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Treinta ultras violentos del PSG pasarán los partidos en comisaría.

    Treinta hinchas del París Saint-Germain (PSG) tendrán el dudoso honor de estrenar, el próximo domingo, una nueva medida por las autoridades francesas para combatir la violencia en los estadios: los treinta aficionados parisinos, fichados por la policía por actos violentos, deberán pasarse todo el tiempo que dure el partido que enfrentará a su equipo con el Auxerre en comisaría. Y así, en los próximos domingos en que su club juegue en el Parque de los Príncipes. Lo anunció ayer en la Asamblea Nacional el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, que se ha propuesto aplicar una política de tolerancia cero también en el fútbol.

"En el caso del PSG, treinta individuos tendrán prohibida la entrada en el estadio y serán convocados a las comisarías mientras dure el encuentro, pues se trata de presuntos hinchas que son una vergüenza para los clubs", dijo Sarkozy tras informar a la Cámara de la entrada en vigor del decreto que prevé la aplicación de esta medida punitiva.

La posibilidad de prohibir el acceso a los estadios a los hinchas violentos, sin esperar a un eventual pronunciamiento judicial, fue aprobada en noviembre del año pasado por el Parlamento francés. Ésta y otras medidas en materia de seguridad fueron incluidas sobre la marcha en el proyecto de ley de reforma de la legislación antiterrorista. El posterior decreto que concretaba su aplicación recibió el pasado martes el aval definitivo del Consejo de Estado.

El ministro del Interior, sin embargo, no quiere quedarse aquí. El pasado 1 de marzo envió sendas cartas al presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Frédéric Thiriez, y al presidente del PSG, Pierre Blayau, en la que les anunciaba su intención de presentar un nuevo proyecto de ley para facultar a las autoridades la disolución de los grupos organizados de aficionados que estén implicados en actos violentos, así como la creación de un fichero especial de hinchas peligrosos para prohibir su entrada en todos los estadios de fútbol.

Desde el mes pasado, la policía tiene instrucciones precisas de reforzar su lucha contra los grupos violentos y la consigna de practicar detenciones, cuantas más mejor. Las fuerzas de seguridad cuentan con agentes infiltrados en los estadios y con las cámaras de videovigilancia, pero las autoridades consideran que los clubs podrían hacer bastante más de lo que hacen en materia de control.

El endurecimiento de las medidas policiales contra los grupos de hinchas radicales es consecuencia del preocupante repunte de la violencia que se ha registrado esta temporada. Los ataques y enfrentamientos entre grupos extremistas de aficionados - en ocasiones, partidarios del mismo equipo- se suceden jornada tras jornada. Uno de los incidentes recientes más destacables se produjo el pasado 26 de febrero, cuando dos grupos de hinchas rivales del París Saint-Germain se enfrentaron violentamente en una área de la autopista A-11 cuando regresaban a París tras un partido con el Nantes. Los ultras, que aprovecharon el tumulto para saquear la tienda de la estación de servicio, utilizaron barras de hierro e incluso machetes, y dejaron tras de sí un saldo de cinco heridos. La policía practicó 22 detenciones.

El PSG es, de lejos, el club de fútbol francés donde el problema de la violencia está más enquistado, y donde ha adquirido además ribetes de enfrentamiento étnico. Dos grupos de hinchas radicales, los Boulogne Boys y los Mystic Tigris, están enfrentados "a muerte". El primero de ellos, formado por unos 800 miembros y situado en la tribuna de Boulogne - de ahí su nombre- en el estadio del Parque de los Príncipes, está asociado a una ideología nacionalista radical y xenófoba, con elementos pronazis. Integrado sólo por blancos, impide con amenazas - y ante la impotencia del club- la entrada de negros o árabes en su zona del campo. En la tribuna opuesta, la de Auteil, se colocan los 400 miembros de Mystic Tigris, básicamente formado por franceses de origen magrebí y afrocaribeño, procedentes de la banlieue norte de París. En una reciente visita al estadio, el ministro Nicolas Sarkozy se reunió con los presidentes de ambos grupos. "Ciertas tribunas dan vergüenza", les dijo.