Javier Zabaleta, el padre del joven aficionado de la Real Sociedad fallecido en diciembre de 1998 en las inmediaciones del Vicente Calderón, aseguró hoy que "no es normal que la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Madrid esté en manos de unos ineptos que no cumplen con su obligación", en relación a los futuros permisos penitenciarios de los que se beneficiará el asesino de su hijo.

Zabaleta explicó, en declaraciones a Europa Press, que la familia del seguidor guipuzcoano se siente "muy disgustada" y "no puede comprender que un juzgado conceda un permiso carcelario a una persona que está condenado por unos hechos tan graves".

"Además, existe un agravante en esta situación como es que Ricardo Guerra mató a mi hijo cuando disfrutaba de otro permiso", señaló el padre de la víctima, quien aseguró que el antiguo miembro de Bastión "no está absolutamente arrepentido de nada".

El padre de Aitor Zabaleta afirmó que espera que Guerra "cumpla la condena tal y como está dictada, en su integridad y sin ningún tipo de beneficio", y señaló que en el juicio contra Bastión tuvo al aficionado ultra "a menos de un metro de distancia durante muchos días" y no vio "ningún signo de arrepentimiento" por su parte.

UNA DECISIÓN QUE "GENERA ALARMA SOCIAL"

Por su parte, el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, manifestó a Europa Press que la decisión de la Audiencia Provincial "genera alarma social, es muy desmoralizadora para las víctimas de la intolerancia y desacredita la acción de la justicia ante la sociedad, además de suponer un estímulo para los grupos ultras por la benevolencia de la resolución".

"La Sala considera que la cultura puede ayudar a Guerra a abandonar sus posiciones extremistas, pero tanto la familia como el Movimiento contra la Intolerancia vimos en el juicio de Bastión, que se celebró el pasado mes de noviembre, como sucede todo lo contrario, ya que el asesino de Aitor tuvo una actitud arrogante y no mostró ningún signo de arrepentimiento ni de abandono de sus ideas", puntualizó Ibarra.

"No sabemos que elementos indiciarios tiene la Sala para determinar que Ricardo Guerra ha evolucionado en sus posiciones", concluyó el líder del Movimiento contra la Intolerancia, organización que recordó que el que fuera cabeza visible del grupo ultra Bastión, sección más radical del Frente Atlético (seguidores del Atlético de Madrid), asesinó a Aitor Zabaleta cuando ya estaba cumpliendo condena por otros delitos violentos y disfrutaba de permiso de salida en tercer grado.

Por ello, la institución se preguntó "cómo es posible que una persona que ha quebrantado una condena cometiendo un delito muy grave, se pueda beneficiar de este tipo de permisos", al tiempo que se cuestionó "quién debe de responder por las consecuencias de estas decisiones".