estatuto internacional de víctimas del terrorismo; la cooperación y armonización de las políticas de prevención, represión y lucha contra la financiación del terrorismo; la supresión de los procedimientos de extradición en materia de terrorismo y la entrega inmediata de los terroristas al Estado en el que hayan cometido sus crímenes.
Tercero: Pedimos a las organizaciones internacionales, y en especial a las Naciones Unidas y a la Unión Europea, la creación de comités específicos de víctimas del terrorismo donde éstas puedan hacerse oír, tener una voz permanente y ofrecer sus criterios y propuestas para combatir el terrorismo; así como también que las propias organizaciones internacionales creen y mantengan partidas presupuestarias específicamente destinadas a asistir a las víctimas del terrorismo de los Estados que las integran.
Cuarto: Pedimos que todos los convenios internacionales sobre terrorismo sean firmados y ratificados por el conjunto de la comunidad internacional y que se prive de inmunidad a los gobernantes que sean declarados autores, inductores, financiadores, o cómplices de actos de terrorismo.
Quinto: Pedimos que los crímenes terroristas sean considerados como violaciones de derechos humanos por la comunidad internacional y que sean incluidos en la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional.
Sexto: Pedimos a las ONGs y demás organizaciones civiles defensoras de los derechos humanos que se comprometan en la defensa de las víctimas del terrorismo y en la identificación del terrorismo, cualquiera que sea su causa u coartada, sin establecer equidistancias ni confusión entre víctimas y verdugos.
Séptimo: Pedimos a los medios de comunicación un compromiso permanente en la lucha contra el terrorismo, evitando una falsa neutralidad o una tramposa objetividad, y mostrando la realidad de unos crímenes que nunca pueden ser ni justificados ni oscurecidos en su crueldad por juegos dialécticos, desconocimiento o distorsión informativa.
Octavo: Pedimos a la sociedad civil que mantenga y refuerce su compromiso y solidaridad con las víctimas del terrorismo, que haga oír con decisión y valentía su voz en las calles ante las acciones terroristas, mostrando a los criminales su rechazo y a las víctimas su afecto y comprensión. Las víctimas del terrorismo no queremos ni venganza ni revancha. Las víctimas del terrorismo sólo queremos que las generaciones futuras no tengan que padecer lo que, desgraciadamente, hemos padecido de manera directa o indirecta tantas personas que un día nos convertimos en víctimas por la crueldad de unos criminales. Y estamos convencidas de que todos juntos, gobernantes y ciudadanos anónimos, podremos con nuestro esfuerzo y trabajo conjunto evitar que el dolor se perpetúe y darle vida a la esperanza de un mundo mejor.