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Racismo y Xenofobia en EE.UU. contra los inmigrantes.

    -Desde las entrañas de Monstruo-
¿''Compló'' mediático contra los inmigrantes en EU?

DALLAS, Texas— Cualquiera que sintonice una estación de radio en Estados Unidos, se encuentra con el mismo locutor.

O casi el mismo.

Bueno, a decir verdad, no es el mismo locutor. Los nombres cambian. Pero suenan casi iguales. Idénticos.

Todos parecen tener una consigna: Los inmigrantes ilegales (sobre todo de México) son la peor tragedia que le pudo ocurrir a Estados Unidos. Punto.

Una vez, me puse a darle vuelta al dial del radio de mi carro para encontrar alguna voz que disintiera. Sólo para probar.

Los dedos me terminaron doliendo, de tanto que le busqué.
Las ondas radiales en Estados Unidos están dominadas por locutores de tres tendencias: Derecha, extrema-derecha y ultra-derecha.

Sólo uno, que yo sepa, Al Franken, de Radio América, es la única voz liberal, junto con gente como Alan Colmes. Y uno que otro más.

Y pare usted de contar. El resto están cortados por la misma tijera.

En una estación, un tipo exigía la deportación total de los inmigrantes. De todos, sin excepción.

En otra, otro locutor llamaba a quitarles la ciudadanía a los hijos de inmigrantes indocumentados. Y hasta residentes legales.

En otra más, un locutor se burlaba de las marchas de los inmigrantes.

En una cuarta, un tipo pedía a la gente denunciar ilegales que “le quitan el trabajo a los ciudadanos americanos”.
En la última, un tipo pedía a la gente comprar banderas mexicanas para quemarlas.

Si uno se preocupa de lo que dicen estos locutores al aire, espérese a escuchar lo que dicen los radio-escuchas. A veces son hasta peores que los propios ultra-derechistas.

Claro, no es de extrañar: Si el auditorio sólo encuentra un único sabor en la radio, termina por gustarle. Y muchos americanos se creen estos ataques contra todos los inmigrantes como la verdad absoluta.

(¿No fue Joseph Goebbels, el propagandista de Adolfo Hitler, quien dijo que si uno repite una mentira lo suficiente, la gente lo terminará creyendo?).

En estos programas de “Talk Show” no hay matices. Todo es bueno vs., malo. Blanco vs., negro. Patriota vs. Traidor.
Los locutores “respaldan” sus afirmaciones con “estudios”, “estadísticas” y “encuestas” que parece que les dan la razón: “Según tal o cual estudio, el 70% de los americanos no quieren más inmigrantes”, dicen.

El problema es que sólo mencionan “estudios” de una sola tendencia: Anti-inmigrante. Nunca se mencionan otros estudios que refutan lo que los conservadores dicen. Ni siquiera para equilibrar.

¿Quiénes son estos nuevos agoreros del desastre? Los nombres son muy conocidos en Estados Unidos: Rush Limbaugh, Bill O’Reilly, Sean Hannity, Michael Savage y muchos más.

Eso sin mencionar toda la marabunta de comentaristas que tienen programas de derecha en la televisión, como Lou Dobbs en CNN o Ann Coulter en Fox News.

Por supuesto, está la radio en español. Es la de más rápido crecimiento en Estados Unidos. Cada día, más cadenas gringas se dan cuenta del potencial del mercado, y cambian el formato de sus estaciones para hacerlas en español, ante la sorpresa decepcionada de los anglos.

Pero las estaciones de radio en español, que apoyan a los inmigrantes (después de todo, viven de ellos) no tienen mucho efecto a nivel general. Ah, claro, organizaron las marchas, alertaron a la gente del boicot y todo eso. Pero generalmente su impacto no pasa más allá de la comunidad hispana. Casi todos inmigrantes que aún no son ciudadanos, y por lo tanto, no pueden votar.

Por eso, por ahora, los que dominan la opinión pública en la radio son los conservadores anti-inmigrantes.

¿Por qué las grandes cadenas de radio aceptan esta clase de puntos de vista, sin variarle?
Simple: Por dinero.

Un experto en publicidad dijo una vez que para que cualquier campaña tenga éxito, es necesario apelar a los sentimientos básicos que como especie tenemos los seres humanos. Por eso, no es raro ver que la mayoría de los comerciales explotan temas como el amor, el sexo, la felicidad...

Y estos comentaristas tienen asegurado su éxito entre los americanos, porque explotan otro de los sentimientos más básicos: El miedo.

Sobre todo el miedo a los que no son como “ellos”. Los que no se ven como ellos. Los que no hablan como ellos. Los que no asisten a sus iglesias.

Los “Otros”.

(¿Será coincidencia que en inglés la palabra “Alien” significa tanto “extranjero” como “extraterrestre”?.)

No todos los americanos son de derecha, ni anti-inmigrantes. Pero existe un grupo muy fuerte de conservadores que sí.

Generalmente tienen más dinero que los inmigrantes. Y es buen negocio para los anunciantes de la radio.

Casualmente esta clase de audiencia conservadora está más politizada que los inmigrantes latinos. Ellos sí acuden a votar, y hacen escuchar su voz. Por ellos los políticos en Washington seguirán aprobando leyes contra los inmigrantes, debido al poder que tienen los conservadores.

En síntesis, sí existe un “compló mediático” contra los mexicanos. Pero está en Estados Unidos.

cfzap@yahoo.com / www.cesarfernando.blogspot.com


"Los blancos quieren un apartheid para los inmigrantes"
J. JAIME HERNÁNDEZ.(Corresponsal. El Universal)
Domingo 14 de mayo de 2006
Internacional, página 6


"Estamos hablando de una opinión pública que favorece una reforma que permita que los inmigrantes estén aquí pero sólo como trabajadores sin derechos para protestar, organizarse en sindicatos o resistir"


L OS ÁNGELES .- John Womack ha sido un estudioso de los paradigmas y las rebeliones que, desde Emiliano Zapata, han cambiado el rumbo de la historia. Desde su atalaya en la prestigiosa Universidad de Harvard, este veterano profesor de historia observa estos días el avance de un movimiento que, en forma de ríos humanos, ha salido a las calles de Estados Unidos en defensa de los derechos civiles de los inmigrantes indocumentados.

"Estamos asistiendo al resurgimiento de un movimiento de inmigrantes que, por el momento, tiene un carácter multirregional, que ha salido a la luz y ha llegado a la conclusión de que es mejor vivir luchando o en la búsqueda de una reforma (migratoria) que les ofrezca justicia y libertad", opina John Womack.

Durante las recientes marchas en favor de una legalización de millones de personas "sin papeles", la frase I´d rather die on my feet, than live my life on my knees (Prefiero morir de pie que vivir de rodillas), que se le atribuye a Emiliano Zapata, ha pasado a formar parte del paisaje: "La frase que se le atribuye a Zapata resume el desafío de los humildes, de gente valiente y sin recursos que está resuelta a luchar y a no rendirse hasta conseguir sus objetivos".

Bueno, por el momento hemos observado que es un movimiento con muchos centros. Ya hemos visto que estamos ante un movimiento multirregional con puntos de apoyo muy poderosos en Los Ángeles, Chicago, Nueva York o Arizona.

Conseguir que un movimiento adquiera un carácter nacional es muy complicado, pero lo que sí se nota es que ya hay una mayor coordinación de esfuerzos. Los dirigentes de cada región ya han entendido que es importante aliarse y, además, incluir a diferentes corrientes.

El proceso tendrá muchos problemas en el camino. Pero estamos, sin duda alguna, ante un movimiento que dentro de poco tendrá un carácter nacional. Sobre todo porque los inmigrantes ya han perdido el miedo.

Bueno, estamos hablando de una opinión pública conformada en su mayor parte por ciudadanos blancos y burgueses, si me permite la expresión. Es decir, por aquellos que viven más o menos bien y favorecen una reforma migratoria que permita que los inmigrantes estén aquí pero sólo como trabajadores, siempre y cuando no tengan derecho de protestar, organizarse en sindicatos o resistir.

"Están, en pocas palabras, a favor de un apartheid., donde los inmigrantes no tengan derechos y sigan siendo políticamente invisibles. Y este es el tipo de opinión pública que está ejerciendo una gran presión entre sus representantes ante el Congreso.

"Sin embargo, al final, el blanco burgués tendrá que rendirse. Saben que no tienen la fuerza moral y no creo que estén dispuestos a pagar el costo de reprimir un movimiento que ya ha ganado fuerza.

En el horizonte inmediato es posible que se produzca un milagro. No soy quién para rechazar un milagro que nos traiga una reforma migratoria que se distancie lo más posible de la iniciativa de James Sensenbrenner. Estamos a medio camino y creo que la reforma se producirá, pero no en los próximos meses. Lo bueno es que la lucha ya salió a la luz.

Yo personalmente creo que Estados Unidos debería practicar una política de fronteras abiertas.

Seguramente. Pero por fortuna no soy un estadista o un dirigente político que tenga que medir sus palabras.