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Violencia Ultra en Buenos Aires. Un muerto a pedradas.

    La violencia que vive el fútbol argentino sin que ni la federación, ni los clubes ni las autoridades tome medidas eficaces para combatirla se cobró en la noche del lunes, la madrugada de ayer en España, un muerto en un partido de ascenso a la Primera División. Además, hubo 14 heridos, 78 detenidos y miles de personas aterrorizadas en el estadio y la principal autopista de Buenos Aires, en la que quedaron atrapadas en hora punta en medio de una batalla campal.

El fallecido, Marcelo Cejas, de 41 años y que murió por una pedrada en la cabeza, es el último miembro de la lista negra de 177 muertos en circunstancias violentas, según el diario Página 12, desde 1939 -no se incluyen los fallecidos, unos 80, en una avalancha en un estadio en 1968-. Se encontraba presenciando el encuentro, entre los equipos bonaerenses Tigre y Nueva Chicago en el campo del segundo. El Tigre vencía por 1-2, lo que condenaba a los locales a Segunda y ya se habían producido escaramuzas entre ambas hinchadas sin que los escasos efectivos policiales, mal equipados, hubieran podido evitarlo.

Un penalti a favor de los visitantes hizo que cientos de ultras locales invadieran el terreno. Los jugadores huyeron hacia los vestuarios. Algunos, como el portero Carlos Navarro, de Nueva Chicago, no tuvo tiempo y fue rodeado por sus propios seguidores, quienes le robaron la ropa a tirones.

Una fracción importante de hinchas enfurecidos se dirigió hacia el fondo en el que estaban los seguidores del Tigre y comenzó una lluvia de palos y piedras mientras que algunos espectadores, entre ellos ancianos y mujeres embarazadas, trataban de abandonar las gradas entre gritos de angustia y colocando sus abrigos como pantalla contra la lluvia de piedras. Los ultras visitantes contestaron a su vez lanzando todo lo que tenían a mano. Media docena de policías trataban con impotencia absoluta de hacer frente a la situación.

La violencia se extendió fuera del estadio como una onda expansiva. Escaparates, vehículos y mobiliario urbano de las calles cercanas sufrieron importantes daños mientras se producían carreras, peleas y amenazas entre los radicales. Los simples aficionados buscaban cómo escapar a pie de la zona. Fue entonces cuando Cejas fue alcanzado por la piedra que le mató.

La policía no pudo contener la batalla, que alcanzó la autopista General Paz, a seis manzanas del estadio. Se trata de la circunvalación de la capital argentina, que era transitada por miles de vehículos. Varias televisiones interrumpieron su programación para dar en directo cómo cientos de personas se enfrentaban en la calzada ante la mirada alucinada y el estupor de los conductores. La intervención expeditiva de los antidisturbios calmó la situación.

El Tigre ha vuelto a Primera tras 27 años. Es lo de menos.

El País. 27.06.2007