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Caldera afirmó que los inmigrantes siguen aportando "más de lo que les cuestan a los españoles" en el sistema sanitario. Según el ministro, el conjunto de los inmigrantes en España aportaron este año a la Seguridad Social "más de 9.000 millones de euros", lo que supone "prácticamente todo el superávit del sistema" que "garantizará en el futuro nuestras pensiones".
Caldera aludió a la reciente ley aprobada en Francia a propuesta de su presidente, Nicolás Sarkozy, que permite regularizar inmigrantes. Según explicó el ministro, el gobernador civil de cada provincia francesa, llamado prefecto, "puede conceder el permiso de trabajo" a un inmigrante si "lleva viviendo un tiempo en Francia y tiene un empleo que no es solicitado por ningún francés". Para Caldera, esta ley "sigue exactamente el mismo procedimiento el Gobierno español aplicó" con la diferencia de que en España se produjo la regulación a través de una convocatoria "pública y general".
Caldera también señaló otros países europeos que están llevando a cabo procesos de regulación, como Holanda que, según el ministro, "ha legalizado a 60.000 personas" y Alemania "estudia iniciarlo". Para Caldera, "casi toda Europa ha establecido no sólo comprensión sino un apoyo a las políticas de inmigración españolas".
Según el ministro, los inmigrantes "consumen menos Sanidad que el resto de los españoles" porque al llegar a España la mayoría "son jóvenes y trabajan" y según los estudios que maneja el Ministerio de Trabajo, el empleo de los sistemas públicos españoles es tres veces inferior al que hacen los españoles. Caldera defendió que la aportación hasta ahora de los inmigrantes "ha sido muy positiva y ha subido la renta per cápita de los españoles".
Inmigrantes y trabajo
En cuanto a la aportación al empleo de los inmigrantes, se valora como positiva aunque Caldera matizó que la subida de los precios, que tiene que ver con el mercado laboral hace que se produzca una "regulación" relativa a las posibilidades de este mercado. Caldera apuntó que "cuando se produce un problema, como puede ser la caída de la construcción, hay otros agentes de la actividad económica que lo absorben". Además, el ministro explicó que "existe un programa de retorno a Ecuador" que "está atendiendo mucho éxito debido, sobre todo, a esta regulación".
Caldera negó que exista una crisis en el sector de la construcción, en la que trabajan un gran número de inmigrantes, sino que "el periodo excepcional en el que se encontraba", hacía que se iniciasen "700.000 viviendas al año". Ahora, según resaltó el ministro, "lo normal" es que se produzca un "cambio moderado de tendencia", y se comiencen 500.000, con una tasa de construcción que "sigue siendo la tasa más elevada de toda Europa", más que Francia y Alemania juntas. Sin embargo, Caldera defenció que "este reajuste" casi no se percibirá, porque la tasa de desempleo en el sector de la construcción "está creciendo muy poco".
Además, el resto de sectores de la industria y servicios "son capaces de absorber perfectamente esa moderación", afirmó el portavoz de Trabajo y vaticinó que probablemente "de los 2,5 millones de trabajadores en la construcción se perderán entre 40.000 y 60.000 trabajadores".
Respecto a las cifra aparecida en los medios de comunicación que señalaba en 600.000 el número de inmigrantes irregulares en nuestro país, Caldera afirmó que "la situación no es tal", y que no se tiene en cuenta que en esa cifra incluyen a "los inmigrantes que se encuentran en proceso de renovación de documentos" así como "ciudadanos comunitaros que no tienen necesidad de solicitar tarjeta de residencia".
Caldera admitió que "nunca se podrá saber el número exacto de personas que no tienen documentación, pero España se encuentra por debajo de Francia y de Alemania".
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