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Varios profesores chicanos de distintas universidades -de la University of Texas in Arlington: los doctores Roberto Treviño, Héctor García, Christian Conway, Alejandro del Carmen, Manuel García y Griego, y quien les escribe; de la Stephen F. Austin: el presidente Tito Guerrero y el Dr. Rubén Rodríguez; de Texas A&M: los doctores Rogelio Sáenz y Rafael Lara Alecio; de Trinity: el Dr. Arturo Madrid y de Fordham: el Dr. Orlando Rodríguez- fueron invitados a España por el profesor Tomás Calvo Buezas, director del Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo (CEMIRA) de la Universidad Complutense de Madrid, para asistir a un seminario internacional sobre inmigración y racismo.
También viajarán otras personalidades, como el representante estatal Roberto Alonzo y el concejal Steve Salazar -ambos de Dallas Texas- al igual que Kelly Chaudry, Jabbel Barreno Morataya y el Dr. Juan José García del periódico La Opinión de Los Ángeles. Igualmente asistirá, entre otros, el Dr. Richard Figueroa de la embajada de EU en España.
El profesor Calvo Buezas, sociólogo, y otros distinguidos doctores de universidades españolas como Francisco J. Pizarro, Domingo Barrolla, María Gil y otros, comentarán sobre la inmigración a España desde África, principalmente de Marruecos y Latinoamérica; incluyendo mexicanos.
Por nuestra parte, discutiremos la inmigración a los EU desde Latinoamérica, principalmente desde México.Juntos y durante el transcurso de cinco días en Madrid en la Universidad de Extremadura en Cáceres, trataremos de comparar las tendencias y los modelos de inmigración.
Ambos países tienen un gran número de inmigrantes que llegan y toman los puestos de trabajos que los nacionales no quieren. Las economías en crecimiento necesitan de mano de obra, y la mano de obra extranjera es barata, y por lo tanto produce mayores ganancias económicas.
Los inmigrantes son necesarios. Tanto en España como en EU pero el racismo y la xenofobia antiinmigrante siguen en ascenso. En EU un inmigrante no puede obtener atención médica, educación universitaria ni licencia de conducir.
En Irving, Texas, la policía confiscará el vehículo de los inmigrantes que no posean seguro para su automóvil. Un inmigrante no puede obtener seguro para su vehículo si no posee una licencia de conducir.
En ambos países la inmigración va acompañada de aspectos culturales que conducen al racismo. Los mexicanos son mayoritariamente católicos mientras que la población de EU es principalmente protestante. Los marroquíes son en su mayoría musulmanes, y España principalmente católica.
El crecimiento de la población en ambos países se debe a la inmigración. Aquéllos que llegan a diario, rápidamente tienen descendencia y estos niños son el futuro de España y de EU.
Además, los marroquíes son africanos y de piel oscura como los indígenas mexicanos y en ambos países existen cristianos de piel blanca que han formado organizaciones para protestar contra la inmigración y los inmigrantes.
En los EU los que más publicidad han obtenido son los Minutemen, Ranch Rescue y American Border Patrol (no la agencia federal). Algunos prominentes profesores, tal como Samuel Huntington, han descrito la inmigración mexicana como la mayor amenaza para los EU.
Ésta será una buena experiencia educativa para todos nosotros.
(José Ángel Gutiérrez es doctor en ciencias políticas y catedrático en la Universidad de Texas en Arlington, ciudad en la que radica; es abogado en el Metroplex. Entre sus libros destaca A Chicano Manual On How To Handle Gringos.)
MIGRACION: NUEVAS REALIDADES SIN RESPUESTA
Por Agencias
POR MAURICIO FARAH GEBARA / MÉXICO, D.F., JUNIO 11, 2005 (NOTIMEX).- La migración está creciendo en todo el mundo a un ritmo anual de 4.3 por ciento.
Tanto los países expulsores como los receptores tienen la opción de buscar todos los medios para impedirla o, en otro extremo, de aceptarla como una realidad social y alcanzar acuerdos y programas para gestionarla con éxito.
La primera opción implica grandes gastos. Por ejemplo, Estados Unidos erogó aproximadamente 3,700 millones de dólares en 2004 para la vigilancia de su frontera con México. Esto ha implicado la instrumentación de diversos operativos de vigilancia; medidas legislativas más rigurosas y excluyentes. Así como también, por otra parte, la búsqueda de nuevas rutas por parte de los migrantes hasta llegar a zonas inhóspitas y de alto riesgo, así como actitudes generalizadas de racismo y xenofobia.
Esta opción ha probado su ineficacia. 40 por ciento de los mexicanos que están ahora en Estados Unidos llegaron allá en la última década, periodo en el que ese país endureció como nunca antes sus medidas antiinmigrantes y durante el cual han muerto más de 3 mil mexicanos en su intento por cruzar la frontera.
Optando por esta vía, hace 10 días se reunieron los más notorios activistas norteamericanos en contra de los migrantes, especialmente de los mexicanos. James Gilchrist, dirigente de los Minuteman; Bárbara Coe, coautora de la Propuesta 200; y Tom Tancredo, legislador republicano, dedicaron encendidas argumentaciones en contra de la migración, siempre blandiendo la postura salvadora. El tono es salvemos a Estados Unidos.
No hay de qué salvarlo; no, al menos, de los migrantes, quienes con su trabajo generan una gran riqueza en ese país y aportan inmensas cantidades al erario, sea por el pago directo de impuestos como por el pago de impuestos al consumo.
Pero los ideólogos antimigrantes exacerban sus discursos y a quienes los oyen aspirando a una notoriedad que quizá no podrían conseguir de otra forma.
En México, la situación respecto de los migrantes indocumentados de otros países no es tampoco alentadora. Aquí no hay discursos evidentes ni alguien que ose declararse en contra de los migrantes porque no es correcto, pero la realidad supera cualquier condena discursiva.
Recientemente, diversas informaciones periodísticas se refirieron a las condiciones indignas en las que se encuentran los centroamericanos asegurados en la estación migratoria de Acayucan, Veracruz, lo que es reflejó de lo que ocurre en muchas otras.
Hacinamiento, altas temperaturas, horas sin agua, incertidumbre jurídica, tratos despóticos, son algunas de las condiciones que padecen los asegurados, muchos de los cuales ya fueron previamente víctimas de asaltos y vejaciones en territorio nacional.
Recientemente, un mexicano me decía, indignado, quejándose de la discriminación: "No es justo que nos confundan con guatemaltecos". Frase reveladora, lapidaria.
Hoy, un nuevo tema aparece en el fenómeno migratorio. Hasta hace poco, los cubanos que se encontraban en México sin documentos eran trasladados a alguna estación migratoria, en donde luego de unos días se les extendía un oficio de salida, que les marcaba un plazo para salir del país sin condición de ruta ni destino.
Ahora, algunos están siendo regresados a Cuba, con el riesgo que ello implica pues intentar abandonar la isla está tipificado como delito en esa República.
Actualmente, los cubanos indocumentados se encuentran en México con un alto grado de incertidumbre, pues pareciera que la decisión que se tome respecto de ellos es discrecional. Incluso, a pesar de que en algunos casos cuenten con documentos migratorios que acrediten su estancia legal en el país.
Así las cosas, lo mismo pueden recibir un oficio de salida que ser sujetos de expulsión con destino a Cuba.
La falta de claridad en las políticas migratorias está conduciendo no sólo al enrarecimiento de la frontera sur, en donde prolifera la delincuencia organizada, explotadora de la pobreza y la indefensión, sino un cada vez más amplio margen de discrecionalidad.
Dada la ineficacia y la política de la indiferencia y la indefinición, México debe optar por definir claramente sus políticas públicas en materia migratoria. Y comprometerse con su cumplimiento
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