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La Fundación Secretariado General Gitano reclama sensibilidad hospitalaria con las minorías
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El pasado martes 20 de enero, tuvieron lugar en la UVI del Hospital La Paz de Madrid unos sucesos que se saldaron con una contundente intervención de la policía antidisturbios en el interior del centro, tras la que varias personas resultaron contusionadas y una herida de cierta gravedad. El origen de estos hechos está en el fallecimiento, por causas naturales, de una persona de etnia gitana en el hospital y los comportamientos de sus familiares (entre 30 y 50 personas) por esta circunstancia.
Las reacciones de los sindicatos del sector y portavoces del hospital (según ha recogido la prensa) se han centrado exclusivamente en la reclamación de mayores medidas de seguridad en los centros hospitalarios para atajar este tipo de problemas que, si bien no con la gravedad del mencionado caso, por desgracia no son aislados.
Desde la Fundación Secretariado General Gitano, sin con ello querer justificar en ningún modo cualquier tipo de actitud violenta, creemos que ésta no es una solución aceptable y que se pueden y deben implementar medidas para adecuar la atención hospitalaria a las especificidades de minorías culturales como la gitana. Para ello se ha realizado una solicitud a la Delegación del Gobierno de la Comunidad de Madrid para que convoque una reunión con representantes de las gerencias de los grandes hospitales y de la Consejería de Sanidad de la Comunidad para analizar estas situaciones y arbitrar las medidas necesarias.
De todos es sabido que un porcentaje importante de personas de etnia gitana vienen sufriendo desde hace siglos graves problemas de marginación y exclusión social. En la práctica esto se ha traducido en un menor acceso al sistema sanitario público, lo que conlleva una carencia de hábitos en lo relativo al uso del mismo y a la comprensión de sus normas. Esta circunstancia se complica en muchos casos por las diferentes actitudes culturales ante la enfermedad y la muerte, que por razones diversas mantienen muchas de estas personas. Uno de los casos más conocidos o habituales es, por ejemplo, la visita a familiares hospitalizados por parte de un número mucho mayor de parientes de lo habitual en la sociedad mayoritaria, así como las mayores exteriorizaciones del dolor ante el fallecimiento de un familiar.
Por estos motivos, desde la FSGG sugerimos una serie de acciones que podrían ayudar a evitar circunstancias que nadie desea como las ocurridas en el Hospital La Paz:
Incorporación de mediadores interculturales cualificados en los equipos de atención al cliente de los grandes hospitales para el apoyo y acompañamiento de pacientes gitanos y sus familiares, posibilitando su acercamiento a los recursos sanitarios, ejerciendo una labor de mediación en situaciones conflictivas y favoreciendo la convivencia intercultural.
Formación de los profesionales sanitarios en las características de los colectivos minoritarios a los cuales atienden, dotándoles de conocimientos y herramientas que permitan abordar este tipo de situaciones de una manera adecuada.
Facilitar la acogida de grupos numerosos de personas habilitando y regulando la estancia temporal en espacios como aparcamientos, etc.
Elaboración y difusión de materiales informativos adaptados (folletos, carteles…).
Finalmente, desde la FSGG también queremos hacer un llamamiento a la responsabilidad de los medios de comunicación en estas cuestiones y, en general, en la configuración de la imagen social de la comunidad gitana. En los mencionados sucesos del Hospital de La Paz, es lamentable el tratamiento informativo por parte de algunos medios, con enfoques morbosos y expresiones como “batalla campal”, “territorio comanche”, “ritual de la muerte gitano”, etc. o la ilustración de los mismos mediante dibujos descriptivos de pésimo gusto.
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