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La resistencia de los gitanos eslovacos contra las políticas neoliberales de la UE

    En la ultima semana de febrero, decenas de miles de Roma (gitanos) han protagonizado una de las resistencias más militantes y comprometidas contra las políticas neoliberales del Gobierno conservador eslovaco para preparar su ingreso en la Unión Europea el próximo 1 de mayo. Su historia merece la pena de ser conocida, no solo porque es un ejemplo de dignidad contra la opresión como trabajadores y miembros de una minoría nacional sino también porque su lucha ha tenido éxito, aunque sea parcialmente, mostrando el camino de la resistencia contra las políticas neoliberales de la UE en los nuevos estados miembros de Europa Central.

La revuelta roma de Kosice

El gobierno cuatripartido conservador eslovaco decreto recientemente el fin de las ayudas a los parados y las subvenciones para las familias numerosas y bajo el umbral de la pobreza. El ministro de trabajo, Ludovit Kanik, decidió no solo que la integración en la UE exige el recorte drástico del gasto social, sino que también la mejor forma de hacerlo es introducir esquemas tatcherianos como la obligación del trabajo comunitario para poder cobrar el subsidio de ayuda.

Las comunidades roma y sinti han estado sobreviviendo estos años, con tasas de paro entre el 70% y el 80%, en base a trabajos ocasionales, cultivos de subsistencia y de la caridad pública. En esta situación, el hurto se convierte en muchos casos en una forma desesperada de sobrevivir, como el recurso a los usureros de la propia comunidad, en muchos casos las únicas personas con empleos o pequeños negocios estables. Toda la comunidad esta endeudada para poder dar de comer a las familias., con la única garantía de los subsidios y ayudas gubernamentales mensuales. Al desaparecer estos, toda la estructura social roma se ha desplomado y los primeros en exigir que se mantengan las ayudas han sido los acreedores, para poder recuperar sus prestamos, alentando la desesperación de los más pobres para que salieran a la calle.

Las organizaciones roma, muchas de ellas constituidas por ONGs ligadas a las redes clientelares de los partidos conservadores, se han dividido. Pero un sector, encabezado por el Parlamento Romani, de Ladislav Fizik, lanzó un llamamiento a preparar huelgas y acciones pacíficas de masas a partir del 23 de febrero, para confluir en una jornada de lucha el día 25. El llamamiento, encabezado por la consigna ¡No queremos robar, queremos trabajo! se extendió como la pólvora en los asentamientos roma en toda Eslovaquia. Llovía sobre mojado, porque los roma eslovacos han estado sometidos a un régimen especialmente opresivo de discriminación, criminalización y violencia policial, como ha podido documentar ampliamente durante estos años la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI), que ha incluido casos de esterilización forzosa de mujeres roma /1.

El llamamiento del Parlamento Romani se transformó rápidamente en una explosión social contra el hambre. El 23 comenzaron los asaltos contra las tiendas de comestibles en Trhoviste, Cierna nad Tisu, Levota, Fialakovo, Michalovce, Rimavska Sobota y otros pueblos y aldeas de la región oriental de Kosice. Este motín del hambre fue reprimido duramente por la policia, que realizó en un solo día 52 detenciones. El partido fascista "Smer" (Dirección) amenazó con sacar a la calle a sus militantes para organizar un progrom anti-gitano. Una manifestación de cientos de personas en Trevisob fue brutalmente disuelta por la policia, que hizo 20 detenciones.

El día 24, los roma no enviaron a sus hijos a los colegios. El Primer Ministro Mikulas Dzurinda anunció al país que había enviado a la región de Kosice mil soldados para reforzar a los 1.500 policías que se encontraban ya en la zona en previsión de la jornada de lucha del día 25. El Presidente de la República, Rudolf Schuter, que pocos meses antes había afirmado que los estados miembros de la UE hacían bien en devolver a los roma a su país de origen "porque en Eslovaquia existe una democracia", denunció ahora al Gobierno por los disturbios por "ser el causante del crecimiento de la pobreza y el grave deterioro de la situación social de los parados, las familias con hijos y los pensionistas" /2.

A pesar de los llamamientos del Gobierno y de algunas organizaciones roma para desconvocar la jornada de lucha del día 25, decenas de miles de roma se manifestaron en toda Eslovaquia. El Gobierno conservador, ante este ejemplo de resistencia, no tuvo más remedio que ceder parcialmente y anunciar un aumento inmediato del salario mensual ligado al trabajo comunitario de 1.000 a 1.500 coronas (de 27 a 40 euros). Solo 30.000 personas participan actualmente en el trabajo comunitario. Pero se trata de una primera victoria sin precedentes para una de las comunidades más oprimidas y explotadas de Europa.

¿Pueden ser los roma ciudadanos de la UE?

Los Roma y Sinti (gitanos) constituyen una de las mayores minorías nacionales sin estado de Europa. Tras la Ampliación el próximo 1 de mayo, la UE contará con unos 6 o 7 millones de ciudadanos europeos de este origen étnico, al que se sumarán casi 3 millones más con el ingreso de Bulgaria y Rumania en la UE en el 2007. Llegados a Europa hace más de 500 años, inicialmente como tropas auxiliares de los ejércitos otomanos, los Roma han sufrido una terrible persecución para acabar con su nomadismo y sus costumbres ancestrales. El nazismo los sometió, junto a los judios, a un plan de exterminio sistemático en Europa Central y del Este, produciendo unas 500.000 victimas. Tras la Segunda Guerra Mundial, los regímenes estalinistas de Europa Central los obligaron a una sedentarización forzosa, integrándoles como mano de obra no cualificada en los centros industriales, pero con derechos sociales similares a los del resto de los ciudadanos. La desaparición de los regímenes "socialistas", las reestructuraciones y privatizaciones industriales y la venta de las viviendas públicas han afectado especialmente a la población de origen roma y sinti. En una ola de racismo que recuerda a los años 20 y 30, los roma y sinti se han visto expulsados de sus casas, sin trabajo (la OSCE estima que la tasa de paro en Europa de roma y sinti es del 70%) y obligados por decretos de expulsión a buscar nuevos sitios donde vivir. Esta ola de racismo masivo contra una minoría nacional en la UE no se reduce solo a Europa Central. Ciudades como Gantes han prohibido a los roma y sinti asentarse en su municipio. Tanto en Europa Central como Occidental, los roma, acusados de vivir del robo, se han convertido en un objetivo de bandas de skinheads y fascistas, como ya ocurrió trágicamente durante las guerras de los Balcanes y especialmente en Kosovo en 1999.

De hecho el problema de los roma y los sinti ha estado presente en todo el proceso de preparación de los países de Europa Central para su adhesión a la UE a través de los Acuerdos Europeos. La UE, consciente del trato discriminatorio que sufrían, ha exigido a los países candidatos la creación de Secretariados específicos para abordar políticas hacía estas minorías, en especial buscando la integración social y educativa de las generaciones más jóvenes. La palabra mágica es "asimilación", es decir, la desaparición de las características culturales propias como minoría nacional para su conversión en ciudadanos europeos. El proceso, sin embargo, ha permitido el surgimiento de una fuerte identidad nacional en sectores de roma y sinti por encima de las fronteras estatales que los separan en la UE en los últimos años, y la formación de partidos políticos propios en países como Eslovaquia o Hungría, además del apoyo a formaciones post-comunistas en Europa Central.

Los estados miembros de la UE-15 han favorecido estas medidas porque tienen auténtico pánico a la emigración hacia Europa Occidental de esta inmensa masa de población, que ya esta presente en muchas de las grandes capitales europeas en las calles o creando asentamientos espontaneos "ilegales". Pero después del 1 de mayo se convertirán en "ciudadanos europeos" y, a pesar de los periodos transitorios introducidos para limitar el movimiento de personas de los "nuevos" a los "viejos" estados miembros, será cada vez más difícil expulsarles judicialmente.

En Gran Bretaña, la alarma social ha estado alimentada por los tabloides como Sun , pero también por revistas del prestigio de The Economist. Este último publicó en su edición del 15 de enero un articulo con el título "Las hordas que llegan". La tesis de esta campaña colectiva es que miles de roma y sinti están esperando la ampliación de la UE para huir a Gran Bretaña y ello exige recortar los derechos de asentamiento que tienen como ciudadanos europeos /3. De hecho, Gran Bretaña e Irlanda suspendieron los acuerdos para la abolición de visados con Eslovaquia hace cinco años por la petición de asilo de 2.000 roma eslovacos. Finlandia también reintrodujo en el mes de junio del 2004 la necesidad de visado para los portadores de pasaportes eslovacos, por la petición de asilo en aquel país de otros 1.069 roma eslovacos. Estas restricciones se han convertido en una humillación para el Gobierno conservador eslovaco ante la Ampliación y solo hace unas semanas ha conseguido su supresión.

Pero el problema roma y sinti no desaparecerá tan fácilmente, y menos con medidas represivas. La OSCE, siguiendo una propuesta del presidente finlandés, ha alentada la creación de una ONG trans-europea que sirva de foro representativo de los roma y sinta en la UE. Se trata de aplicar la "governanza" neoliberal y establecer un marco de consultas con la "sociedad civil" roma para la UE, el Consejo de Europa y la OSCE. Se está preparando incluso un "decenio de la integración roma y sinti", que deberá comenzar en el 2005, del que el programa "Para los roma, con los roma", aprobado por la reciente cumbre de la OSCE en Maastricht debe ser un prolegómeno. Pero en el debate en el Parlamento Europeo sobre los sucesos de febrero en Eslovaquia, la diputada del Partido Socialista Austriaco, Hannes Swoboda, se preguntó en publico si la UE "se puede permitir el lujo" de mantener a 8 millones de roma y sinti pobres /4. Sobre todo si se convierten en un ejemplo de la lucha contra las políticas neoliberales de la UE.