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La dictadura de Franco fue fascista y genocida.

    
(19.7.2006)
El ex fiscal Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, sostiene que el golpe de Estado del 36 y la posterior dictadura "fascista" ejercieron una represión calificable de "genocidio". Villarejo respondió ayer en la prensa a Josep Piqué, líder del PP catalán, que había definido el régimen franquista como un "autoritarismo de derechas".

Calculado y sistemático

"La represión mantenida de forma calculada y sistemática por los sublevados y luego por la dictadura tuvo el alcance suficiente como para ser calificada de genocidio", argumentaba Villarejo en su artículo con datos "parciales" tomados del Ministerio de Justicia de la dictadura.

Datos oficiales

En enero de 1940, había 270.719 presos políticos. Tres años después, las cifras se mantenían altas, en 92.477. Además, la suma de prisioneros fusilados y muertos en la cárceles fue de 192.684, entre abril de 1939 y junio de 1944.

Al servicio del terror

Los prisioneros políticos lo fueron en virtud de "procesos ante los consejos de guerra y los tribunales especiales" a los que Villarejo rechaza definir como "tribunales de justicia", porque "eran la culminación de un régimen de terror" y "parte sustancial del aparato represor".

Fieles servidores

Así, el antiguo fiscal especial explica que esos tribunales "fueron constituidos, ya desde el decreto 55 de 1936 de Franco, por el poder ejecutivo". Los formaban militares sin "independencia", pues "eran fieles servidores de sus superiores" y, además, "era incompatible su posible independencia con la disciplina castrense".

Composición a dedo

Jiménez Villarejo se refirió a "otros instrumentos esenciales de la represión", como el Tribunal de Represión de la Masonería y del Comunismo, "radicalmente ilegítimos". "Franco nombraba al presidente y a sus miembros, que debían ser un general del Ejército, un jerarca de Falange y dos letrados".

Reparación ya

La argumentación fundamentada del fiscal concluye con un llamamiento urgente a la reparación moral de las víctimas, que "no admite demora". Villarejo muestra el camino. "Desde 1948 está vigente la Declaración de Derechos Humanos" y ese mismo año "se aprueba la convención y sanción del genocidio que en ese momento estaba cometiéndose en España".

(17.6.2006)

Los herederos de los golpistas del 36 niegan la evidencia

El franquismo, versión española del fascismo y del nazismo

Hace hoy 70 años que la guarnición española en Melilla se alzó en armas contra la II República española. Comenzaba así un golpe de Estado semifracasado que desembocó en una guerra civil larga, estremecedora y sangrienta. Terminó formalmente el 1 de abril de 1939, cuando el general Franco firmó su último parte: “Cautivo y desarmado el Ejército rojo, las tropas nacionales han alcalzado sus últimos objetivos. La guerra ha terminado.” Terminaba, en efecto -salvo valerosos movimientos guerrilleros e insurgentes-, la guerra, pero comenzaba en toda su plenitud la Dictadura. Iba a prolongarse casi cuarenta años, hasta que el 20 de noviembre de 1975 el Caudillo expiró.

Treinta y un años después de la muerte de Franco, sus herederos sociológicos –agrupados políticamente, sobre todo, en el PP así como en grupos de extrema derecha (por ahora secundarios)- se resisten a asumir la historia. Los golpistas de 1936 y, luego, triunfadores de la guerra, niegan la evidencia y, a través de fabuladores en su mayoría mercenarios, hacen todo lo posible para maquillar aquella monstruosa salvajada. En esta tarea se han especializado tipos como Ricardo de la Cierva, César Vidal y Pío Moa, entre otros especimenes de la manipulación histórica. O, en el mejor de los casos, de la equidistancia: verdugos y víctimas, ubicados en el mismo plano.

No a la condena del franquismo

Los culpables del hundimiento de la II República habrían sido los propios republicanos y no los que impulsaron el denominado Alzamiento Nacional. El Régimen de Franco no habría sido fascista, sino simplemente “autoritarismo de derechas.” En declaraciones a TV3, el moderado –más bien oportunista, a la vista de su variopinta trayectoria política-- Josep Piqué lo dijo recientemente, entrevistado por TV3. Sabe que esa música complace sumamente a los suyos. Días antes de tales manifestaciones, los eurodiputados del PP habían eludido sumarse a la condena del franquismo aprobada por la Eurocámara.

Ley y orden

Cuanto recuerda el franquismo provoca en la derecha política española de nuestros días un malestar intenso. Les gusta convertir aquel siniestro tinglado de FET y la JONS, del Movimiento Nacional, o de la coña marinera de la Democracia Orgánica, o del asociacionismo dentro del Movimiento -que no partidismo-, en un Gobierno fuerte regentado por un venerable general, gracias al cual España se salvó tanto del comunismo como de su fractura interna. También se salvó la Religión Católica, Apostólica y Romana, severamente acosada por los masones y los ateos. En fin, que si Franco fue un gobernante autoritario y tuvo que capitanear una guerra, lo hizo obligado por unas circunstancias dramáticas. Al fin y al cabo se trató de un mal menor pues nos trajo la paz y la prosperidad económica, aparte del imperio de la ley y el orden.

Democracia consolidada

Este periódico, elplural.com, publica un excelente trabajo de nuestro redactor Dídac Boza sobre la sublevación armada, de la que se cumple hoy el setenta aniversario. Los vencedores de una guerra desatada para liquidar por la fuerza las libertades y la democracia lograron aguantar su apuesta cavernaria durante varias décadas. Hasta que la razón volvió a imponerse, y por la vía pacífica. Ganaron la guerra pero, con el paso del tiempo, la acabaron perdiendo. Frenaron, a costa de represión y de muerte, la historia. La frenaron, pero no la pudieron detener de modo indefinido. Desde 1977 puede decirse que en este país hay una democracia consolidada, aunque se conjuraron contra ella, un 23 de febrero, algunos fanáticos del franquismo.

Tres caras de una misma moneda

Los herederos de aquel Régimen, sin embargo, procuran difuminar la profunda vileza de la Dictadura y prefieren hablar poco o nada de aquella época. Se revuelven contra las iniciativas de la izquierda en favor de recuperar la memoria histórica. Prefieren el silencio a que se haga la luz sobre lo que -dígase lo que se diga- fue terrorismo de Estado, perpetrado contra los españoles no adictos. A pesar de sus esfuerzos por enmascarar la verdad, el franquismo o el falangismo fue la versión española del fascismo. Nazismo, fascismo y franquismo son tres caras de una misma moneda cuyos orígenes se hallan en el absolutismo o el despotismo. O en las formas de gobierno del medioevo.

El diario de Ciano

El yerno de Mussolini, el conde Ciano, hombre fuerte del fascismo hasta su caída, escribía en su diario, el 27 de marzo de 1939 (El conde Ciano. La sombra de Mussolini. Ediciones Temas de hoy. 2001): “Madrid ha caído y con la capital todas las otras ciudades de la España roja. La guerra ha terminado. Es una nueva y formidable victoria para el fascismo, quizá la mayor de todas.” Más claro, el agua.

El embajador italiano

Otro dato inequívoco acerca de las raíces fascistas del franquismo. Cuando en la primavera de 1936, el presidente de la República, Manuel Azaña, recibió con gran solemnidad al cuerpo diplomático, ocurrió el siguiente episodio, narrado por mi admirado Claude G. Bowers, a la sazón embajador de EE.UU en Madrid, en su libro Misión en España. Escribe Bowers: “Con execrable gusto, con insolente menosprecio de las reglas (…), el embajador de Mussolini, en aquella hora mezclado en la conspiración que pronto habría de estallar en militar y fascista rebelión, se había presentado, desafiador, vistiendo camisa negra y botas. Y cuando Azaña se le acercó (…), el fascista italiano retrocedió e hizo el saludo fascista”.

Poderosos y débiles

Han transcurrido 70 años desde entonces. Por mucho que se empeñe el PP, en los próximos setenta tampoco se modificará la realidad histórica. Ni en los siguientes setenta. Franco ganó la guerra gracias a la ayuda de Hitler y de Mussolini, mientras las democracias miraban hacia otro lado y la Iglesia católica –salvo honorables excepciones- bendecía la Cruzada. El Régimen fue fascista, adaptado a las circunstancias. Como el de Oliveira Salázar en Portugal. O el de los coroneles griegos. O el de Pinochet en Chile. En todos estos casos, y en otros muchos, se intentó -mediante el recurso a la fuerza más brutal- que los poderosos siguieran siéndolo y que los más débiles también siguieran siendo débiles. Por supuesto. E.S.

Piqué rectifica y condena el franquismo

ELPLURAL.COM

“Ningún demócrata ponía en duda que el franquismo era condenable”. Esta fue la significativa frase de Josep Piqué, presidente del PP en Cataluña, en el día en que se cumplían 70 años del golpe de Estado, y que contradice sus opiniones de hace unos días.Pero denuncia visiones “maniqueístas”
20/07/2006

Las palabras de Piqué contrastan con las dichas no hace mucho. El político del PP negó a la dictadura de Franco el carácter fascista. Asimismo, su actitud choca con la mantenida por su partido, que hasta ahora siempre se ha negado a condenar el régimen franquista. La última vez lo hizo en el Parlamento Europeo, donde rechazó sumarse al resto de los grupos europeos para condenar el franquismo.

Sin simplificar
Sin embargo, Piqué matizó ayer que la condena del franquismo no debía implicar “simplificar la historia y transformarla en una especie de cuento de buenos y malos”, porque “todo es más complejo y tendríamos que tratar la cuestión con rigor y sin el maniqueismo que veo en las fuerzas que habían formado parte del tripartido”.

A por la Memoria Histórica
Asimismo, el líder catalán del PP, calificó de “sesgado” el proyecto de Ley de Memoria histórica del Gobierno y expresó su confianza en que sean aceptadas las modificaciones que desde una “perspectiva razonable” permita que el PP pueda llegar a sumarse al acuerdo, porque “no queremos que la historia vuelva a repetirse”.