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Los delegados que asistieron a una importante conferencia contra el racismo el día 21 adoptaron por consenso la declaración final, en la que pidieron esfuerzos mundiales para combatir todas las formas de racismo y de discriminación racial.
La declaración fue aprobada sin debate por más de 100 delegaciones nacionales que participan en la Conferencia de Análisis de Durban, una reunión de seguimiento de la Conferencia Mundial Contra el Racismo 2001, sostenida en Durban, Sudáfrica.
El documento de 16 páginas reiteró la Declaración y el Programa de Acción de Durban (DPAD), como fue adoptado en Durban en 2001.
También reiteró el compromiso de prevenir, combatir y erradicar el racismo, la discriminación racial, la xeonofobia y la intolerancia relacionada, lo cual fue una base para sostener el encuentro de 2001.
En el documento se subraya la necesidad de abordar con mayor determinación y voluntad política todas las formas y manifestaciones de racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia relacionada, en todas las esferas de la vida y en todas partes del mundo, incluidas las que estén bajo ocupación extranjera.
Los estados deben castigar las actividades violentas, racistas y xenofóbicas de grupos que se basen en ideologías neonazis, neofascistas y en otras ideologías nacionalistas violentas, dice la declaración.
El Holocausto nunca debe olvidarse y en este contexto urgió a los estados miembros de la ONU a que apliquen las resoluciones correspondientes de la Asamblea General, agrega.
También pide a los estados que garanticen que cualquier medida emprendida en el combate del terrorismo sea aplicada respetando completamente todos los derechos humanos, en particular el principio de no discriminación.
Amos Wako de Kenia, quien presidió la reunión, calificó a la adopción de la declaración como un "resultado histórico". Eso "muestra que se puede seguir comprometido constructivamente y alcanzar consenso", agregó. (Xinhua)
22/04/2009
Human Rights Watch (HRW) pide firma unitaria del Documento.
Los gobiernos que boicotearon la conferencia de la ONU sobre el racismo deben ahora mostrar su compromiso en la lucha contra el racismo mediante la aprobación de la declaración adoptada este martes, según asegura la organización defensora de los Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW).
Así, pueden asegurar que la conferencia será recordada por su compromiso hacia las víctimas del racismo y no por el discurso "encendido" realizado el pasado lunes por el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad.
El documento aprobado el martes en la conferencia que se celebra en Ginebra afirma el derecho de la libertad de expresión y la lucha contra el racismo, y pide a los gobiernos que tomen medidas para erradicar las diferentes formas de discriminación.
"Los países que asistieron a esta conferencia de buena fe demostraron que es posible reafirmar el compromiso global para luchar contra el racismo, a pesar de los esfuerzos para descarrilar el proceso", señaló la directora de HRW en Ginebra, Juliette de Rivero. "La adopción por consenso de este documento sólo un día después del discurso de Ahmadineyad es un mensaje claro contra la intolerancia", añadió.
La declaración enumera algunos de los desafíos que afectan a la lucha contra el racismo, incluido el aumento global en la intolerancia religiosa y la necesidad de combatir la discriminación en la lucha contra el racismo, señala HRW.
A pesar de los esfuerzos de algunos gobiernos, incluido Irán, de escoger situaciones específicas para criticarlas, el documento no contiene ninguna referencia a Israel o a Oriente Próximo, y rechaza el concepto peligroso de que las religiones puedan ser difamadas. También reafirma la tragedia del Holocausto y condena el antisemitismo. Además, protege totalmente el derecho a la libertad de expresión tal y como lo define el Derecho Internacional, afirma y refuerza la necesidad de proteger los derechos de los migrantes y reconoce las diferentes formas de discriminación.
Sin embargo, lamenta HRW, la declaración no trata adecuadamente la cuestión de la discriminación por castas, que afecta a más de 260 millones de personas en todo el mundo y que impone unos obstáculos enormes para que estas personas puedan disfrutar de sus derechos.
Aunque muchos países que cuentan con una historia de estas estructuras sociales han adoptado la legislación para impedir la discriminación sobre estas bases, les falta su implantación, además de que aún permanecen los prejuicios fuertemente arraigados en sus sociedades. "Los países que boicotearon la conferencia por miedo a que aumentara el odio deberían reafirmar esta declaración y unirse al consenso global contra el racismo", manifestó De Rivero.
Europa Press. 22.04.09
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