Quienes Somos
Nuestras Actividades
Campañas
Publicaciones
Voluntarios
Hazte Socio
Contacta
Intolerancia
Derechos Humanos
Paz y Tolerancia
Ética y Justicia
Solidaridad y Desarrollo
Comunicación y Libertad
Inmigración y Refugiados
Pueblo Gitano
Racismo y Xenofobia
Antisemitismo
Homofobia
Terrorismo
Ultras y Neonazis
Integrismo
Pena de Muerte
Sexismo y violencia
Violencia Urbana
Maltrato Infantil
Seguridad Ciudadana
Memoria Víctimas
Editoriales
Noticias
Entrevistas
A por más
Informe RAXEN
Cuadernos de Análisis
Onda Verde
Teléfono de la Víctima
Aula Intercultural
Agenda
Foro
Chat
Hazte solidario
Tienda Solidaria

El CGPJ ratifica la suspensión del juez que frenó una adopción homosexual.

    El juez Fernando Ferrín Calamita no se salió con la suya. El pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ratificó la suspensión del juez de Familia, investigado por el Tribunal Superior de Justicia de Murcia por retrasar ilegalmente una adopción por parte de una pareja de lesbianas. La decisión provocó la división del bloque conservador que domina el órgano de gobierno de los jueces. Cuatro de sus nueve miembros se sumaron a los progresistas (que suman ocho) y al vocal de consenso entre PSOE y PP, Agustín Azparren. La suspensión salió adelante por 13 votos a 5.

La víspera se corrió la voz de que la medida contra Ferrín podría levantarse gracias, precisamente, al voto de los conservadores, algo que hubiera sido insólito en el Consejo, al menos durante este mandato. Varios de estos vocales aseguraron el martes que su voto sería contrario a la suspensión, y entre los progresistas cundió el pesimismo. Estos últimos consiguieron sacar adelante la suspensión el 19 de febrero gracias a que, accidentalmente, fueron mayoría en la comisión permanente.

El presidente, el conservador Francisco Hernando, inició ayer la discusión leyendo una carta enviada por Ferrín en la que reclamaba que se levantara la medida cautelar. Ese hecho fue muy criticado por los progresistas al no estar incluido en el orden del día de la reunión.

Tras un alegato en defensa del juez suspendido lanzado por el vocal conservador José Luis Requero, el progresista Juan Carlos Campo exigió que la votación fuera secreta, lo que, según fuentes del Consejo, facilitó que la suspensión -basada en la imputación de un delito- saliera adelante.


EL PAÍS.28.02.2008