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En el evento, que se desarrolló en la sede de RIA Novosti, participaron los diplomáticos de varios Estados extranjeros, representantes de diversas comunidades étnicas y asociaciones públicas de Rusia, investigadores y diputados de la Cámara baja del Parlamento.
Durante el pasado año se registraron en Rusia 44 homicidios por motivos étnicos, según reveló Alexander Brod, director de la Oficina de Moscú pro derechos humanos. Las estadísticas correspondientes a los dos primeros meses de 2005 ya recogen 15 agresiones y 7 asesinatos provocados por la xenofobia.
Brod sugirió elaborar un plan de acción para los próximos seis meses, a fin de que las asociaciones públicas cooperen con las estructuras estatales en la lucha contra la xenofobia y el racismo, y señaló que Rusia todavía no tiene organismos jurídicos que se encarguen de examinar los casos de intolerancia étnica.
El problema no es la falta de leyes sino la escasa práctica de su aplicación, opina Pyotr Shelesh, miembro del Comité parlamentario para la legislación. Los funcionarios públicos en Rusia, según él, carecen de experiencia en materia de la lucha contra la xenofobia y el racismo y no están lo suficientemente bien educados en algunas cuestiones, como por ejemplo la religión. Es precisamente por esta razón porque los organizadores han decidido celebrar en la segunda jornada de la Asamblea un seminario especial, en el que representantes de la Policía holandesa contarán a sus colegas rusos cómo hacen frente a las tendencias racistas. A futuro se prevé realizar una serie de seminarios similares porque la xenofobia y el racismo, según declaró el embajador holandés en Moscú, "representan realmente una gran amenaza para Rusia, y sería una equivocación suponer que son amenaza sólo para Rusia".
Otra dificultad con que tropiezan las estructuras de Justicia y los cargos públicos consiste en que muchas veces resulta difícil tipificar ciertas acciones como instigación de la discordia interconfesional e interétnica.
Galina Kozhevnikova, del centro de información y análisis Sova, señala que en los casos de homicidios o agresiones se puede por lo menos castigar a los autores, aunque no siempre sus acciones sean catalogadas como crímenes por motivos raciales. El mayor peligro, en su opinión, proviene del nacionalismo arraigado en los programas de algunos partidos políticos o de aquellas ideas nacionalistas que emanan desde la televisión y las páginas de prensa. A veces resulta imposible demostrar que ha habido una infracción legal en tales casos.
Los delegados de la Asamblea se pronunciaron por realizar el seguimiento, junto con los crímenes consumados en materia racial, aquellos casos en que se les opuso resistencia. "La sociedad debería ver delante no sólo cosas negativas sino también ejemplos positivos, que los hay bastantes" - señaló a este respecto Vera Malkova, del Instituto de etnología y antropología de la Academia de Ciencias rusa.
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