|
|
|
El 9 de noviembre de 1938 fue el primer paso hacia el exterminio, primero de los judíos europeos e inmediatamente contra toda persona de raza, origen, opción sexual, política o condición social negada por el nazismo. Entre 2000 y 2500 muertes están directa o indirectamente ligadas con el pogromo conocido como "La Noche de los Cristales Rotos". Más de 8000 domicilios y comercios de familias judías fueron saqueados en varias ciudades alemanas. Las fuerzas de asalto de las SA, junto con ciudadanos anónimos destrozaron sus edificios, convirtiendo las calles en un mar de cristales destrozados. Empezaron por los judíos, pero siguieron con los comunistas, los socialistas, los socialdemócratas y liberales, con los gitanos, los homosexuales y cualquiera que se alejara del ideario racial impulsado por Hitler y sus fanáticos. Muchos ciudadanos fueron bateados hasta la muerte, centenares de miles de personas fueron deportadas a campos de concentración, 1668 sinagogas fueron completamente destrozadas y otras 267 calcinadas por las llamas de los incendios provocados. Mientras, la República española sufría el azote del fascismo, apoyado por Hitler, e iniciaba también su particular cruzada contra todo opositor político, a cualquier precio, incluso después de haber ganado la Guerra. El Estado español bajo el yugo de Franco se convirtió en una extensión del modelo de exterminio que Hitler ejecutó durante sus años en el poder en Alemania, aunque con otros parámetros, aquí también se desarrolló un genocidio.
El Holocausto marca la más oscura hora de la historia de Europa. Supone la muerte como industria, no solo la destrucción de la vida humana, sino la esencia de la humanidad, con una barbarie difícil de contemplar. Recientes acontecimientos en la historia de Europa deberían hacernos comprender y recordar por encima de todo que el Holocausto no empezó con un campo de concentración. Comenzó con un ladrillo arrojado contra la ventana de una familia judía, la profanación de una sinagoga, un grito de odio en las calles, el sabotaje a las protestas obreras y a los sindicatos, y el silencio y la indiferencia de la mayoría de la población. El odio y la intolerancia tienen profundas y poderosas raíces en Europa que la indiferencia y la ignorancia hacen invisibles. Esta es una de las razones para mantener viva la memoria histórica, para ello y para preservar a la humanidad a salvo del horror y de la barbarie.
En la actualidad, la ultraderecha incrementa su fuerza en todo el continente. Los Crímenes de Odio contra colectivos vulnerables se está convirtiendo en una permanente e invisible noche de los Cristales Rotos. Los datos oficiales acreditan que estos delitos han experimentado un enorme crecimiento durante los últimos años, y lamentablemente, el País Valenciano se encuentra a la cabeza de este tipo de sucesos en el conjunto del Estado español. Así lo demuestra el Informe Raxen y así lo percibimos los que trabajamos y vivimos en este país. El azote de la ultraderecha contra colectivos sociales, sindicales, partidos políticos, asociaciones culturales o personas vulnerables por el simple hecho de ser diferentes, es constante. Durante 2008 hemos podido contemplar desde el apuñalamiento de un joven por un grupo neonazi (cuyo presunto autor sigue en libertad), hasta diversas palizas a inmigrantes en distintas localidades, casos incontables de discriminación por razones de raza, religión, género, origen, aspecto físico, opción sexual, idioma o sentimiento nacional u otra condición social; ataques contra sedes políticas con artefactos incendiarios, amenazas, pintadas, sabotajes, boicots a actividades legales, a librerías y universidades, agresiones, disparos contra locales culturales, intimidaciones e incluso justificaciones de estos actos por parte de sus autores o aquellos que les fabrican el discurso desde sus páginas web, partidos u organizaciones.
A este clima de violencia ha de sumarse el rasgo más preocupante y que hace posible esta situación: la impunidad de sus autores. Nunca hay detenidos. Y los ejecutores del odio aprovechan para insistir una y otra vez. Una sociedad donde no podamos sentirnos seguros por pensar, ser o sentir lo que queramos no es una sociedad libre. Un Estado que no puede garantizar que cualquier opción política, cultural o social que no entrañe el menoscabo de los derechos humanos no pueda ejercer en libertad su tarea, no es un Estado libre, ni siquiera democrático, porque este valor se ve coartado por el acecho ultra, siempre dispuesto a aplastar al que no piense o sea como ellos. La protección, sin embargo, de las actividades ultras, autorizando sus manifestaciones, sus actos con miembros del Kukuxklán o de las SS, amparándose en la libertad de expresión nos produce terror. La utilización de los inmigrantes como chivo expiatorio de todos los males actuales, aplicándoles leyes de dudosa ética y más acentuadamente con la crisis económica actual, junto con los discursos incendiarios de las organizaciones ultras crean un perfecto caldo de cultivo para que el virus del racismo se desarrolle, como ya ha pasado en Italia, Austria, Suiza y en otros países de nuestro entorno.
La irresponsabilidad de algunos gobernantes da alas a los violentos, negando el problema, catalogando los hechos como aislados o de simple gamberrismo, a lo que hay que sumar el silencio mediático que envuelve esta situación. Estas noticias de episodios violentos, de atentados constantes, no traspasan las fronteras valencianas, pocas veces (excepto cuando el morbo está asegurado) la prensa española se hace eco del asedio al que los valencianos estamos sometidos por parte de la extrema derecha, y eso convierte esta situación en un problema local, aislado y desconocido, condenándonos por segunda vez a aguantar solos la marea del odio y la intolerancia.
Este año se conmemoran además los 15 años del asesinato de Guillem Agulló, que con solo 18 años fue apuñalado y murió a manos de un grupo neonazi, cuyo protagonista salió hace tiempo de prisión, aunque fue de nuevo detenido en 2005 en el marco de la Operación Panzer junto a 26 neonazis más que conformaban una organización clandestina en cuyo poder se encontró hasta un lanzagranadas. Aun así, este individuo se presentó en las listas de un partido neonazi en las pasadas elecciones autonómicas. El caso de Guillem fue planteado por el juez y la prensa como una 'pelea' sin motivación política, quizás como se podría hacer también con el reciente caso de Carlos Javier Palomino, el joven antifascista de 16 años muerto por una puñalada el pasado 11 de noviembre en Madrid cuando se dirigía a una protesta antirracista, y a quien también, junto a Guillem, queremos recordar en este acto.
Por todo esto, las organizaciones reunidas alrededor de la plataforma Acción Popular Contra la Impunidad junto con otras que se han querido sumar para la ocasión, hemos tomado la fecha simbólica del 9 de noviembre, 70 aniversario de la Noche de los Cristales Rotos, Día Internacional Contra el Fascismo y el Racismo, para denunciar que el País Valenciano sufre una constante noche de los cristales rotos durante 365 días al año desde hace mucho tiempo. Para denunciar la vergonzosa impunidad de la que gozan los ejecutores y propagadores del odio, del racismo, de la homofobia, de la amnesia histórica y de todo tipo de discriminación y justificación de la barbarie. Estamos juntos para dar una contundente respuesta a aquellos que pretenden silenciarnos, intimidarnos y eliminarnos, porque no lo van a conseguir, porque sobrevivimos al franquismo, a las pistolas nazis y fascitas de la Transición, y sobreviviremos a la nueva oleada fanática neofascista. Porque la memoria nos permite construir una sociedad mejor y no repetir los errores del pasado. Tenemos ese reto, ese deber, y esas ganas, y por ello trabajamos y trabajaremos.
Pedimos pues la implicación de todos los actores sociales para erradicar la cultura del odio de nuestro país, para que esta no tenga cabida en ningún ámbito de nuestra vida, ni en las escuelas, ni en el lugar de trabajo, ni en los medios de comunicación ni en la calle. El fascismo no es ni una tribu urbana, ni una anécdota, ni una inofensiva y democrática opción política. El fascismo es la negación de los derechos humanos, de la democracia y de la libertad, y por ello, porque lo sufrimos, nos vemos obligados a decir basta, y a exigir el fin de la violencia fascista i de su impunidad.
Todos y todas somos víctimas.
BASTA DE IMPUNIDAD!
Fascismo y racismo nunca más!
Domingo 9 de noviembre DIA INTERNACIONAL CONTRA EL FASCISMO Y EL RACISMO
CONCENTRACIÓN 12:00hs Plaza de la Virgen - Valencia -
Mosaico de fotografías sobre la violencia fascista y racista
Esta actividad está enmarcada en la campaña internacional lanzada desde UNITED
La Red Europea para la Acción Intercultural UNITED es una red de ongs que trabajan en contra del racismo, el fascismo, el ultranacionalismo y a favor de inmigrantes y refugiados.
Integrada por más de 560 ongs procedentes de todos los países de Europa que trabajan conjuntamente en la realización campañas, conferencias y proyectos. UNITED tiene una vocación de independencia política de partidos políticos, organizaciones supranacionales o Estados.
Fomenta la cooperación con otras iniciativas antirracistas europeas. La información que produce llega a más de 2200 organizaciones, parlamentarios, universidades y otros agentes implicados en la lucha contra el racismo de todos los rincones de Europa.
Más información:
http://www.unitedagainstracism.org/
http://accio-popular.org
Convoca: Acción Popular Contra la Impunidad, Fórum per la Memoria del País Valenciano, Comisión Española de Ayuda al Refugiado CEAR, Movimiento Contra la Intolerancia, Acción Cultural del País Valenciano ACPV, Fórum Alternativo de la Inmigración, Intersindical Valenciana, Confederación General del Trabajo CGT, Sindicat CAT, Col.lectiu Lambda de Gais, Lesbianes, Bisexuals i Transsexuals, Bloc Nacionalista Valencià BNV, Esquerra Unida del País Valencià EUPV, Esquerra Republicana del País Valencià ERPV, Iniciativa del Poble Valencià IPV, Espai Alternatiu, Jarit, Asociación Pro-Derechos Humanos, Coordinadora Antifeixista Intercomarcal, Maulets, Ca Revolta, United for Intercultural Action, Comissió 15 Anys Sense Guillem.
|
|
|
|
|