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Frente a ello, el Congreso de los Diputados, en nombre del pueblo español, dice que la unidad de las fuerzas políticas, la firmeza del Estado de Derecho y la solidaridad con las víctimas son los pilares inquebrantables de la respuesta democrática al terrorismo.
El pasado 11 de marzo de 2004, toda la sociedad español, especialmente el pueblo de Madrid, se movilizó en ayuda de las víctimas de los atentados. Se produjo una conmovedora y espontánea manifestación de solidaridad. El Congreso de los Diputados quiere proclamar su reconocimiento al pueblo español por esa manifestación de ciudadanía, y expresar su gratitud y su homenaje a cuantos acudieron en auxilio de los heridos o de las familias en aquellos momentos dramáticos.
El Congreso de los Diputados expresa su profunda convicción de que, ante el terrorismo, todas las víctimas son iguales; son seres inocentes a los que un destino fatal convierte en objeto de actos criminales e injustificables. Por eso, el Congreso quiere expresar su solidaridad y reconocimiento a todas las víctimas que durante años han sufrido el azote bárbaro del terrorismo.
El paso del tiempo nos debe afirmar cada vez más en la perseverancia para luchar contra el olvido de quienes han sufrido y sufren a consecuencia de la barbarie terrorista, cualquiera que sea su origen. Además de recordarles con emoción siempre, debemos de estar con ellos y ayudarles en todo momento a satisfacer todas sus necesidades. Sólo así volverán a estar entre nosotros como nosotros queremos que estén y sólo así podremos hacer justicia con ellos. En ese sentido, el Congreso de los Diputados traslada a las víctimas del salvaje atentado un compromiso firme y decidido de apoyo permanente e integral, alienta a la sociedad a secundarlo con generosidad y desea instar a los poderes públicos a una acción continuada y eficaz en la atención a todas las víctimas del terrorismo y a sus familias, que parta siempre del más profundo respeto a su dignidad y su dolor, y se concrete en cuantas medidas sean necesarias para asegurar su reparación moral y económica y su plena reinserción social.
En 1978, los españoles fuimos capaces de alcanzar un gran acuerdo para instituir un marco de convivencia pacífica y democrática en el que cupiesen todos y que fuese capaz de encauzar todas las legítimas demandas. Cada atentado terrorista es un brutal ataque a ese profundo deseo de convivencia pacífica que albergamos la inmensa mayoría de los ciudadanos, y nos golpea por tanto, de forma directa, a todos y cada uno de nosotros.
En el aniversario de los atentados del 11 de marzo, el Congreso de los Diputados reitera la necesidad de perseverar en la unidad de los representantes de la soberanía popular, en la condena sin paliativos de los atentados y en el compromiso irrenunciable de seguir luchando contra todo tipo de terrorismo.
El Congreso de los Diputados expresa, asimismo, su confianza en el Estado de Derecho y particularmente, en quienes, como los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y del Poder Judicial, velan por garantizar la paz y el disfrute de los derechos y libertades de los ciudadanos y aplican la Ley a quienes atacan y ponen en riesgo nuestra convivencia democrática. El Congreso de los Diputados renueva, por ello, su compromiso por hacer de la lucha antiterrorista la prioridad fundamental de toda la acción política. Lucha que ha de estar dirigida con igual intensidad a todas las formas de terrorismo.
El Congreso de los Diputados exhorta al Gobierno de España, a la Unión Europea, a las Naciones Unidas y al resto de organizaciones internacionales a cooperar activamente para prevenir y perseguir los actos de terrorismo. La colaboración internacional en la lucha contra el terrorismo es el activo más importante con que cuentan los Estados y la comunidad internacional para erradicar una lacra que asola nuestras sociedades y para profundizar en las condiciones políticas, económicas y sociales que contribuyan a la paz y la seguridad en el mundo.
Convencidos de que la pérdida irreparable de 192 vidas, junto a otras muchas pérdidas a causa del terrorismo, ha tenido como respuesta la unión de las fuerzas y voces de todas las personas de buena voluntad e instituciones en la lucha contra el terrorismo, en la solidaridad con sus víctimas y en la preservación de la convivencia, el Congreso de los Diputados quiere proclamar una vez más estas convicciones fundamentales. Esta Cámara sella hoy con solemnidad su compromiso ético con la reparación social que exige la memoria de los ausentes y muestra su confianza en que, a pesar del durísimo golpe recibido, nuestro pueblo siempre tendrá fe en que, sobre la fuerza bruta, la violencia y el terror, se impondrán los valores en que creemos y que constituyen nuestro modo de vida irrenunciable: la libertad, la igualdad, la justicia, el pluralismo político y la democracia".
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