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Un centenar de personas se han manifestado por las principales calles de Almería para mostrar su apoyo a Francisco Palenzuela y a Juan Antonio Fernández, dos vecinos de El Ejido (Almería) condenados cada uno de ellos a quince años por secuestrar y golpear con bates de béisbol a tres magrebíes.
La marcha, que ha comenzado a las 20.00 horas de hoy en la Puerta Purchena de la capital ha recibido, además del respaldo ciudadano, el de 16 asociaciones de La Cañada (Almería) y el del sindicato CSI-CSIF, según ha relatado Rosa Palenzuela, hermana de uno de los condenados.
Manifiesto
Tras recorrer el paseo de Almería, Palenzuela ha leído en la plaza de Las Velas un extenso manifiesto en el que, además de narrar los hechos que motivaron la condena y ahondar en el "profundo arrepentimiento" mostrado por estos vecinos de El Ejido, ha pedido a los políticos y a la sociedad que dejen de acusar a los condenados de racistas.
Ha lamentado asimismo durante el acto la condena "totalmente excesiva" impuesta a ambos y el hecho de que la Dirección General de Instituciones Penitenciarias haya denegado en las últimas semanas conceder el régimen de tercer grado propuesto para ellos por la Junta de Tratamiento del centro penitenciario de El Acebuche.
Ante el "castigo ejemplar" que consideran se ha aplicado a estos dos empresarios, éstos volverán a tramitar en los próximos días una petición de indulto, que ya les ha sido denegado en dos ocasiones.
Palenzuela y Fernández, que han recurrido ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria la resolución por la que les ha sido denegado el tercer grado, se encuentran privados de libertad desde hace dos años y medio en El Acebuche, donde en estos momentos se les aplica el régimen de segundo grado que les fue autorizado en junio de 2007.
Ambos fueron condenados por la Audiencia Provincial de Almería primero y, posteriormente, por el Tribunal Supremo a quince años de prisión por secuestrar y golpear con palos y bates de béisbol en 1997 a tres magrebíes a los que consideraban autores de varios robos que tuvieron lugar en el almacén de uno de los agresores.
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