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MALOS TRATOS XENOFOBOS

    No, no hablamos de Los Ángeles y la brutalidad policial denunciada de forma sempiterna; tampoco nos referimos a ninguna republica bananera o teocrática donde la poli te apalea solo por mirarles; el caso sucedió en Madrid, muy cerca de la Puerta del Sol, en un restaurante sobre las 11 de la noche del 1 de enero, durante la cena que disfrutaban cuatro ciudadanos cubanos, a saber, un artista del Ballet Nacional de Cuba, un jefe de neuropediatría de una clínica de Barcelona, un estudiante de publicidad y un menor.
A alguien, muy agudo, se le ocurrió informar a la policía que en esa mesa se sentaban cuatro peligrosos delincuentes colombianos; suficiente para que se montara un despropósito descomunal. Sin proceder a una correcta identificación comienzan los primeros golpes, después, trasladados a la comisaría y mientras permanecen esposados, reciben mas golpes acompañados por comentarios tipo “colombianos de mierda..”, hasta que Victor, que gritaba una y otra vez “somos cubanos..”, pierde el conocimiento y es reanimado por una policía que le decía “respira, respira..” mientras recriminaba a dos agentes la barbaridad que habían cometido.
A Víctor, profesor de danza, le desfiguraron la cara a golpes, al estudiante le causaron un esguince cervical y al médico también le golpearon. Ahora, empieza otro calvario, el judicial; denuncia y querella, intoxicaciones y rumores de que mienten. Y todo por la cara, es decir, por la xenofobia latente que hace del inmigrante un presunto delincuente, y en este caso, la estigmatización del latinoamericano. Ya nos advertía Amnistía Internacional en su informe que hay agentes que abusan de su poder, realizan malos tratos y violan derechos por motivación racista. Y es que Víctor, que se llevó la peor parte, además es negro.
Pero Víctor que es mi amigo, no miente. Y me contó que en esa triste velada, prolongada arbitrariamente hasta las 9 de la noche del día siguiente, él y sus compañeros, en verdad esposados, fueron duramente golpeados por unos agentes cuyo trabajo esta al servicio de preservar la paz, la seguridad y los derechos que ampara la Constitución. Hace poco un diario de Los Ángeles afirmaba que “es raro que un policía no entienda a estas alturas que no existe justificación alguna para golpear a un sospechoso esposado” añadiendo “confiamos en que la comunidad policial demuestre que no hay ninguna tolerancia cuando un agente lo olvida”.
En nuestro país la policía democrática tiene paginas brillantes de profesionalidad en la lucha contra el terrorismo y la delincuencia, pero es inadmisible que existan indecentes borrones de tinta xenófoba sin que los que deben hacerlo, pongan todo su empeño en erradicarlos.

Esteban Ibarra.
Presidente del Movimiento contra la Intolerancia.