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Memoria del Holocausto y recuerdo de Violeta Friedman.

    El 27 de enero, Día de la Memoria del Holocausto y los Crímenes contra la Humanidad, es la fecha que conmemora la liberación del campo de Auschwitz (Polonia), símbolo de la persecución y exterminio de los judíos de Europa, junto con otros colectivos víctimas de la barbarie nazi. El Holocausto supuso la eliminación de la tercera parte de los judíos en Europa, más de 6 millones de personas, a lo que hay que sumar 5 millones más entre opositores al régimen nazi, homosexuales, gitanos, discapacitados y otros colectivos víctimas de la locura racista.

Fue la Asamblea General de las Naciones Unidas quien, el 1º de noviembre de 2005, aprobó la resolución 60/7 en la que designó la fecha del 27 de enero Día Internacional de conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto. El Secretario General de las Naciones Unidas describió este día especial como "un importante recordatorio de las enseñanzas universales del Holocausto, atrocidad sin igual que no podemos simplemente relegar al pasado y olvidar".

En efecto, los horrores de la segunda guerra mundial dieron lugar a la creación de las Naciones Unidas. El respeto de los derechos humanos de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, es uno de los mandatos fundamentales previstos en su Carta constituyente.

Precisamente al inaugurar el Museo de la Historia del Holocausto en Yad Vashem (Israel) en marzo de 2005, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, recordó que "la repulsa al genocidio, al asesinato sistemático de seis millones de judíos y millones de otras personas fue también uno de los factores que promovieron la Declaración Universal de Derechos Humanos, agregando que "las Naciones Unidas tienen la responsabilidad sagrada de combatir el odio y la intolerancia. Si las Naciones Unidas no están a la vanguardia de la lucha contra el antisemitismo y otras formas de racismo, niegan su historia y socavan su futuro ".

Es por tanto, el día en que debemos reafirmar nuestra adhesión a los derechos humanos , y en nuestro continente esta jornada se recuerda con el lema "Pensar en Europa es pensar la Shoa", dado que el Holocausto forma parte de nuestra historia y los países de la Europa actual han construido su democracia, en parte, sobre su recuerdo.

Sin embargo el antisemitismo aún no ha desaparecido y así se observa en bastantes países europeos, donde ciudadanos judíos y sus bienes han sido víctimas de ataques antisemitas. Se está produciendo un alarmante aumento del antisemitismo en Europa sin que la comunidad internacional haga nada para evitarlo. Un discurso que también se escucha en las instituciones europeas a través de partidos políticos de ultraderecha y que durante esta semana, precisamente, han anunciado su constitución en un partido europeo cuya banderas son el ultranacionalismo, la xenofobia y la intolerancia en todas sus manifestaciones, incluido el antisemitismo.

En Europa se han incendiado sinagogas, han sido profanados cementerios judíos con svásticas, han aparecido pintadas que incitan a mandar a “los judíos a las cámaras de gas”, además de numerosas agresiones físicas en distintas ciudades. Todo ello sin olvidar la aparición de textos antisemitas en medios de comunicación e Internet.
España no está al margen de este problema. Bien sea por prejuicio racial, religioso o político, el rechazo al colectivo y a las personas de origen judío también está presente en nuestra sociedad, incluso en nuestras escuelas donde un 15% de nuestros adolescentes, según las encuestas, mantienen que “si de ellos dependiera, echarían a los judíos de España”.

Mas salvaje e incluso criminalmente delictivo, es el Antisemitismo que se puede encontrar en Internet, visible en numerosas web de orientación nazi originadas en España que, sin ningún escrúpulo, justifican el Holocausto y se consideran continuadores de la obra de Hitler.

Además, la reciente sentencia del Tribunal Constitucional despenalizando la negación del Holocausto y los crímenes de genocidio está siendo aprovechada por los denominados “negacionistas” para promover sus tesis que falsifican la historia de la gran tragedia vivida en Europa bajo el régimen nazi. La despenalización de la negación del Holocausto en nombre de la libertad de expresión es un retroceso importante que ha de ser considerado como la antesala del desarrollo del discurso antisemita, en nuestro país y su posible conversión en plataforma de difusión internacional.

El Movimiento contra la Intolerancia ha pedido al Gobierno y a los partidos políticos un impulso en la lucha contra el antisemitismo que comience en exigir a la Fiscalía la investigación y cierre de las webs neonazis que alimentan el Odio y un serio compromiso para garantizar que en la próxima legislatura el “negacionismo” seguirá siendo un delito penal, tal y como venía contemplado en el Código Penal de 1995, hasta que el Tribunal Constitucional lo modificara en noviembre de 2007.

Así lo recomienda la Resolución de Naciones Unidas sobre la Negación del Holocausto, firmada por España, y, La Decisión Marco de abril de 2007 de la Unión Europea sobre racismo e intolerancia que incluye el acuerdo de extender la penalización del negacionismo a toda la Unión Europea, en cuya elaboración también participó el gobierno español.

Instituciones supranacionales como la Unión Europea, la OSCE, el Consejo de Europa y las propias Naciones Unidas, insisten en la necesidad de que se realicen programas de Educación sobre el Holocausto, para transmitir a las nuevas generaciones la necesidad de combatir el odio y la intolerancia en todas sus formas. Y es lógico porque el Holocausto es y seguirá siendo la página más trágica de la historia europea. El pensamiento genocida nazi podía haber terminado destruyendo nuestro continente aunque, a su vez, la conciencia del desastre ayudó a los pueblos europeos a unirse, pasado el proceso de los criminales nazis en Nuremberg y otros lugares de Alemania.

Para ser plenamente ciudadano europeo, demócrata y respetuoso con los Derechos Humanos, es importante entender y asumir una historia común y ser sensible a las memorias europeas, hacerlas plenamente nuestras, compartirlas y ser solidarios porque esa virtud fue la que permitió que siguiéramos siendo seres humanos. La solidaridad de los justos salvó simbólicamente a la humanidad. Este recuerdo y conciencia no ha sido posible sin el traslado del sufrimiento individual y familiar de las víctimas. Con todas estas memorias particulares e individualizadas fue forjándose una vez más, de forma colectiva, una memoria solidaria con todas las víctimas de la locura y la barbarie nazi.

Desgraciadamente están desapareciendo, por ley de vida, quienes fueron víctimas y testigos directos del Holocausto. Victimas judías, gitanas, homosexuales, discapacitados, republicanos españoles en Mathausen o Buchenwald. Por ello debemos dedicar unas palabras al recuerdo de VIOLETA FRIEDMAN, superviviente del campo de exterminio de Auschwitz y presidenta de honor de Movimiento contra la Intolerancia que se enfrentó y ganó en los Tribunales de Justicia al nazi León Degrelle cuando negaba el Holocausto. De ella tuvimos tiempo de aprender, con ella compartimos y tuvimos tiempo para interiorizar su mensaje de trasladar a las nuevas generaciones un compromiso con la educación para la tolerancia y de justicia para con las víctimas. Todos los días nos esforzamos en esta conducta y os animamos a su práctica.

Profundamente convencidos de la importancia de la memoria y comprometidos con la resistencia cívica a la intolerancia para que esta barbarie no pueda jamás repetirse, queremos hacer nuestras las palabras de Elie Wiesel, premio Nóbel de la Paz y superviviente del campo de exterminio de Auschwitz, que expresaba :

“Estábamos convencidos de que después de Auschwitz, los pueblos no cederían al fanatismo, las naciones no sostendrían mas guerras y que el racismo, el antisemitismo y la humillación social serían barridas para siempre. No podíamos imaginar que en el curso de nuestras vidas seríamos testigos de mas guerras, de nuevas hostilidades raciales y que el nazismo despertaría en los cinco continentes.

Pero hemos aprendido ciertas lecciones. Hemos aprendido a no ser neutrales en tiempos de crisis, porque la neutralidad siempre ayuda al agresor, no a la víctima. Hemos aprendido que el silencio no es nunca la respuesta. Hemos aprendido que lo opuesto al amor no es el odio, sino la indiferencia.

¿Y que es la Memoria sino la respuesta a la y contra la indiferencia?

Por lo tanto permítasenos recordar por la seguridad de todos. La memoria puede ser nuestra única respuesta, nuestra única esperanza de salvar al mundo del castigo final.”


Para todos ellos nuestro respeto y con todos ellos nuestra Memoria.

Esteban Ibarra. Presidente de Movimiento contra la Intolerancia