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Estalla una bomba a las puertas de una escuela islámica en venganza por el asesinato del cineasta Van Gogh

    Cócteles molotov, cabezas de cerdo y pintura roja a las puertas de las mezquitas. Las reacciones al asesinato del cineasta Theo Van Gogh la semana pasada no se han hecho esperar. Ayer le tocó el turno a una escuela islamista de la localidad de Eindhoven, al sur de Holanda. Alrededor de las dos y media de la mañana estalló una bomba y provocó numerosos daños materiales. La Policía ha vinculado estos hechos con el crimen. Además, según añadieron fuentes de la investigación, el terrorista que ordenó el asesinato se habría fugado y se encontraría escondido en nuestro país.
La Haya- Se busca. La Policía holandesa está tirando de la cuerda para tratar de esclarecer el asesinato del cineasta Theo Van Gogh. Los investigadores estiman que el crimen podría haberlo encargado un terrorista huido que se encontraría en nuestro país, según informó ayer el diario estadounidense «The Wall Street Journal» en su edición europea.

Los investigadores también creen que los sospechosos del asesinato de Van Gogh tenían contactos con extremistas en España. «Aunque las autoridades judiciales españolas están esperando más información de sus compañeros en Holanda para poder aclarar la relación entre la célula holandesa y extremistas en España. Investigaciones recientes en España ya han revelado que existen relaciones amplias entre extremistas islámicos por toda Europa», precisa el citado periódico

Theo van Gogh fue asesinado a tiros el pasado martes en Amsterdam por un joven de nacionalidad holandesa y marroquí, detenido después de que la Policía le disparara en una pierna. En este momento, otros cinco sospechosos, entre ellos una persona con doble nacionalidad marroquí y española, están retenidos en Holanda en relación con el caso. Van Gogh, de 47 años y padre de un hijo, era conocido por sus comentarios polémicos y por su crítica a los fundamentalismos religiosos.

Entretanto, las reacciones en contra del crimen se suceden. Una fuerte explosión sobresaltó ayer a los habitantes de Eindhoven, al sur de Holanda, mientras dormían. Eran las dos y media de la madrugada cuando una bomba estallaba a las puertas de la escuela musulmana Tarieq Ibnu Zyad. Por suerte no hubo que lamentar heridos, aunque los daños materiales fueron cuantiosos. El miedo en esta localidad, situada a 170 kilómetros de Ámsterdam se palpa ya que, según las primeras hipótesis policiales, este último ataque, así como otros que se han producido en la zona contra instituciones islamistas, estaría vinculado al asesinato hace una semana del cineasta Theo Van Gogh.

El Gobierno local anunció además que a raíz de este incidente proveerá de protección a todos los edificios islamistas en la ciudad. El alcalde de la localidad, Alexander Sakkers, trató ayer de tranquilizar a los padres de los alumnos. «Es importante que estemos juntos. Una persona que lleva a cabo un acto tan idiota no debería afectar a la sociedad holandesa», les insistió. Los grupos musulmanes condenaron la matanza, pero no han dejado de producirse ataques.

La semana pasada también fue objeto de un pequeño incendio provocado con una cóctel molotov y además diferentes mezquitas en el país han sido escenario de incidentes menores como pintadas de protesta. Asimismo otro grupo lanzó pintura roja a la fachada de un centro social de ayuda a inmigrantes de Amsterdam.

Las reacciones se suceden. El pasado viernes por la noche la Policía de la localidad de Huizen detuvo a dos hombres cuando se disponían a incendiar una mezquita. Y algo similar ocurrió en otro templo islámica en Breda y en otro de Utrecht, donde además abandonaron a sus puertas una bolsa con una cabeza de cerdo.

El asesinato del cineasta Theo van Gogh se ha calificado en Holanda como un atentado contra la libertad de expresión y se ha enmarcado en el contexto del terrorismo islámico fundamentalista. Sobre el cadáver del director de cine se halló una carta que contenía una amenaza de muerte a la diputada liberal de origen somalí Ayaan Hirsi Ali que, junto con el cineasta asesinado, dirigió un corto que denunciaba la situación de la mujer en el mundo islamista.

Cuando se supo que el autor del asesinato de Van Gogh actuó presuntamente por convicciones del fundamentalismo islámico, las autoridades holandesas hicieron un llamamiento a la calma para evitar una polarización social entre musulmanes y no musulmanes. A la vez, el Ejecutivo holandés mostró su preocupación por el hecho de que el presunto autor del crimen haya nacido y se haya educado en Holanda, en donde pudiera haber tenido lugat un proceso de radicalización religiosa. Efe