Quienes Somos
Nuestras Actividades
Campañas
Publicaciones
Voluntarios
Hazte Socio
Contacta
Intolerancia
Derechos Humanos
Paz y Tolerancia
Ética y Justicia
Solidaridad y Desarrollo
Comunicación y Libertad
Inmigración y Refugiados
Pueblo Gitano
Racismo y Xenofobia
Antisemitismo
Homofobia
Terrorismo
Ultras y Neonazis
Integrismo
Pena de Muerte
Sexismo y violencia
Violencia Urbana
Maltrato Infantil
Seguridad Ciudadana
Memoria Víctimas
Editoriales
Noticias
Entrevistas
A por más
Informe RAXEN
Cuadernos de Análisis
Onda Verde
Teléfono de la Víctima
Aula Intercultural
Agenda
Foro
Chat
Hazte solidario
Tienda Solidaria

Contra la venganza, contra la violencia.

    Consternados, comprobamos que continúa la violencia en el ámbito juvenil. La agresión muy grave que ha sufrido Jesús Martín, presunto skin nazi de 24 años, apaleado brutalmente y quemado junto a su novia en Villaverde en la madrugada del domingo, por un grupo de skins izquierdistas que portaban bates de béisbol y una bengala, en presumible venganza por el crimen de Legazpi acaecido en noviembre merece reprobación, condena y no cabe justificación alguna.

El asesinato del menor antifascista Carlos Palomino, apuñalado por un presunto neonazi, no debe jamás dar pie a ningún tipo de venganza. Así lo ha manifestado la familia de la víctima, quien mas sufre la tragedia de perder a su ser querido, y con ellos la ciudadanía que reitera la demanda de Justicia y nunca venganza. La sensatez ética llevó a la civilidad a rechazar la ley de Talión y comprender que de seguir con ojo por ojo, el mundo quedaría ciego. Solo cabe reprobar esa agresión.

La violencia brutal en Villaverde no es legítima defensa. Esta requiere unas circunstancias que aquí no se daban. Salir pertrechados y apostar por el ataque, es simplemente violencia y como tal supone conculcación de derechos, de los que no están privados ninguna persona, por mas que sus ideas o conducta sean aborrecibles y penalizables. En consecuencia las “cacerías”, incluso las de nazis, son radicalmente condenables.

Es verdad que los neonazis en España han protagonizado miles de agresiones a inmigrantes, a homosexuales, a personas vulnerables y a jóvenes de izquierda. Pero esos hechos criminales nunca podrán legitimar una acción de violencia justiciera, sustitutiva de la acción del Estado de Derecho; no hay fundamento democrático que aporte razón alguna a esa conducta. Por tanto, esa violencia desplegada en Villaverde nunca será justificable.

Junto a esta reflexión cívica también cabría reclamar cambios de actitud a las instituciones públicas y en especial, a los responsables políticos de juventud. Deben de una vez crear las condiciones para prevenir y evitar conflictos que amenazan con una espiral de violencia. Existe una indolencia inexplicable de las autoridades, empeñadas en calificar este problema de enfrentamiento entre “tribus” e ignorar su marcada raíz ideológica.

Sin embargo que jóvenes neonazis sean víctimas de una brutal agresión por jóvenes antifascistas, no debe impedir advertir del peligroso crecimiento de conductas racistas, xenófobas y fascistas que se caracterizan por alentar y practicar la violencia, en muchas ocasiones impunes o benévolamente respondidas desde las autoridades públicas.

Ahora bien, sería un error que el antifascismo democrático guardare silencio ante esta violencia y no criticase esta agresión. Debemos recordar, y mas estos días de memoria del Holocausto que, incluso en aquellos momentos trágicos, la victoria frente al nazismo restauró la democracia y el estado de derecho para obrar siempre en ese marco, y por el contrario, allá donde reinó la violencia se acabó con la libertad, instaurándose otro régimen totalitario.

Mientras tanto, mientras se avanza en la superación de la violencia molecular, suscribamos las palabras de la escritora norteamericana Barbara Prost, afirmando que “todas las sociedades tienen sus cabezas rapadas, su violencia racial, su fanatismo radical,......pero siempre y cuando la mayoría social deslegitime ese tipo de conductas y lo considere marginal, la sociedad tiene una oportunidad”. Contribuyamos entre todos a ser parte de la solución a un problema que amenaza con su extensión.

Esteban Ibarra
Presidente de Movimiento contra la Intolerancia