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Los 400 habitantes del pueblo de Trebnitz, a unos 200 kilómetros al sur de Berlín están preocupados y con razón. En este lugar, situado en lo más profundo de la desaparecida República Democrática Alemana, ha comenzado a establecerse la autollamada "vanguardia del pueblo alemán".
Son los líderes del Partido Nacional Democrático (NPD), organización ultraderechista que se declara heredera del partido de Adolfo Hitler y que hace poco llegó al Parlamento de Sajonia, con un impresionante 9,2% de los votos.
Entusiasmados con su éxito, los dirigentes del NPD, que visten chaquetas de color pardo como hacían los miembros del partido de Hitler, crearon en Trebnitz un centro de altos estudios para la formación de jóvenes nazis, para lo que compraron el castillo de la ciudad.
El jubilado Rainer Jablonski, de 63 años, que trabajó antes en el castillo, cuenta que el plan es abrir "una escuela de alto nivel, con una gran sala y una enorme cocina, para atender a los alumnos en régimen de internado".
El propietario oficial del castillo es Steffen Hupka, uno de los ultras más conocidos de Alemania, pero quien está detrás es Rolf Hanno, quien ha ganado dinero como agente de turismo en Marbella. Un excontable de Hanno, Eckard Budde, afirma que el empresario "da dinero a sus camaradas que lo necesitan para ampliar su desarrollo político. Financia el mantenimiento de propiedades y encuentros políticos al margen de la vida pública".
Budde afirma que Hanno se ha reunido también en España con el jefe del NPD, Udo Voigt, quien justifica las donaciones porque "sin dinero no podemos luchar".
El NPD encabezó ayer la protesta contra el bombardeo de Dresde por los aliados, que los nazis han definido como "Holocausto de las bombas". Los herederos de Hitler movilizaron a toda su militancia, para darle más fuerza a la provocación. Además, el próximo 8 de mayo, día en que se cumple el sexagésimo aniversario de la capitulación nazi, han convocado a ultras de toda Europa, para marchar a través de la Puerta de Brandeburgo en Berlín.
Las provocaciones neonazis han desatado una amplia discusión y desde todos los rincones se exige colocarlos fuera de la ley. El presidente alemán, Horst Köhler, considera que la sociedad alemana debe despertar " para combatir las tendencias de extrema derecha no con pánico, sino con una estrategia bien pensada y efectiva".
El canciller, Gerhard Schröder, apunta en una dirección similar y afirma que se debe llevar adelante una lucha política decidida porque "son un peligro para la paz política interior y para la imagen de Alemania en el exterior".
Hasta la toma del poder
Por su parte, el presidente honorífico de Comité Internacional de Auschwitz, Julius Goldstein, de 70 años y ex prisionero de ese campo de concentración, declara: "Cuando hoy día, en nuestra patria, veo cómo los nazis se manifiestan por las calles y el más alto tribunal protege esas marchas en nombre de la libertad de expresión, entonces me digo: para nosotros se trata de un acto inhumano y sufrimos por ello".
Pero lo peor es que ese monstruo crece y se desarrolla. "¿Hasta cuándo?", se preguntó el presidente de la Comunidad Judía en Alemania, Paul Spiegel."Hasta la toma del poder total", respondieron los militantes neonazis de Trebnitz.
Noticia publicada en la edición de 2/14/2005 de El Periódico
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