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La extrema derecha se dispara en las legislativas de Austria.

    La extrema derecha austriaca está de enhorabuena tras triunfar el voto de castigo en las elecciones legislativas celebradas hoy en el país. Pese a la victoria del Partido Socialdemócrata Austríaco (SPÖ), las dos formaciones de derecha populista, el Partido Liberal (FPÖ) de Heinz-Christian Strache y la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ) de Jörg Haider, han sido las únicas en aumentar su apoyo frente a la caída de socialistas y conservadores.

Según las proyecciones de la televisión pública austriaca, divulgadas tras el cierre de los colegios electorales, el SPÖ ha obtenido el 28,6% de los votos, seguido del Partido Popular Austríaco (ÖVP) con un 25,1%. Con todo, los socialdemócratas, liderados por Werner Fayman, han tenido el peor resultado de su historia tras perder casi sietepuntos porcentuales respecto a las elecciones de 2006, cuando lograron un 35,34%. Peor ha sido para los populares. El ÖVP del actual vicecanciller y ministro de Finanzas, Wilhelm Molterer, ha perdido nueve puntos.

Al final, los electores han castigado al Gobierno por la crisis política. Poco más de dos meses después de la disolución del Gabinete Gusenbauer, formado por los socialdemócratas y los conservadores, el país sigue teniendo graves problemas para recuperar la seguridad política. Formada el pasado 11 de enero de 2007, el Gobierno de unidad comenzó a resquebrajarse casi inmediatamente a causa de las diferentes posturas sobre reforma fiscal, sobre ventajas adicionales en las hipotecas, y sobre la mejora del deficitario sistema de seguridad social. También han pensado las diferencias de opinión en relación a la posición de Austria sobre el Tratado de Lisboa y la incorporación de Turquía.

La extrema derecha, vencedora en la sombra

Los verdaderos ganadores de estos comicios han sido los dos partidos ultraderechistas de la oposición, que juntos acaparan casi el 30% de los votos. La formación del ultranacionalista Heinz-Christian Strache ha subido del 11 al 17,9%, mientras que la Alianza del populista de derechas Jörg Haider se ha disparado del 4,11% de hace dos años al 11,9%.

Tanto el FPÖ como la formación de Haider ya han rechazado categóricamente una eventual reunificación para unir fuerzas de cara a la formación del nuevo gobierno, que se presenta difícil debido al reparto de los 183 escaños parlamentarios. De esta manera, los ultranacionalistas se presentan decisivos para la formación del nuevo gobierno, pues tanto los socialdemócratas como los populares deberán buscar socios.

El uso habitual es que el presidente de la República, Heinz Fischer, encargue al candidato más votado, que ahora es Faymann, la formación del nuevo Gobierno. El líder de los socialdemócratas descartó la semana pasada una alianza con Haider o Strache.

Paisaje extremo

En términos generales, éste es el mejor resultado para la extrema derecha desde que en 2000, la Alianza de Haider se aseguró un lugar en la coalición de Gobierno, ante la indignación de la comunidad internacional y las consiguientes sanciones promulgadas por la Unión Europea ante los que consideraban el regreso del filonazismo a la política contemporánea. Haider llegó a decir de las SS, el cuerpo paramilitar del Partido Nazi, que era "una parte del Ejército alemán que merecía reconocimiento y respeto".

Por su parte, el Partido de la Libertad de Strache se dedicó a ganar adeptos desde la oposición, merced a una retórica anti-inmigratoria y anti-populista, con eslóganes como los pronunciados durante su campaña para las elecciones locales en Viena: "En casa, nada de Islam", o "Viena no debe convertirse en Estambul".