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La guerra en Irak dio "un nuevo impulso" a la presunta red terrorista Al Qaeda y dejó a Gran Bretaña particularmente vulnerable frente a posibles atentados como el del pasado día 7 en Londres, según el informe publicado este lunes por un reputado centro de estudios internacionales británico.
"Dio un nuevo impulso a la propaganda, reclutamiento y colecta de fondos de Al Qaeda, creó una grave división en la coalición y ofreció a los terroristas un blanco y un terreno de entrenamiento", opina del Instituto Real de Asuntos Exteriores, afamado centro londinense también llamado Chatham House. "No hay duda de que la situación en Irak impone dificultades particulares al Reino Unido y a la coalición contra el terrorismo".
El informe ve un problema en el hecho de que "el Gobierno británico desarrolle una política antiterrorista junto a Estados Unidos, pero no tomando decisiones en condiciones de igualdad, sino como el pasajero que deja el volante a su aliado, el verdadero conductor". Algo que ilustra de modo diáfano el propio título del documento: 'Estar en el asiento del pasajero para atacar al terrorismo es una política de alto riesgo'.
CONTRADICE LA VERSIÓN DE BLAIR
El estudio contradice al primer ministro Tony Blair, quien, tras la tragedia de Londres, se esfuerza por convencer a la opinión pública de que no tiene nada que ver con la guerra de Irak. También señala que Gran Bretaña desestimó hasta el ataque del 11 de septiembre de 2001 contra EEUU la amenaza islamista y que durante mucho tiempo albergó a extremistas que preparaban atentados.
Sin embargo, el informe reconoce como éxitos de la política de Gran Bretaña en la guerra contra el terrorismo el derrocamiento del régimen talibán en Afganistán, el que Al Qaeda viera fuertemente perturbadas sus actividades y que perdiera a muchos de sus miembros clave.
Los autores del informe son Paul Wilkinson, presidente del Centro de Investigaciones sobre el Terrorismo de la Universidad de Saint Andrews, y Frank Gregory, de la Universidad de Southampton.
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