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Esta es tal vez la principal conclusión a que llegaron este viernes unos 200 representantes de 47 países de Europa y de otros invitados como observadores tras dos días de reunión en Vale do Garrão, en los alrededores de Faro, la capital de la región meridional portuguesa de Algarbe, supeditados al tema "Diálogo Intercultural y los Caminos del Futuro".
Los ministros, viceministros y secretarios de Estado de Cultura del Consejo de Europa firmaron la llamada Declaración de Faro, un documento que fue elaborado durante dos años y que marca la clausura de las conmemoraciones iniciadas en 2004 en Polonia del 50 aniversario de la Convención Cultural Europea firmada en París.
La Convención de diciembre de 1954 define el marco de las actividades de 46 países miembros del Consejo de Europa en materia de educación, cultura, patrimonio, deporte y de asuntos relacionados con la juventud, aspectos ahora nuevamente destacados en la Declaración de Faro, añadiendo el de la comunicación.
Participó también un delegado del Vaticano, además de países del norte de África como observadores y representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y Cultura (Unesco), de la Unión Europea (UE) , la Fundación Anne Lindh, del Centro Norte-Sur del Consejo de Europa (CNS) y de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
"Se trata de un compromiso político asumido por todos los participantes en esta convención y lo que de aquí sale es un compromiso para llevar a cabo acciones", dijo la ministra de Cultura de Portugal, Isabel Pires de Lima, en conferencia de prensa conclusiva del encuentro.
En la misma oportunidad, el secretario general del Consejo de Europa, Tery Davis, garantizó que esta reunión marca "el fin de la fase de la retórica y el paso para la acción concreta". Para lo que será todavía necesario explorar sinergias para realizar programas conjuntos que llamen a la acción a la sociedad civil".
Davis subrayó que ya existen acciones concretas, tales como las llevadas a cabo por el CNS, con sede en Lisboa, "que además de la lucha contra la pobreza, amplió sus preocupaciones al diálogo intercultural"..
El próximo año, el Consejo de Europa realizará una campaña contra el racismo, la xenofobia, la intolerancia y lo que el secretario general califico de "islamofobia", un término que entra en el léxico internacional explicado por Davis como "miedo e intolerancia frente a la cultura islámica, sobretodo entre la juventud".
La Declaración de Faro refuerza el primado de la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos y de la democracia, rechaza el concepto de "choque de civilizaciones" y recomienda la cooperación cultural dentro de Europa y de esta región con el resto del mundo, como "base para la paz mundial la estabilidad internacional a largo plazo y como prevención del terrorismo".
"Rechazamos vehementemente todas las formas de discriminación, especialmente en los campos del sexo, origen étnica y religión", se lee en un pasaje del extenso documento que defiende con ahínco la cooperación de las organizaciones regionales e internacionales con la sociedad civil, especialmente la juventud.
La declaración apoya la proposición de la UE de declarar 2008 "Año Europeo del Diálogo Intercultural", así como la iniciativa "Alianza de Civilizaciones", de la Organización de las Naciones Unidas.
"La cultura podrá servir a la paz en el mundo", observó la ministra Pires de Lima, decidida defensora de la cooperación y el intercambio euro-mediterráneo, sosteniendo a renglón seguido que en este campo "los líderes culturales tienen hoy una responsabilidad redoblada" en la prevención de conflictos.
Por esta razón, cabe "a los ministros de Cultura y a los representantes de las organizaciones internacionales que se ocupan de la cuestión cultural, una tarea pacificadora, susceptible de neutralizar la raíz de varios conflictos que atormentan a las sociedades", apunto Pires de Lima, que desde mucho antes de ser ministra se destacó como defensora implacable del diálogo intercultural.
La ministra exhortó a los participantes para que "la expresión diálogo cultural sea tomada muy en serio y en una vertiente muy práctica y terrenal", porque "muchas tensiones a escala global, algunas de efectos dramáticos, se producen hoy por supuestas escisiones entre creencias y civilizaciones". Por ello, dijo, "es necesario delinear estrategias de combate a la intolerancia".
"Se trata de una propuesta, en el sentido filosófico del término, absolutamente indispensable para la cohesión de la sociedad humana, la garantía de la diversidad cultural, al combate a la xenofobia y al racismo, la prevención de toda suerte de conflictos y, por lo tanto, la paz y estabilidad sociales", añadió.
Según Pires de Lima, el diálogo cultural debe ser colocado en dos niveles: en la agenda interna de cada Estado, ya que cada país es una sociedad plural de los puntos de vista étnico, cultural y religioso, y en la agenda política internacional.
En el escenario planetario, "unidos debemos delinear estrategias eficaces de combate contra la intolerancia y la incomprensión", exhortando a sus colegas presentes a "construir puentes diseñados con idioma universal, como es el lenguaje de la cultura", dentro del estricto limite del "respeto integral de la dignidad del ser humano, hombre, mujer y niño", concluyó la ministra anfitriona.
El Consejo de Europa firmó un acuerdo de colaboración con la Unesco, hecho calificado por Davis de "muy significativo", Es muy importante que "estas dos organizaciones consiguiesen conjugar esfuerzos y experiencias para fomentar el diálogo intercultural", comentó.
Otro de los resultados concreto de Vale do Garrão fue la firma de un acuerdo de cooperación entre el Consejo de Europa y la Fundación Anna Lindh, organización cuyo propósito central es "la aproximación entre Europa, el Mediterráneo y el mundo árabe".
Asimismo, el Consejo de Europa suscribió un convenio de cooperación con la organización árabe Alecso (Liga Árabe para a Educación, Cultura y Juventud), que desde su fundación en 1970 promueve el intercambio de experiencias en esas áreas, así como en los campos de la comunicación y del deporte.
Tras la firma de los acuerdos, tanto Davis como el presidente de la Comisión de Cultura, Ciencia y Educación de la asamblea parlamentaria europea, Jacques Legendre, hicieron especial hincapié en el papel crucial que los derechos humanos y el respeto por la diversidad asumen en la construcción de una identidad cultural europea.
No obstante, la satisfacción generalizada que se verificaba al cierre de los trabajos en la tarde de este viernes se vio ofuscada por Alemania, Austria, Gran Bretaña y Grecia, que ante la sorpresa de los demás participantes, se negaron a adherir a un documento adicional.
Se trata de la llamada "Convención Marco" sobre el valor del patrimonio cultural, que "contribuye para la cohesión de las sociedades, el combate a la intolerancia y a la xenofobia".
Según Pires de Lima, esos cuatro países "entienden que ya hicieron esfuerzos suficientes en el sentido del diálogo intercultural en lo referente a la valorización de este patrimonio".
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