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Estas son algunas de las conclusiones de los especialistas de la Policía en tribus urbanas y violencia en el deporte, consultados por Efe, que aseguran que la actuación de estos grupos en la capital ha descendido en el primer cuatrimestre del año con respecto al mismo periodo del 2004.
Desde el pasado 1 de enero y hasta el 30 de abril se han registrado 21 agresiones físicas de grupos urbanos violentos: dos de ellos fueron protagonizadas por grupos neonazis o de skin heads, otra por miembros relacionados con la extrema derecha (la agresión a Santiago Carrillo) y el resto están vinculadas con grupos ultras y radicales relacionados con el deporte.
En el mismo periodo del pasado año, las estadísticas policiales contabilizaron en la demarcación del Cuerpo en Madrid 30 agresiones y 21 de ellas fueron de neonazis y skin heads.
En Madrid existen dos grupos neonazis, los 'Blood and Honnor' ('Sangre y honor') y los Hammerskin, que destacan sobre el resto de 'grupillos' o 'comandos' (como sus miembros se autodenominan), integrados por jóvenes de entre 17 y 22 años, en su mayoría.
'Son jóvenes, pero con más edad que los miembros de las bandas latinas como los 'Latin King' o los 'Ñetas'; no se meten en los grupos por una desestructuración familiar, como los otros; muchos de ellos proceden de familias acomodadas; van al instituto y a la universidad, pero la mayoría presenta una inestabilidad escolar, un fracaso en este sentido', comentan los investigadores.
Son 'captados en las universidades, en determinados ambientes de los estadios de fútbol, en manifestaciones y concentraciones de extrema derecha', añaden los especialistas.
Su vehículo de comunicación por excelencia es internet; la red se ha convertido en su instrumento para intercambiar opiniones y afianzar su ideología nacionalsocialista, la 'más radical de extrema derecha' -'tienen muchas páginas', aseguran las fuentes-, aunque los móviles son sus 'mejores aliados' para organizar sus actuaciones.
Hace unos dos o tres años, los miembros de estos grupos se caracterizaban por una indumentaria característica, el corte de pelo y 'otras manifestaciones externas del cuerpo', que ayudaban a los agentes a identificarles como individuos pertenecientes a grupos neonazis, pero ahora estos 'parámetros tienen que ir acompañados de otros para que podamos decir que forman parte de ellos'.
'Ahora mismo hay chavales normales que tienen la cabeza rapada y no podemos criminalizar a la gente joven por el hecho de que lleven cabeza rapada', señalan.
Pero además los grupos neonazis, no ya los autodenominados 'comandos' que son 'grupillos', 'han cambiado su estrategia': hace unos años salían todos los fines de semana y quedaban para cometer una acción, iban por ejemplo a la 'caza del rojo', 'a la del contrario a su pensamiento', 'contra los inmigrantes o prostitutas'.
Estos actos 'producían repulsa en la ciudadanía' y 'ellos se han dado cuenta de que de esta forma no consiguen adeptos' y ahora lo que hacen es aprovechar algunas 'circunstancias o coyunturas' que se pueden considerar 'de interés nacional', como 'las elecciones al País Vasco o la inmigración'.
Es decir, podrían estar 'seleccionando' sus actuaciones para 'ganar adeptos' entre 'una 'minoría de la ciudadanía' que 'comulga' con ellos' en algunas cuestiones, como el 'descontento' con el fenómeno de la inmigración.
'Hay algunas personas muy minoritarias que repudian y están descontentas con la inmigración, porque piensan que detrás de ella vienen muchos males o porque han podido tener una experiencia desagradable con algún inmigrante, y entonces ellos quieren afianzar su pensamiento político en esa gente, aunque saben que en principio no están con ellos', comentan.
Pero la Policía ha detectado con numerosos datos objetivos -con diligencias y atestados- que estos grupos ahora 'podrían estar bajo el paraguas de formaciones políticas de extrema derecha'.
'Quizás algunos partidos de la extrema derecha podrían estar utilizando o manipulando a estos grupos de ultras o neonazis para unos determinados fines', puntualizan las fuentes consultadas.
Los investigadores no quieren alarmar a la población porque las estadísticas ponen de manifiesto un descenso de las agresiones de grupos neonazis en los cuatro primeros meses del año, aunque muestran su preocupación por esta nueva forma de actuar.
Las dos agresiones de grupos neonazis que los agentes han contabilizado en ese periodo 'no fueron planeadas', sino que 'surgieron de forma espontánea' y tuvieron como desencadenante el alcohol y otras sustancias estupefacientes.
Los investigadores quieren dejar claro que hasta el momento no se ha detectado ninguna vinculación de grupos neonazis con los incidentes racistas y xenófobos contra inmigrantes que se han registrado en el barrio madrileño de Villaverde tras la muerte el pasado día 2 de un joven español al ser apuñalado presuntamente por un dominicano.
No obstante, sí se ha llegado a distribuir en el barrio propaganda por parte de un partido de extrema derecha 'posiblemente para obtener un rédito político o electoral'.
Los especialistas insisten en que no han detectado la actuación de grupos neonazis en el distrito, si bien la conducta que han podido protagonizar determinadas personas, algunas ya detenidas, es también 'racista y xenófoba'.
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