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Dos mil personas piden el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros

     "Quiero a mi padre, estoy muerto de hambre", la voz de dos niños, de seis y ocho años, pidiendo la liberación de su padre, que está en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, ha sido el momento más emotivo de la manifestación que el sábado reunió a cerca de dos mil personas —según los organizadores— para pedir el cierre de estos centros por sus deficientes condiciones.

Entre la multitud, que caminó desde el intercambiador de Aluche hasta el CIE, estaba Kadija Chatt, la madre de los dos niños que acababan de hablar. Vino de Marruecos hace 15 años y su marido hace 10. Ahora, la policía lo ha detenido por no tener papeles y lo ha internado en el CIE de Aluche. "Era el quien trabajaba y quien me mantenía a mí y a los niños. ¿Y ahora qué? Lo encierran, dicen que lo van a expulsar ¿y yo me quedo aquí sola, con los dos niños y uno más que nace en junio?", cuestiona.

Sobre las condiciones en el CIE, Kadija repite la historia que tantas veces se ha escuchado, desde que empezó la huelga de hambre, el martes. «Las cosas están muy mal. Los insultan, los tratan mal, y a mí sólo me dejan hablar con el durante cinco minutos».

Estas quejas, junto a las denuncias de falta de personal médico y las malas condiciones de salubridad, hicieron que las ONG y las organizaciones de apoyo a inmigrantes organizaran esta manifestación. Bajo los gritos de "Ningún ser humano es ilegal" o "Papeles para todos", los miles de personas, de todas las edades, caminaron durante dos horas, pidiendo el cierre de los centros.

Testimonios

"No me parece justo que detengan a quien viene aquí a buscarse la vida, a intentar encontrar un trabajo", dice José, de 60 años.A su lado, Gemma, de 24, manifiesta la misma opinión: "Los encierran sólo por no tener un papel. Los centros son autenticas cárceles, donde los inmigrantes no tienen derechos y eso no es justo".

La marcha ha sido marcada por los testimonios de familiares y antiguos internos, contando sus historias personales y pidiendo otro destino para los inmigrantes sin papeles. Después de leer el manifiesto, delante de la puerta del CIE, los organizadores intentaron entregar la petición al Director del CIE, pero tal no fue posible. La policía ha explicado que no podía hacerse cargo del documento y que, para enviarlo, tendrían que hacerlo por el registro de La Dirección General de la Policía.

Los organizadores de la manifestación, que ha transcurrido sin incidentes, se mostraron satisfechos con la adhesión de la sociedad civil. "Esto es un problema de todos, no es algo aislado. La gente sabe que no pueden existir ciudadanos de primera y de segunda. Y tampoco ciudadanos clandestinos, que es como están tratando a los inmigrantes", ha declarado Miriam, de la organización de apoyo a los inmigrantes, Patio Maravillas. "Esto no es el final, no pararemos hasta que sean respetados los derechos de estas personas", concluyó

el Mundo. 12.04.08